6 de enero de 1938–16 de septiembre de 2010 |
Silo ha partido
a otro tiempo y espacio el
jueves 16 de septiembre.
Su espíritu inmortal se ha liberado una vez más y triunfante se abre paso hacia la luz!
No lloremos el cuerpo, meditemos mas bien en la raíz de nuestras
creencias y una suave y silenciosa alegría llegará hasta nosotros...
Paz en el corazon, luz en el entendimiento!
...vivirá por siempre, en cada uno de nosotros, transcenderá y se multiplicará...
Gracias Silo.
El comunicado oficial de la pagina de Silo :
"Silo falleció el 16 de septiembre del 2010 alrededor de las 23 horas de Punta de Vacas. Estaba lúcido, acompañado por familiares cercanos y sin dolor hasta el final.
Muchos amigos se juntaron en diferentes partes del mundo para desearle con el más profundo cariño el mejor tránsito posible de fusión con la Luz.
Paz en el corazón, luz en el entendimiento. "
silo.net
La dimensión espiritual de Silo :
La dimensión espiritual de Silo es inagotable y su muerte nos deja a todos los que lo conocieron una enseñanza cuyo horizonte, impredecible y vasto, es difícil de mensurar. Esta frase, dicha en estos tiempos tan intrincados y banales, parece la opinión de quien opina cualquier cosa; pero Silo no tenia nada que ver con lo mediático, ni era un personaje de la farándula.
En verdad, se trataba de un pensador, original e infrecuente, que buceaba en los abismos del corazón y la mente, configurando una tarea, cuya exacta dimensión no ha sido todavía bien entendida. Con decenas de libros escritos, era también un hacedor, en el sentido de que sus ideas se presentaban para ser cotejadas en distintos grupos de estudios, -verdaderos laboratorios existenciales- que muchos jóvenes y no tan jóvenes experimentan con entusiasmo y asombro en diversos territorios y culturas.
Tratando de develar la trascendencia, me consta que era un cuidadoso lector. Había estudiado a Ortega y Gasset, Edmund Husserl, Mircea Eliade, Nietzsche, Sartre y Hegel. Por supuesto, conocía muy bien, y entre muchos otros, a Marx, Darwin, C. G. Jung, Freud –a quién le objetaba la noción del inconciente-, Wolfang Kohler, Heidegger, Heisenberg, Kandinsky. Todos ellos, abonaron el terreno para una magna obra: intentar convertirse en una suerte de guía luminoso de los caminos internos.
La conciencia, para Silo, era un fenómeno abierto, cuyos vericuetos, incluyendo los más íntimos, reprimidos o alejados de lo racional, podían develarse a quién supiera encontrar la llave, con paciencia y sereno esfuerzo, para decodificar sus manifestaciones. La mente, en tanto, era una suerte de ámbito mayor, el océano infinito dentro del cual la conciencia y el mundo desarrollaban su acción cotidiana.
Desde esta perspectiva, su original enseñanza liberadora tiene puntos de contacto con el Budismo, aunque no desdeña aportes de los Sufìes, de la Alquimia de los Alejandrinos y Neoalejandrinos o de la Philokalia de los monjes del Monte Athos.
Inquieto escrutador de la espiritualidad de las culturas precolombinas, en distintas oportunidades se refirió al mito mesoamericano del Quetzalcoatl, el hombre-serpiente convertido en dios, como también al gran Pachakuti, el renovador del estado Inca, quién humanizó el colectivo social de ese imperio, según se explica en el texto “El humanismo en las distintas culturas” del intelectual ruso Semenov. Por otra parte, el Aconcagua como majestuoso y simbólico protector andino -y de la madre naturaleza- de la localidad de Punta de Vacas, donde Silo comenzó su misión, es una constante referencia en su obra.
Heredero de Gandhi y Martin Luther King, fue el creador, sucesivamente, del Movimiento Humanista y de organismos como el Partido Humanista, la Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas y otras asociaciones. El Mensaje de Silo, es la síntesis de su doctrina dirigida hacia un fin: Humanizar la Tierra, es decir, descubrir el sentido del hombre en el mundo.
Su prédica por la Paz comenzó cuando tenía 30 años, el 4 de Mayo de 1969, en Punta de Vacas, a los pies del Aconcagua, con una arenga conocida como la Curación del Sufrimiento. Era el comienzo de la maravillosa década del 70, con la renovación generacional, el Mayo de París y las ansias colectivas de transformar el mundo. El desarrollo de sus ideas -combatido por los regímenes militares desde Onganía hasta el Proceso Militar- se extendió luego a todos los continentes.En el año 1993, recibió el doctorado Honoris Causa de la Academia de Ciencias de Rusia; poco tiempo antes, había sido designado “Maestro” por la Shanga Budista de Sri Lanka, al sur de la India.La última vez que se presentó en público fue en el 11 de Noviembre del año pasado, en Alemania, donde disertó ante la Cumbre de los Premios Nóbel de la Paz, cuando la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, de la asociación “Mundo Sin Guerras” (también nacida a partir de su inspiración) llegó a Berlín después de recorrer distintos continentes.
Cabe mencionar que esa marcha, épica, comenzó en Nueva Zelanda, recorrió cinco continentes y culminó su recorrido en Punta de Vacas, al pié del Aconcagua, en plena cordillera de los Andes, donde Silo la recibió con los brazos abiertos, allí donde construyó uno de los tantos Parque de Estudio y Reflexión que se encuentran diseminados por el mundo.
En verdad, se trataba de un pensador, original e infrecuente, que buceaba en los abismos del corazón y la mente, configurando una tarea, cuya exacta dimensión no ha sido todavía bien entendida. Con decenas de libros escritos, era también un hacedor, en el sentido de que sus ideas se presentaban para ser cotejadas en distintos grupos de estudios, -verdaderos laboratorios existenciales- que muchos jóvenes y no tan jóvenes experimentan con entusiasmo y asombro en diversos territorios y culturas.
Tratando de develar la trascendencia, me consta que era un cuidadoso lector. Había estudiado a Ortega y Gasset, Edmund Husserl, Mircea Eliade, Nietzsche, Sartre y Hegel. Por supuesto, conocía muy bien, y entre muchos otros, a Marx, Darwin, C. G. Jung, Freud –a quién le objetaba la noción del inconciente-, Wolfang Kohler, Heidegger, Heisenberg, Kandinsky. Todos ellos, abonaron el terreno para una magna obra: intentar convertirse en una suerte de guía luminoso de los caminos internos.
La conciencia, para Silo, era un fenómeno abierto, cuyos vericuetos, incluyendo los más íntimos, reprimidos o alejados de lo racional, podían develarse a quién supiera encontrar la llave, con paciencia y sereno esfuerzo, para decodificar sus manifestaciones. La mente, en tanto, era una suerte de ámbito mayor, el océano infinito dentro del cual la conciencia y el mundo desarrollaban su acción cotidiana.
Desde esta perspectiva, su original enseñanza liberadora tiene puntos de contacto con el Budismo, aunque no desdeña aportes de los Sufìes, de la Alquimia de los Alejandrinos y Neoalejandrinos o de la Philokalia de los monjes del Monte Athos.
Inquieto escrutador de la espiritualidad de las culturas precolombinas, en distintas oportunidades se refirió al mito mesoamericano del Quetzalcoatl, el hombre-serpiente convertido en dios, como también al gran Pachakuti, el renovador del estado Inca, quién humanizó el colectivo social de ese imperio, según se explica en el texto “El humanismo en las distintas culturas” del intelectual ruso Semenov. Por otra parte, el Aconcagua como majestuoso y simbólico protector andino -y de la madre naturaleza- de la localidad de Punta de Vacas, donde Silo comenzó su misión, es una constante referencia en su obra.
Heredero de Gandhi y Martin Luther King, fue el creador, sucesivamente, del Movimiento Humanista y de organismos como el Partido Humanista, la Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas y otras asociaciones. El Mensaje de Silo, es la síntesis de su doctrina dirigida hacia un fin: Humanizar la Tierra, es decir, descubrir el sentido del hombre en el mundo.
Su prédica por la Paz comenzó cuando tenía 30 años, el 4 de Mayo de 1969, en Punta de Vacas, a los pies del Aconcagua, con una arenga conocida como la Curación del Sufrimiento. Era el comienzo de la maravillosa década del 70, con la renovación generacional, el Mayo de París y las ansias colectivas de transformar el mundo. El desarrollo de sus ideas -combatido por los regímenes militares desde Onganía hasta el Proceso Militar- se extendió luego a todos los continentes.En el año 1993, recibió el doctorado Honoris Causa de la Academia de Ciencias de Rusia; poco tiempo antes, había sido designado “Maestro” por la Shanga Budista de Sri Lanka, al sur de la India.La última vez que se presentó en público fue en el 11 de Noviembre del año pasado, en Alemania, donde disertó ante la Cumbre de los Premios Nóbel de la Paz, cuando la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, de la asociación “Mundo Sin Guerras” (también nacida a partir de su inspiración) llegó a Berlín después de recorrer distintos continentes.
Cabe mencionar que esa marcha, épica, comenzó en Nueva Zelanda, recorrió cinco continentes y culminó su recorrido en Punta de Vacas, al pié del Aconcagua, en plena cordillera de los Andes, donde Silo la recibió con los brazos abiertos, allí donde construyó uno de los tantos Parque de Estudio y Reflexión que se encuentran diseminados por el mundo.
Siloístas rindieron su homenaje:
En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, el Partido Humanista, La Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas, el Centro Mundial de Estudios Humanistas, Mundo Sin Guerras y Sin Violencia, seguidores del Mensaje de Silo, junto a otras organizaciones surgidas del Humanismo Universalista, rindieron homenaje a quien reconocen como su ideólogo e inspirador.
Link al video Homenaje a Silo - En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires
La celebración comenzó pasadas las 20, cuando cientos de seguidores de Silo, llegaron a la Plaza de la República en Buenos Aires. Dieron sus testimonios Victor Piccininni de La Comunidad para el Desarrollo Humano, Lía Méndez, por el Partido Humanista de Argentina y Fabiana Martínez, por El Mensaje de Silo. Los humanistas crearon la palabra “Silo” con velas, donde hicieron un pedido de Bienestar por su Maestro, para “conectarse con él mediante la experiencia de la paz, el amor y la cálida alegría”, con un profundo agradecimiento hacia su “Guía Espiritual”.
En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, el Partido Humanista, La Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas, el Centro Mundial de Estudios Humanistas, Mundo Sin Guerras y Sin Violencia, seguidores del Mensaje de Silo, junto a otras organizaciones surgidas del Humanismo Universalista, rindieron homenaje a quien reconocen como su ideólogo e inspirador.
Link al video Homenaje a Silo - En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires
La celebración comenzó pasadas las 20, cuando cientos de seguidores de Silo, llegaron a la Plaza de la República en Buenos Aires. Dieron sus testimonios Victor Piccininni de La Comunidad para el Desarrollo Humano, Lía Méndez, por el Partido Humanista de Argentina y Fabiana Martínez, por El Mensaje de Silo. Los humanistas crearon la palabra “Silo” con velas, donde hicieron un pedido de Bienestar por su Maestro, para “conectarse con él mediante la experiencia de la paz, el amor y la cálida alegría”, con un profundo agradecimiento hacia su “Guía Espiritual”.
Link al video Acto Homenaje a Silo en Buenos Aires
Vuela hacia las estrellas el heroe de esta edad:
A un lugar alejado en el sur de la provincia de Córdoba, en una tarde ventosa, fueron llevados los restos físicos de Mario Luis Rodríguez Cobos para su cremación. Casi como un símbolo de su lucha constante contra el oscurantismo, ese cuerpo inanimado tuvo que recorrer aún unos cuantos cientos de kilómetros desde su ciudad natal, ya que en ella, las influencias eclesiásticas habían logrado que no existiera ningún crematorio. Curioso era reflexionar cómo esa misma iglesia se había regodeado pocos siglos antes torturando y eliminando en el mismo fuego a seres humanos vivos, que habían querido mirar más allá de las imposiciones epocales.
Pero no era tiempo de rencores. Las mujeres y hombres que hasta allí llegaron, acompañaron ceremonialmente el vuelo libre del Sabio.
La Humanidad heredaba la Obra de SILO, y todos aquellos que habíamos asumido el reto de Humanizar la Tierra – presentes o ausentes en aquel instante - , nos sentíamos depositarios de aquel Desafío Mayor. El familiar mudra de los tres dedos extendidos y el cántico de Paz, Fuerza y Alegría que lo acompañaban así lo atestiguaban.
SILO estaba más presente que nunca en nuestros corazones y supimos entonces que ya jamás habría de abandonarnos. No en mucho tiempo llegaría a cada uno de nosotros el momento de trascender la ilusoria línea que nos separa de lo Infinito y lo Inmortal. Allí seguramente, comenzaría otra etapa en nuestra relación.
Pero no era tiempo de rencores. Las mujeres y hombres que hasta allí llegaron, acompañaron ceremonialmente el vuelo libre del Sabio.
La Humanidad heredaba la Obra de SILO, y todos aquellos que habíamos asumido el reto de Humanizar la Tierra – presentes o ausentes en aquel instante - , nos sentíamos depositarios de aquel Desafío Mayor. El familiar mudra de los tres dedos extendidos y el cántico de Paz, Fuerza y Alegría que lo acompañaban así lo atestiguaban.
SILO estaba más presente que nunca en nuestros corazones y supimos entonces que ya jamás habría de abandonarnos. No en mucho tiempo llegaría a cada uno de nosotros el momento de trascender la ilusoria línea que nos separa de lo Infinito y lo Inmortal. Allí seguramente, comenzaría otra etapa en nuestra relación.
Link al video Partida de SILO
Link Presentacion de Fotos -Ceremonias
¿Acaso murió Silo?
“Murió Silo”, titularon los diarios argentinos
y como siempre que se trata del Guía, del Maestro,
se han equivocado nuevamente.
“No saben, no estudian”,
creo que les diría él, sonriente,
como tantas veces nos lo dijo a nosotros,
sus compañeros y amigos en la larga travesía del desierto,
sosteniendo a su pueblo en la esperanza
con la certeza de quien ha visto la otra realidad,
de quien ha visitado innumerables veces la Ciudad de la Luz,
-allá en lo Insondable-
y ha regresado siempre con las alforjas plenas
de profundo sentido,
su Certeza de experiencia convertida en Mensaje,
de que la muerte no detiene la vida.
Por cuanto montamos
en alas del pájaro
cuyo nombre
es Intento Inmortal,
algo vive en los seres humanos
que continúa su vuelo,
y en ese viaje a la Ciudad de Luz
vuela ya nuestro Guía sabio y bondadoso
dejando en la tierra su envoltura,
la del Negro portador de la luz,
del más querido amigo,
del que vino a recordarnos, con bondad y alegría,
-con grandes carcajadas-
que somos semi-dioses,
caídos semi-dioses de la invisible patria
que oscuramente recordamos,
allí donde nace aquella suave,
amanecida brisa
que enciende la nostalgia
más honda de nuestra especie humana.
El Mensajero, el Guía, el amado Maestro
Ha regresado a la Lejana Patria dejando una Enseñanza,
un horizonte inagotable,
una morada nueva para la mente humana.
Yo te agradezco,
Nombrador de Mil Nombres,
Por siempre te agradezco
Tu visita a la Tierra,
Tu bondad, tu amistad, y tu inmensa alegría:
Agua de vida resucitándonos
de la ilusión mortal.
¿Cómo morir podría
quien antes de morir, tantas veces “murió”?
El niño aquel, el héroe de ésta edad.
Silo vive.
Por siempre vivirá.
Isaías
Septiembre 19, 2010.
www.imaginatuvuelo.blogspot.com
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