Charla sobre el yo - Silo


Extracto de la charla Sao Paulo 2/10/80

Negro:

El punto es, que es lo verdadero en mi que considero el yo?

A mi me parece terrible que si yo muero desaparezco esto que soy yo y aparezca otro: Mr. Hyde....sorpresa (risas).

Mi punto es: que es lo que efectivamente me da mi sensación de mi?

Mi cédula de identidad (risas), mi nombre... yo me llamo de ese modo, me miro en el espejo y digo: “ese soy yo”, escucho mi voz y yo me recuerdo a mi; pero si yo me olvido de mi nombre y dejo de reconocer mi cara, que es lo que me da la nocion del yo?

Me lo dan las cosas muy externas como son el aspecto y recuerdos... aquello que, no obstante el que haya cambiado desde que era pequeño hasta hoy he ido cambiando pero siempre digo que soy yo.

Cuando tenia 3 años de edad decía yo. Ahora sigo diciendo yo. Todo cambia pero soy yo.

Yo? Soy memoria, soy percepción, soy datos que han entrado por distintos aparatos, pero también soy elaboración hacia el futuro, soy registros, yo tengo un tono corporal, tengo un sistema de emociones...todo eso es lo que me da mi cierta unidad.

En algunos casos de demencia, por ej. , se pierde el registro del tono interno y de las propias sensaciones y el sujeto se siente extrañado de si mismo... como si fuera otra persona... como si se hubiera alejado de si. Es decir, son los registros que yo tengo que me dan sensación de yo.

Este yo mantiene cierta identidad que esta dada por la memoria. Son también mis sufrimientos, son mis gustos...todo eso da sensación de yo. Pero eso es muy variable.

Yo me olvido de mi mismo. Por ej.: Estoy caminando por la calle haciendo cosas y si alguien no me pregunta quien es usted, no me acuerdo quien soy yo. Cuando estoy haciendo cualquier cosa...

Hora por ej. Que estamos hablando, es posible que estemos olvidados de nosotros mismos. Si a uno le preguntan: Que esta haciendo ud.? No vamos a responder: “Estoy escuchándome”. (risas), pero no es que uno este pensando mientras escucha que esta escuchando. No. Uno no piensa: “ Yo soy Juan Perez que esta escuchándome ” Uno esta escuchando y se olvida de si mismo.

Lo mas frecuente es que uno este olvidado continuamente de si mismo... y, sin embargo, uno vive. De pronto uno cae en cuenta que va a morirse y dice: “ caray... voy a desaparecer”, y dígame, en su vida cotidiana no es lo mas normal que usted desaparezca, que usted no se sienta a si mismo, que no experimente a su yo.

Claro que hay momentos en que experimento mi yo.

Si me empujan, yo digo : ¿Que me están haciendo ? Pero yo no tengo el registro del yo en mi vida cotidiana, a menos que yo piense. Por actos de reflexión, tengo noción del yo, puedo hablar del yo, pero si no estoy totalmente olvidado...miren, traten de pensar durante medio minuto en ustedes mismos, sin olvidarse de ustedes mismos. Mientras están pensando en ustedes no vayan a pensar que a lo mejor es muy tarde y tienen que irse a comer o bien que se escucha un bocina por allá. No se distraigan de ustedes mismos durante un pequeño tiempo y van a ver como... si, se olvidan de ustedes mismos, aunque se propongan pensar en ustedes mismos.

Van, vienen, la atención fluctuá, la conciencia va de un objeto a otro y ustedes están pensando: “Yo soy yo mismo”...basta que haya un pequeño ruido para que se escapen de ustedes mismos.

Yo se que es horrible cuando uno muere perder la noción del yo, pero también debería ser horrible perder la noción del yo en la vida diaria y no lo sentimos tan horrible.

Hay algo que permanece, aunque estemos distraídos del yo. Sabemos que en cualquier momento podemos retomarlo. Tal vez cuando un ser humano muera, pierda la memoria fisiológica, pierda las grabaciones, pierda los datos sensoriales, pero también se reconozca por primera vez en lo mas autentico de si mismo...ese yo profundo al cual apela muy pocas veces en su vida.

Uno trabaja con el yo mecánico, periférico...pero ese yo profundo muy pocas veces sale. Las pocas veces en que sale es cuando uno experimenta esa fuerza y cuando uno se reconoce como tal, pero si no, siempre esta olvidado de si mismo, siempre esta alejado de si mismo...no existe el tal yo a menos que me lo pregunte. Es una combinación de factores, pero no es una cosa permanente.

Puede ser que no sea tan horrible cuando uno muere...puede ser una cosa interesante (risas).

Cuando nosotros tratamos que viva ahora el Yo interno, el Yo verdadero estamos precisamente en una buena orientación.

Tener el registro antes que la fe. Ese es el punto.

Comenzar por actos unitivos nos dicen: “por ahí”. Buen camino. Captar en el silencio si surge el registro de un yo que no sea el mecánico, sino el mas profundo. Tarea interesante.

Que otra posibilidad tenemos? Hay formas de meditación dinámica, hay otros estados especiales de conciencia en los cuales uno se puede poner, pero ya no sabe si es trance o no se que cosa, que datos tenemos para lograr eso?.

Es tan fácil acaso hallar la percepción del yo profundo?

No es tan fácil la percepción del yo profundo, pero es posible dedicarle un mínimo de tiempo para tener esa experiencia. No digamos que la tenga todos los días, no digamos que la tenga continuamente. Digamos que me bastara que tenga una experiencia, para sentirme atento o en eso porque mi problema es comprobar...

Hablando de registros... A ustedes les ha pasado, porque si, que de pronto han sentido una alegría muy fuerte? Sin ningún motivo.

Y cuando se da esta experiencia es breve, pero uno quisiera que volviera...Uno tiene el registro como que siempre ha estado con uno...algo muy intimo, muy cálido.
Veamos esto otro...distinto: voy a un lugar y tengo la sensación de que esto ya me ha pasado, la sensación de que esto ya lo he vivido. Me parece que ya he estado ahí otras veces. Existe eso. Casos de reconocimiento, doble.

Vamos al otro caso : Todos los días veo mi habitación pero en un momento miro, la veo de un modo diferente, como si la viera por vez primera, pero si esto lo he visto desde hace anos...sin embargo ahora es distinto. Que son esas cosas extrañas que suceden...reconocer por primera vez algo que he visto siempre o ver lo opuesto... algo que no he visto nunca, que se me presenta como si lo hubiera visto en otra oportunidad.

Esta otra experiencia de que no hay nada que lo justifique, nada aparente y de pronto surge un registro súbito, pleno, de expansión diríamos, respiratorio, amplio...son fenómenos muy distintos en donde el yo en todos los casos se ubica atrás del fenómeno. A ver si me explico.

En la vida corriente el yo esta olvidado.

No pienso en mi, sino que simplemente estoy percibiendo y haciendo cosas. Pero en cualquiera de estos 3 fenómenos yo tomo conciencia de mi yo, me observo a cierta distancia, me pregunto:...¿que me estará pasando?, me digo: ¿qué es esto...esto lo veo por primera vez hoy?

Bien, esta sensación extraña, no se a que se debe y en el momento en que la pienso la sensación se corre. En todos los casos, en esos 3 casos tan especiales, el yo toma distancia de si mismo, se ubica internamente y se observa frente a lo que esta ocurriendo.

Quiero decir que hay una forma de ponerse mentalmente frente a los objetos, como si uno viera de adentro los objetos o como si uno se investigara a su propio yo como mas internamente.

Nosotros decimos que hay un registro mas interno del propio yo que es el que produce todos estos fenómenos. El registro interno del propio yo, se puede captar.
Uno puede dar algunas practicas, alguna técnica para que el otro realice su experiencia, bien.

Pero esto de poner como una evidencia lo que para uno es registro....ponerlo como evidencia, esto no parece positivo. Yo se lo positivo que seria para la gente que todos tuvieran fe, supongamos en la trascendencia. Pero esto de ponerlo como dogma no va a ayudar, va a crear contradicción.

Mucho mas interesante es que la gente considere en que posición se encuentra frente a ello. Es mucho mas útil que la gente se ubique...es mucho mas útil que tratar de encajar en algo que para nosotros es evidente...pero para los demás ?

Las épocas que pasan son confusas y hay una necesidad de saber que hacer.

Hay necesidad, pero no es legitimo dar una respuesta en la medida en que no hay registro.

Ahí esta el problema. Es curioso. En todos lados estamos hablando de gente que tiene esa inquietud cabal. Prácticamente nos dicen eso mismo. Las épocas que vienen son épocas de confusión, épocas de desorden, épocas de problemas y la gente esta necesitando una respuesta y debemos darles una respuesta. Esta bien, la gente esta necesitando una respuesta...pero cuando damos una respuesta, esa respuesta para muchos se convierte en dogma y esa respuesta no es de ninguna manera el resultado de registro interno.

En ese problema estamos nosotros.

Estas son épocas que necesitan respuesta, no cabe duda. Es necesario dar respuestas.

Como va a ser esa respuesta?

Va a ser una respuesta que fácilmente se nos convierta en dogma?

O va a ser una respuesta tal que permita al otro ser humano ubicarse a encontrar él su respuesta?

Como va a ser la cosa?

Una respuesta es mas fácil...va rápido, no hay que pensar mucho. Una respuesta, y ahí esta. Es mas útil, pero no se si contribuye a la libertad del espíritu.

Ahora...desde el punto de vista de la utilidad practica y de las cosas teóricas...la gente tiene respuestas, inclusive respuestas claras, categóricas, simples...tal vez sirviera mucho para ordenar sus propias vidas...

Acá hay que elegir: ¿que sera mejor? Dar una respuesta que sirva a la gente para ordenar sus vidas, tener coherencia y demás, aunque no la piensen, aunque no lleguen por sus propios medios, aunque sean dogmas...que sera mejor...será mejor eso?

O sera mejor darles posibilidades para que vayan buscando en una dirección y sigan con zozobra, inquietud, desorientación...que sera mejor?


Link Video Relacionado


www.imaginatuvuelo.blogspot.com

Operativa / Prácticas de Transferencia (final)



LECCION 5

Sondeo transferencial.

Con las explicaciones dadas en las lecciones anteriores, se está en condiciones de encarar estudios de cierta profundidad respecto de los símbolos y alegorías en el campo de la producción individual (en sueño, semisueño y vigilia) y también en el terreno de la producción colectiva (en cuentos, leyendas, mitos, arte, religión, etcétera).

Conductas individuales o grupales pueden, también, ser estudiadas desde el punto de vista simbólico y sígnico.

Pero ahora vamos a utilizar esos conocimientos como simples auxiliares de las técnicas transferenciales.

Recordemos que en este curso de operativa estamos trabajando con técnicas catárticas, con el objeto de producir descargas de tensiones que serían imposible de lograr por otros medios. También debemos operar con técnicas transferenciales que nos permitan desfijar e integrar contenidos psíquicos.

Damos por sentado que se sabe en qué circunstancias debe operarse con unas u otras técnicas.

I. Indicadores.

Las racionalizaciones, los ocultamientos, olvidos y bloqueos en general, indican resistencias a la abreacción catártica. Vencer esas resistencias, permitiendo que se expresen las tensiones hacia la periferia como descarga, es un problema técnico.

Asimismo, los contenidos fijados ofrecen resistencia cuando se trata de movilizarlos e integrarlos al proceso de la conciencia. En principio, los indicadores de resistencia son los mismos que aparecen al aplicar las técnicas catárticas pero, además, existen otros ligados estrechamente a la configuración y dinámica de las imágenes.

Para toda la operativa (catarsis, transferencia y autotransferencia), vale el mismo principio: detectar y vencer resistencias. Habrá que comprender cuáles son los indicadores de resistencia y cuáles los indicadores de que se han superado dichas resistencias. En el caso de la catarsis han sido suficientemente estudiados; en el de la transferencia pasamos a su explicación.


II. Indicadores de resistencia.

Una de las primeras condiciones que se debe cumplir en el proceso transferencial, es que el sujeto asocie libremente y, en lo posible, con imágenes visuales. Para que esta condición se dé con soltura, se procurará trabajar buscando el nivel de semisueño activo, en el que el sujeto irá describiendo al guía sus escenas mentales, mientras éste se limitará a dar dirección a las imágenes.

No se trata de que el guía sugiera imágenes (con lo cual trasladaría sus propios contenidos al sujeto), sino de que dadas las escenas que el sujeto relata, el guía debe ocuparse en dar dirección hacia distintas profundidades y alturas del espacio de representación, operando transformismos, contracciones y ampliaciones de imágenes cuando aparecen indicadores de resistencia.


Veamos los principales indicadores.

1º. Resistencias de racionalización, ocultamiento, olvido y bloqueo. Indican fuertes tensiones. En tales casos, el guía procede con un sondeo catártico de realimentación hasta que se produzca la superación de esas resistencia. Si las dificultades continúan, la catarsis deberá ser profunda.



2º. Dificultad en los desplazamientos verticales. Ocurre cuando el sujeto no puede ascender hacia las "alturas", o descender a las "profundidades". Habrá que lograrlo repitiendo y proporcionando al sujeto ayudas alegóricas de conectivas o determinados atributos. Estas ayudas que frecuentemente utilizará el guía estarán siempre referidas a vencer resistencias y serán más o menos armónicas dentro de las escenas del sujeto, de manera que pueda evitarse la infiltración de contenidos propios del guía.



3º. Dificultad en los desplazamientos horizontales. Ocurre cuando el sujeto no puede avanzar o retroceder en su escena. Será necesario repetir, suministrando ayudas alegóricas.



4º. Dificultad en las expansiones o contracciones. Ocurre cuando el sujeto no puede hacer "crecer" o "empequeñecer" su propia imagen u otra puesta por el mismo sujeto como dificultosa, peligrosa, etc. El guía dará ayudas alegóricas, hasta que se venza la resistencia.



5º. Dificultad en los transformismos. Ocurre cuando el sujeto no puede cambiar su ropaje o su aspecto, o bien, roles, edades, niveles, etc. También, cuando no puede operar inversiones de imágenes que crean climas negativos, en imágenes positivas. El guía apelará a recursos alegóricos de ayuda.



6º. Dificultad en la adhesión de un clima a imágenes. El guía deberá pedir al sujeto que busque imágenes hasta que el clima "encaje" en una escena recordada o ficticia. La dificultad estará superada únicamente cuando el sujeto experimente la real correspondencia entre clima e imágenes. Es decir, si el registro emergente de esas operaciones es artificioso, habrá que continuar el trabajo hasta que se produzca un "encaje" realmente sentido como tal por el sujeto.




7º. Dificultad en la disociación entre imagen y clima. El guía sugerirá trasladar el clima a otras imágenes, hasta que las originales pierdan fuerza emotiva.



8º. Irrupción catártica en el proceso transferencial. Será necesario permitir al sujeto que se exprese plenamente, pero habrá de suspenderse el proceso transferencial hasta que el sujeto esté nuevamente en condiciones de seguir las direcciones que le proponga el guía. Este caso es diferente de las expresiones catárticas que acompañan a la trasferencia, pero que no interrumpen el proceso de dirección que lleva el guía.



9º. Exceso de velocidad en los desplazamientos. El sujeto pasa de una escena a otra o entre imágenes tan velozmente, que no alcanza a percibir plenamente de qué se trata obstruyendo de ese modo, la descripción. Habrá que enlentecer el proceso, haciendo que el sujeto coloque los objetos que visualiza a grandes distancias entre sí, de manera que el "recorrido" de unos a otros obligue a una mayor demora. Otro recurso es el de pedir al sujeto que dé numerosos detalles de cada objeto que se le presenta.




10º. Rebote de altura. En un ascenso o descenso, el sujeto se encuentra súbitamente relatando escenas del plano opuesto. El guía deberá retomar el proceso y utilizar ayudas alegóricas en el momento en que puede producirse el rebote.

11º. Rebote de nivel. Ocurre cuando por presión de contenidos oprimentes, sobresalto, u otros factores accidentales, el sujeto continúa el proceso, pero con un marcado cambio hacia la racionalización. También, cuando el sujeto bloquea la secuencia. El guía deberá suspender y comenzar nuevamente el trabajo.



12º. Dificultad en la visualización de imágenes. De todas maneras, el guía emprenderá el trabajo. El sujeto trabajará entonces con aquel sistema de imágenes que le resulte afín.



Vistos los indicadores y la forma de tratarlos, se comprende cómo lo estudiado en simbólica y alegórica puede ser utilizado de un modo auxiliar por el guía, al proponer ayudas no racionales (alegorías por ejemplo) para que el proceso se
desarrolle evitando los rebotes de nivel que ocurrirían si el sujeto irrumpiera en un sistema de ideación crítico y autocrítico.

Repetimos que la simbólica y alegórica en materia de transferencia, juega un papel eminentemente auxiliar más que interpretativo como ocurre en otros campos.


Ejercicio de sondeo transferencial de resistencia.

El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se represente a sí mismo como el personaje central del chiste (o como uno de los personajes según el caso), procediendo a ejercitar: ascensos y descensos; avances y retrocesos; expansiones (agrandamiento de imagen) y contracciones (reducciones de imagen). En todos los casos, será necesario que el sujeto relate todo lo que sucede en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan. El guía tomará nota de todos los indicadores de resistencia que vayan apareciendo. En este ejercicio, no tratará de vencer ninguna de las resistencias que observe.

Terminado el sondeo de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos. Posteriormente, guía y sujeto cambiarán los roles.


LECCION 6

Sondeo transferencial.

Las tres técnicas principales de transferencia son: niveles, transformismos y expansiones.

I. Técnica de niveles.

Trabaja con distintos niveles del espacio de representación, en sentido vertical. Estos niveles espaciales no deben confundirse con los niveles de conciencia. En efecto, en sueño por ejemplo, el durmiente puede "ascender" o "descender" en su espacio interno, sin por ello despertar.

Cuando se trabaja esta técnica, el guía comienza por sugerir al sujeto que se represente a sí mismo en un plano que podríamos llamar "medio". Ese plano, es más o menos correspondiente al de percepción habitual.

Una vez que el sujeto se visualiza a sí mismo, el guía le sugiere descender. Allí surge la primera dificultad, pues el sujeto tendrá que descubrir cómo hacerlo. Conociendo los indicadores de resistencia y sus soluciones, el guía intervendrá cada vez que aparezcan dificultades.

Si la regla general de toda transferencia indica que debe vencerse toda resistencia para que las cargas se desplacen, subsiste el cómo hacerlo. En general, debe operarse de manera que el sujeto se enfrente con toda dificultad que aparezca, siempre que cuente con posibilidades de vencerla. Es decir, que si
una resistencia fuera más fuerte que el sujeto, éste terminaría en una frustración que aumentaría la resistencia posteriormente.

En transferencia se habla de "persuasión" de las resistencias, queriendo indicar con ello que se las debe acometer frontalmente si ellas no superan al sujeto, pero en caso contrario el guía debe intervenir apoyando la escena con algunos recursos alegóricos o, en ocasiones, invitando al sujeto a buscar una vía más fácil para llegar nuevamente a la resistencia, pero desde una perspectiva más favorable.

Siguiendo la idea de la persuasión de la resistencia, es siempre preferible antes que una lucha violenta que el guía sugiera la reconciliación con un defensor que impide agresivamente una entrada. Otro recurso similar en esos casos, es el del pago o trueque alegórico para persuadir al que dificulta el acceso.

En los descensos aparecen, frecuentemente, seres extraños que el guía puede convertir en aliados para que el sujeto continúe sus desplazamientos.

Casi siempre, a medida que se desciende, el espacio de representación se va oscureciendo, siguiéndose con ello un sistema de asociación propio de la vigilia y de la experiencia cotidiana, en el sentido de que en las profundidades está lo oscuro sea terrestre o marítimo. Vale lo opuesto en la dirección ascendente, ya que en las alturas están el sol, el cielo puro (más allá de las nubes de tormenta, por ejemplo), etc.

Pero existe otro fenómeno que coincide con la percepción del mundo externo, sin por ello ser dependiente de aquélla. En general, sucede que a medida que el sujeto desciende en su espacio, se aleja de sus centros ópticos, oscureciéndose la escena y apareciendo en "pantalla", representaciones traducidas o deformadas del intracuerpo (cavernas con animales, como representación de la propia boca, lengua y dientes; tubos de caída, como alegorización del esófago; globos o seres alados que se mueven rítmicamente como representación de los pulmones; barreras que remedan el diafragma; seres tentaculares, laberintos y pasadizos en relación con distintas partes del aparato digestivo; cavernas cálidas o asfixiantes, a veces iluminadas por fuegos mortecinos como deformación y traducción de registros cenestésicos sexuales; texturas acuáticas, barrosas o viscosas, como representación de humores o sustancias que operan en el intracuerpo, etc.).

A medida que el sujeto asciende el espacio se va aclarando mientras la respiración se va haciendo alta, produciéndose traducciones pulmonares con nuevos seres alados, esta vez luminosos como ángeles, aves, etcétera.

Existe cierta profundidad límite, más allá de la cual no es posible descender... allí todo queda oscurecido. En las alturas, por encima del cielo iluminado, del sol y las estrellas, ocurre el mismo fenómeno: todo queda oscurecido. El oscurecimiento final, tanto en los ascensos como en los descensos, coincide con los límites del propio cuerpo. Por cierto que tales límites son difíciles de tocar, por cuanto se producen frecuentes rebotes, pero que sirven a la continuación de las escenas.

En la técnica de niveles no debe confundirse la luz que depende de un determinado foco (luces subterráneas, fuegos volcánicos, ciudades iluminadas bajo las aguas, etc. Inversamente: el sol, la luna, las estrellas, las ciudades de la
luz, los objetos cristalinos o radiantes, etc.), con la iluminación general del espacio, que es la que delata el nivel de la representación.

Sintetizando la técnica de niveles decimos que se comienza en el plano medio, se desciende hasta límites aceptables de visualización y movilidad de imágenes, desandando luego el camino por el que se descendió hasta llegar al plano medio.



Desde allí, se asciende hasta límites también aceptables y se desciende haciendo el mismo recorrido hasta llegar al plano medio.

Siempre se comienza y concluye en el plano medio, sacando al sujeto al final, de sus escenas más o menos irracionales hasta un sistema de representación cotidiano. En él, las asociaciones libres comienzan a ceder frente a la racionalización que sugiere el guía. Se pretende que la sensación de la "salida" del proceso transferencial, sea gradual y reconfortante.

En ningún caso, se debe sugerir la salida de un modo abrupto o de un plano que no sea el medio.


II. Técnica de transformismos.

Trabaja manteniéndose en el plano medio de representación. Como de costumbre el sujeto se representa a sí mismo. El guía lo invita a que se desplace hacia "adelante" como si se viera caminando en cualquier escena que ha propuesto el sujeto para comenzar el trabajo.

Cuando la escena cobra la soltura típica de los procesos de asociación libre, el guía va proponiendo cambios en las vestimentas del sujeto, luego cambios en las distintas imágenes que van apareciendo, hasta detectar resistencias. Cada resistencia que se detecta debe ser superada adecuadamente.



A veces sucede que los transformismos no ofrecen mayores resistencias, pero sí el pasar de un ámbito a otro, el salir de un reciento o entrar en el, etc. Todo ello deberá vencerse con las ayudas alegóricas del caso, o transformando unas imágenes en otras.

El trabajo continúa, efectuándose el regreso al punto inicial. Desde allí se procede a sacar al sujeto, mediante racionalizaciones de la escena y siempre de un modo amable y gradual.


III. Técnica de expansiones.

Trabaja tanto en el nivel vertical (técnica de niveles), como en el horizontal (técnica de transformismos). Opera siempre que en los temas o argumentos se producen encierros, obstrucciones o incompatibilidades por cuestiones de tamaño. Existen desproporciones de tamaño entre la imagen del propio sujeto y un objeto a través del que se quiere pasar (pasadizos que se cierran, ojos de cerradura, escalones demasiados separados o altos para el paso, etc.). También puede darse el caso de desproporciones con respecto a objetos que se desea hacer pasar al interior del sujeto (una fruta que se quiere comer aparece demasiado grande o demasiado pequeña).




Se producen también dificultades en la relación entre seres por el mismo motivo (gigantes y enanos), o desproporciones en la misma figura (cabeza descomunal y miembros muy finos), etcétera.

Cuando se presentan dificultades del tipo de las citadas, el guía sugiere expansiones o contracciones de las imágenes afectadas, hasta que se proporciona la escena. A veces, es necesario apoyarse en recursos alegóricos, para facilitar la integración de imágenes en un argumento dado.

¿Cuando aplicar cada una de las técnicas?

En general, se trabaja dando al sujeto dirección según la técnica de niveles, pero a medida que ésta se desarrolle, aparecerán resistencias que estarán referidas a los desplazamientos horizontales o a los tamaños de las imágenes. Por lo tanto, las técnicas de transformismos y expansiones se utilizarán en el momento en que se detecten las resistencias correspondientes dentro de la técnica general de niveles.

Solo en el caso en que, por anteriores sesiones, esté claro que el problema fundamental del sujeto se refiere a resistencias en los transformismos o en las expansiones, se procederá directamente con esas técnicas prescindiendo de los desplazamientos por niveles verticales.


Ejercicios de sondeo y desplazamiento transferencial.

El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se presente a sí mismo como el personaje principal del chiste (o como uno de los personajes, según el caso), procediendo a ejercitar la técnica de niveles. Cada vez que se encuentre una resistencia, el guía llevará al sujeto a vencerla y, según los casos, usará técnicas de transformismo y expansión.

Será necesario que el sujeto relate todo lo que va sucediendo en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan.

Terminando el sondeo y vencimiento de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas y las dificultades de vencimiento, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos.

Posteriormente, guía y sujeto cambiarán de roles.

El sondeo transferencial es una práctica que no requiere de mayores preparaciones ni requisitos previos. Puede ejercitarse aún a nivel vigílico, siempre que el sujeto pueda colocarse en un estado de no racionalización y en el que fluyan las asociaciones libremente.






LECCION 7

Transferencia de imágenes.

Con los sondeos transferenciales (así como con los sondeos catárticos), puede trabajarse en numerosas situaciones de la vida diaria, sin que el sujeto necesite de conocimientos especiales.

Cuando se quiere realizar transferencias profundas, las cosas cambian ya que el sujeto debe tener suficiente datos sobre estos temas. El motivo principal radica en que toda sesión transferencial profunda se cierra con una discusión vigílica entre guía y sujeto, siendo este último quien, en definitiva, interpreta y ordena su propio proceso.

La discusión vigílica exige especiales conocimientos por parte del sujeto, ya que de otro modo las interpretaciones del guía concluirán en la proyección de sus propios contenidos. Además, ocurre un fenómeno posterior: el de la elaboración postransferencial, en el cual el sujeto integra verdaderamente los contenidos movilizados en el trabajo anterior. En esa elaboración, el sujeto debe contar con recursos como para disponer de ellos sin ayuda del guía.


¿En qué casos se apela a la transferencia profunda?


Cuando interesa comprender mecanismos complejos de conciencia. Cuando se desea superar problemas biográficos que continúan presionando sin resolverse en la situación actual.

Cuando se quiere provocar desplazamientos e integraciones de importancia.


¿En qué casos no se apela a la transferencia profunda?


Cuando el sujeto muestra síntomas de anormalidad síquica.

Cuando el sujeto considera al trabajo como un sistema terapéutico.

Cuando el sujeto pretende resolver problemas que deberían estar superados por el ejercicio de prácticas anteriores.

Cuando el sujeto se encuentra en la situación previa de resolver problemas catárticamente.


Pasos de la sesión transferencial.

1º Preparación. Resuelto el interés del sujeto en torno a por qué desea acometer un proceso transferencial, el guía tomará nota de las fallas orgánicas y sensoriales del sujeto, a las que tendrá siempre en cuenta como posibles productoras de señales.
En un ambiente adecuado, guía y sujeto se sentarán cómodamente, uno al lado del otro. Será necesario que la iluminación sea suave y, en lo posible, difusa.
Se pedirá al sujeto un relax completo y profundo.

2º Entrada. Se pedirá al sujeto que proponga un hecho biográfico, un sueño, o una imagen de su interés. Se recomendará la sensación de "caída" (propia de la entrada al sueño, a fin de eliminar las racionalizaciones y permitir el acceso al semisueño asociativo activo), siguiendo a la imagen propuesta.

3º Desarrollo. El guía sugerirá las direcciones del caso, partiendo siempre desde el plano medio y sobre la base de la imagen dada por el sujeto. Allí donde aparezcan resistencias, el guía ayudará a vencerlas del modo ya estudiado. En el desarrollo, seguramente se apelará a las tres técnicas conocidas de niveles, transformismos y expansiones. El guía tomará nota de aquellas resistencias que no han sido vencidas satisfactoriamente en la sesión, o bien que aparecen transformadas en diferentes escenas, mostrando su mismo origen.

4º Salida. Una vez llegado al punto inicial luego de desandar todos los recorridos del caso, el guía promoverá un clima de reconciliación del sujeto consigo mismo, apelando a imágenes agradables. A partir de ese momento, comenzará a racionalizar progresivamente, hasta que el sujeto recupere su nivel vigílico habitual.

click sobre la imagen para ampliarla

5º Discusión vigílica. Una vez recuperado el sujeto, comenzará la discusión sobre la base del material recogido. El sujeto deberá reconsiderar todo el trabajo efectuado resumiendo las dificultades encontradas, las resistencias y los vencimientos producidos. Allí donde queden puntos olvidados, el guía los destacará.

Sujeto y guía efectuarán una reducción simbólica y una agrupación alegórica, intentando una síntesis interpretativa. Esta síntesis tendrá mayor éxito a lo largo de varias sesiones transferenciales, cuando se tenga material suficiente de todo un proceso. De cualquier manera, será conveniente al finalizar cada sesión, que se produzca la síntesis.

6º Elaboración postransferencial. Terminada la sesión y habiendo acordado los detalles de la próxima, el sujeto quedará sin guía en ese lapso. Será conveniente, entonces, que tenga en cuenta sus sueños nocturnos, sus ensueños cotidianos, sus cambios de enfoque respecto de la problemática interna y sus cambios de conducta. Convendrá que vuelque sus observaciones por escrito y las lleve a las próximas sesiones como material complementario.

7º Conclusión del proceso transferencial. No se puede fijar el número de sesiones necesarias para la conclusión de un proceso. Ello dependerá del tipo de interés manifestado al comienzo por el sujeto. De todas maneras, será evidente la terminación de un proceso cuando en las elaboraciones postransferenciales, el sujeto experimente registros de comprensión y "encaje" de contenidos, hasta ese momento no integrados. Un indicador decisivo será el cambio de conducta respecto de una situación concreta que se deseaba superar.


click sobre la imagen para ampliarla


Observaciones.

En esta forma de transferencia, los temas van coincidiendo con los argumentos. Ello facilita las cosas, ya que al ir modificando los temas de una escena, también se van operando transformaciones de los climas que pudieran ser negativos.

Sucede, a veces, que no puede trasladarse un clima porque la resistencia es muy grande. Se procederá entonces gradualmente, desde el tema fuertemente asociado con la carga negativa, hacia un tema próximo, a fin de que el segundo cobre las connotaciones del primero (por ejemplo: aparece un pariente vestido de cierta manera, con una determinada actitud y en una escena desagradable. Si la resistencia a los transformismos de esa imagen fuera muy grande, habrá que hacer participar a otra persona y rodearla de los atributos de la primera, a fin de que el clima se transfiera. De la segunda se pasará a una tercera, etc.).

Recordemos acá lo dicho anteriormente respecto de la "persuasión" de las resistencias. En primer término, el guía nunca promoverá la irrupción súbita de imágenes que el sujeto experimente como peligrosas. Guiará en sentido opuesto a las resistencias, con prudencia y sin violencias. No dejará desarmado al sujeto frente a las imágenes que no pueda sobrellevar. Eludirá la confrontación directa, en favor de persuasiones (o retrocesos), si el clima se hiciera angustiante. Cuando comprenda que no puede resolver una dificultad, postergará el trabajo a las próximas sesiones tomando adecuada nota.


Ejercicio de transferencia de imágenes

Antes de comenzar, se recomienda releer los ejercicios de sondeo transferencial de resistencias y de sondeo y desplazamiento transferencial.

Se efectuará una práctica pedagógica, en la que uno de los presentes será guía y otro sujeto. El resto de los partícipes tomará notas. La discusión y el aporte final serán conjuntos.

Realizada la práctica, los interesados podrán iniciar por su cuenta (y sólo de a dos personas) un proceso transferencial de varias sesiones. Guía y sujeto intercambiarán sus roles, de manera que el dominio de las técnicas por parte de ambos sea equilibrado.



LECCION 8

Transferencia de climas.

En relajación se trabajó convirtiendo imágenes cotidianas tensas e imágenes biográficas. Fue una tarea adecuada para aquel nivel. De un modo limitado, allí estaba planteado el trabajo transferencial en el sentido de disociar climas negativos referidos a ciertas imágenes, tratando ulteriormente de positivizar las emociones.

Cuando hablamos de transferencia de climas, nos estamos refiriendo a una forma particular de trabajo que es necesario acometer siempre que en un sujeto no se pueda disociar una imagen de un clima, ni se pueda transferir esa carga a otros contenidos, ni se la pueda positivizar, por cuanto existe solamente el clima pero sin referencia a temas o argumentos visualizables.

Si un sujeto experimenta un clima negativo ligado a temas biográficos, cotidianos o aún imaginarios, la transferencia de imágenes rendirá sus mejores frutos ya que, teniendo imágenes por base, será relativamente fácil de conducir el traslado de cargas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien experimenta un clima de depresión, o temor, o inseguridad, o angustia en general? ¿Qué pasa cuando no hay una fobia referida a objetos precisos; una imagen obsesiva definida; una compulsión hacia objetos o hechos ciertos, sino una desazón profunda, general y difusa?

Respondemos a esas preguntas diciendo que estamos en presencia de climas sin imágenes visuales (ya que sin duda operan imágenes cenestésicas, kinestésicas y de diferentes sentidos externos), y que estamos en condiciones de transferir, modificar e integrar, únicamente si logramos asociarlos con imágenes previas. Esa es la tarea que se emprende en la transferencia de climas.


Requisitos.

En el caso de un sujeto que experimenta un clima pesado (no ocasional), negativo y difuso, antes de proceder con las sesiones transferenciales, será importante saber si existen fallas orgánicas que puedan afectarlo de un modo general (por ejemplo: fallas glandulares, circulatorias, etc.). Son muchos los casos en los que la falla que produce tales climas es netamente física y, de ningún modo, síquica. El tratamiento médico, al corregir el problema, puede solucionar la dificultad.

Los problemas físicos producen impulsos difusos como los mencionados más arriba y también imágenes que, en las transferencias normales, aparecen repitiéndose deformadamente, pero en "lugares" idénticos del espacio de representación.

Si bien la dificultad física no puede corregirse por medios transferenciales, el sujeto puede llegar a redimensionar el problema, a enfocarlo de un modo nuevo y, por último, a integrarlo, si es que no hubiera solución médica para su situación.

Es, pues, un requisito importante (ya mencionado anteriormente), que el sujeto sometido a la presión de esos climas difusos determinantes, apele al examen médico.

Otro requisito consiste en que trate de encontrar su origen en el tiempo (para lo cual podrá recurrir a su material autobiográfico, producido anteriormente).

Detectado el comienzo del problema, el guía podrá orientarse mejor en el proceso .

Por último, es requerido saber si el sujeto no puede asociar esos climas a imágenes visuales en razón de que no trabaja con ellas. En tal caso, se podrá apelar a la transferencia de climas, pero el sujeto hará por su cuenta las prácticas recomendadas en su momento para corregir el defecto.


click sobre la imagen para ampliarla


Tratamiento de los climas sin imágenes visuales.


Paso 1º Preparación. Del mismo modo que en las transferencia de imágenes.

Paso 2º Entrada. Del mismo modo que en la transferencia de imágenes, sólo que buscando el clima que se desea adherir. A continuación se pedirá al sujeto que busque situaciones biográficas o ficticias en las que el clima "encaje" adecuadamente y sin sensación de artificiosidad. Luego, el sujeto tratará de "encajar" el clima en otras imágenes, buscando siempre la ligazón óptima.

Toda la sesión podría estar ocupada con ese trabajo, sin lograrse buenos resultados.

En tal caso, se realizará en sesiones siguientes nuevamente la preparación y la entrada, hasta que se encuentre un buen "encaje". Independientemente del número de sesiones invertidas en el "encaje", una vez logrado se pedirá al sujeto que perfeccione las imágenes hasta que el clima cobre toda su fuerza sugestiva.

No se seguirá adelante hasta tanto el clima quede fuertemente adherido a temas y argumentos precisos. La etapa de asociación del clima con las imágenes estará completada cuando el sujeto al concentrarse en la escena obtenga registros "verdaderos" del clima en cuestión.

A menudo, en el intento repetido de adecuar imágenes al clima difuso, el sujeto recuerda la escena que realmente marcó el comienzo del problema. En tales casos, se trabaja siguiendo los pasos de la transferencia de imágenes.

Logrados el "encaje" y la fuerte asociación, ya se puede continuar con los siguientes pasos, que son los mismos de la transferencia de imágenes.

Observaciones.

A fuerza de trabajar con un clima y de reforzar su registro, el sujeto puede desencadenar una abreacción catártica que baje el potencial necesario para la asociación con una imagen dada. Se dejará, de todas maneras, que se produzca la descarga con plenitud suspendiendo posteriormente la sesión. Está claro que se habrá ganado en el alivio de tensiones, pero será necesario sacar consecuencias de tal hecho, en diálogo con el sujeto.

Es importante para el guía obtener algunos datos biográficos del sujeto y, en lo posible, material de ensueños, sueños y alegorizaciones, para que la orientación sea más fácil.

A veces, el clima difuso está confundido con tensiones permanentes, diferentes de las que dan origen, pero que impiden que el sujeto entre en el nivel de semisueño activo necesario. Considerando tal posibilidad, puede intentarse un sondeo catártico de realimentación. Puede ocurrir, por ejemplo que producida una catarsis, el clima cese de operar o se manifieste con las imágenes correspondientes que, habitualmente, se encontraban amortiguadas por el sistema de tensiones permanentes.


Ejercicio de transferencia de climas.

Se efectuará una práctica pedagógica en la que alguno de los presentes pueda disponer de un clima difuso, aún cuando no sea de gran importancia, a los efectos de trabajar en el "encaje" y asociación a imágenes.

El trabajo posterior entre dos personas estará dependiendo de que se presente el caso en que exista un clima negativo decisivo, sin imágenes. De manera que no se procederá artificialmente con sujetos cuyos climas estén referidos a imágenes definidas.


Ejercicio de transferencia negativa.

Un trabajo muy útil que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio con la imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etc.).

Primeramente el guía procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.

Se trabajará posteriormente para producir el traslado y "encaje" del clima inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente asociado con él el clima inhibitorio.

Para acelerar el proceso de "encaje" y asociación, el sujeto podrá repetir por su cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente para obtener la transferencia negativa.

Si al evocar el hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese momento.

Esa técnica obtendrá excelentes resultados, siempre que: 1º el sujeto tenga buenas y claras razones para intentar el abandono del hábito; 2º desee verdaderamente desembarazarse de él como asunto de importancia vital; 3º la propuesta sea definitiva. O sea, no de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.

Será conveniente, en las sesiones de transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia profunda.




LECCION 9

Elaboración postransferencial

En otras lecciones se comentaron los pasos de la elaboración postransferecial y de conclusión del proceso transferencial, teniendo en cuenta determinados indicadores.

Tales eran el cambio de enfoque del sujeto respeto de sus problemas, la modificación positiva de la conducta referida a situaciones concretas y los registros de comprensión y "encaje" de contenidos hasta ese momento no integrados.

Existen otros muchos indicadores de que el proceso transferencial ha podido cumplirse exitosamente, pero, desde luego, que ellos deberán estar en función de la propuesta inicial del sujeto. Así, si el interés expreso fue el de adquirir técnicas o mayores conocimientos sobre el trabajo de la conciencia, parece extraño que tenga que producirse un cambio de conducta como consecuencia de ese trabajo transferencial.

Otro tanto puede decirse del que se interesa por desfijar y trasladar un determinado clima y espera, posteriormente, consecuencias no formuladas al guía, de tal manera que éste resulta ajeno a sus expectativas y no puede conducir el proceso adecuadamente.

No obstante lo anterior, será bueno aclarar que si bien el guía se irá orientando al tener en cuenta los intereses formulados por el sujeto, también lo hará sobre la base de los indicadores de resistencia y, por este hecho, podrán producirse descargas y desplazamientos no previstos que pueden llegar a modificar el planteo inicial.

La elaboración postransferencial, del mismo modo que la sesión transferencial, pueden producir una integración y reordenamiento en cadena, y el proceso continuar desenvolviéndose bastante tiempo después de concluido el trabajo guiado. En tal caso, el sujeto experimentará que "algo" sigue cambiando en él.

A veces se integran contenidos fijados a etapas muy antiguas de la biografía, no en las sesiones, sino después, en el proceso postransferencial. Imaginemos a una persona adulta en la que reconocemos rasgos infantiles muy marcados. Esa persona termina un proceso en el que logró modificaciones de cierta importancia. Pero en cuanto a los rasgos anotados, no observamos ningún cambio. Poco a poco, sin embargo, empezamos a observar que el sujeto va omitiendo aquellas características y en su reemplazo comienzan a aparecer roles cada vez más maduros, propios de su edad. Ese tipo de caso ocurre con frecuencia, aunque tiempo después de haber concluido con las sesiones.

Un fenómeno curioso puede ocurrir en el momento en que por acción del proceso postransferencial se acelere el desgaste del núcleo de ensueño y se transfiera su energía en otra dirección. De todas maneras, el cambio radical que habrá de operarse será positivo, por cuanto marchará en la línea progresiva de la integración de contenidos.


click sobre la imagen para ampliarla


Recomendación.


Reléase todas las lecciones referidas a transferencia y efectúense los ejercicios que fueron trabajados incorrectamente.


Link al Video Operativa en Esquemas



LINK PRESENTACION INTERACTIVA " Prácticas de Transferencia"(final)





Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Pràcticas de Relajación (Distensión)

Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Pràcticas Sicofísicas

Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Prácticas de Autoconocimiento

Link entrada relacionada Epílogo - Autoliberación

Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 1)

Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 2,3,4)

Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lecciónes 5,6,7,8 y 9) Final




www.imaginatuvuelo.blogspot.com

Impulso



Pudiera parecerte que el mundo interno es pequeño en comparación con los miles de millones de estrellas que pueblan el cosmos, o con la multiplicidad ilimitada en que se manifiesta la vida. El mundo interno, que sólo abarca desde los ojos hasta la nuca, no ocupa espacio en comparación con la enormidad del mundo externo y sin embargo, cada vez que abres los ojos, se expande a todo lo que percibes.

Cuando percibes, estás observando también al mundo interno.

El mundo interno afecta completamente a esa realidad externa. No se trata simplemente de un teñido de acuerdo al estado de ánimo en que me encuentro.

En lo humano existe intencionalidad. Esa intencionalidad es un impulso que lleva hacia el exterior todo lo que contiene el mundo interno.

Esa intencionalidad traslada el mundo interno hacia fuera de lo humano, hacia fuera de sí mismo, construyendo la realidad y no simplemente tiñéndola con el filtro del mundo interno.

Si internamente estamos llenos de contradicciones y sufrimiento, así será la concreción de la realidad en el paisaje externo.

Si por el contrario, estamos en contacto con una verdad o con el sentido, ah!, contemplaremos maravillados la construcción que realizamos.

¿Qué hay en ese mundo interno que la conciencia intenta trasladar hacia el mundo externo? ¿Qué es lo que buscamos fuera de nosotros?.

Ese impulso es de una fuerza tal, que la conciencia está dispuesta a transformar el mundo entero para completarlo. Está dispuesta a transformarse incluso a sí misma para trasladar a la existencia eso que está guardado muy adentro de ella.

Hay un mundo interno, hay un mundo externo y hay un impulso que traslada ese mundo interno hacia fuera de sí mismo.

La conciencia se encuentra entre estos dos mundos.

Si negamos el mundo interno, el mundo externo se vuelve mecánico y vacío. Si negamos el mundo interno, vaciamos la vida y al mundo de contenido y de significado.

A ese proceso se lo conoce como deshumanización. La deshumanización es la negación del impulso que comunica la interioridad con la exterioridad. La deshumanización es una mirada que niega la posibilidad de realizar el mundo querido y profundo en el exterior.

Lo humano no es una forma de vida mas, alcanzada por una mecánica evolución. Lo humano no es un modo sofisticado de la vida para alimentarse y reproducirse; lo humano es un impulso que viene de muy lejos y busca trasladar algo muy importante que viene desde esa lejanía, a un lugar que puedas ver y contemplar.

Algunas veces tienes ante tus ojos la imagen o el sonido de aquello que traes de tan lejos y entonces, entras en un momento extraordinario; una emoción como si todo el bien se te hubiera entregado junto, te desborda. Desde afuera quien te observe no ve nada especial, sin embargo tu estás en presencia de los dioses...



Link al video



www.imaginatuvuelo.blogspot.com

Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 2,3,4)



LECCION 2


I. Espacio de representación y niveles de conciencia.

A medida que desciende el nivel de conciencia se estrechan los umbrales de percepción de los sentidos externos y se amplían los umbrales de los sentidos internos. Las representaciones, por consiguiente se internalizan en el espacio de representación. Aumentan, además, las traducciones y deformaciones de impulsos perceptuales y, como los mecanismos de reversibilidad se bloquean, crece la sugestibilidad de las imágenes.



En las imágenes del sueño profundo, el sujeto suele "verse" así mismo participando de la escena representada, a diferencia de la representación vigílica en la que el sujeto representa al mundo "afuera de sí" y lo observa "desde sí".

La participación de la imagen de sí mismo en las escenas oníricas, es similar a la de los recuerdos propios de memoria antigua... una persona suele "verse" a sí misma participando de la escena cuando se recuerda en tiempos de la infancia o, por lo menos, bastante alejados del momento actual. Si, en cambio, ese individuo recuerda la escena que percibió hace pocos minutos, la representará como "viéndola" desde adentro de sí, estando la escena afuera.

Cuando el sujeto se ve a sí mismo participando de la escena (en el sueño profundo), emplaza su observación en un punto más interno que el de las imágenes. El punto de observación se internaliza a medida que desciende el nivel.

Ejemplifiquemos ese curioso funcionamiento.

Adelante mío, hay un pequeño objeto que deseo coger. Cierro los párpados y lo represento en la periferia de mi espacio de representación (coincidiendo aparentemente con el espacio externo), "viéndolo" desde un punto que aproximadamente corresponde al emplazamiento de mis globos oculares. En esa situación si quisiera cogerlo, podría alargar mi brazo, abrir los dedos, y más o menos, calcular la distancia para llegar a él.

Sí, en cambio, represento al objeto "adentro de mi cabeza", lo veo desde un punto aun más interno, que experimento como "más atrás de mis ojos". Si, en este segundo caso, quisiera coger el objeto, tendría serios inconvenientes, ya que lo he emplazado en un espacio interno inútil para las operaciones corporales externas.

Precisamente, al caer el nivel de conciencia, y estrecharse los umbrales perceptuales externos, la actividad corporal externa cesa. Las imágenes se hacen más internas y el punto de observación se profundiza, pudiendo el sujeto representarse aún a sí mismo, sin comprometer con esas imágenes internas a la actividad del cuerpo en el espacio externo.



Sí las imágenes (en el sueño) se externalizaran en el espacio de representación, llevarían cargas que trazarían actividades hacia el centro motriz y, consecuentemente, las imágenes kinestésicas dirigirían la actividad motriz hacia las direcciones trazadas. El sujeto, entonces, tendría el cuerpo en continua actividad y aún podría levantarse y ponerse a caminar en la dirección que propusieran las imágenes "externas". Ello no es así, gracias a la internalidad de las representaciones en ese nivel. Solamente queda un remanente trazador, en los movimientos de los globos oculares cuando se desarrollan las escenas oníricas.

Desde luego que en los casos de sueño alterado, como el de las llamadas "pesadillas", o en el de sonambulismo, ocurre algo de todo aquello (expresiones corporales hacia el espacio externo), como una anormalidad en el emplazamiento de las imágenes. El sujeto puede agitarse, hablar, reír, etc., porque su conexión con el mundo externo no está suficientemente anulada (sea por fuerte presión de contenidos o estímulos internos que provocan un "rebote" de nivel de conciencia, o por una alerta excesiva hacia el mundo externo).

El hecho es que las imágenes se internalizan en el espacio de representación a medida que desciende el nivel y a la inversa.

Tanto los recuerdos correspondientes a la percepción de sentidos externos como las imágenes correspondientes a estos, pero que son traducción de impulsos captados por sentidos internos, se representan (en el nivel de sueño) emplazadas en la profundidad del espacio de representación. Con ello, la carga de dichas imágenes se transfiere al intracuerpo.

Supongamos ahora que un sujeto percibió en un momento de su vida una escena desagradable. En aquella situación tal escena generó una serie de climas y tensiones a nivel muscular externo y profundo. La situación sucedió hace tiempo y, sin embargo, cada vez que el sujeto evoca la escena, se actualizan las tensiones y los climas correspondientes.

Ahora el sujeto duerme y algunas cadenas asociativas presentan las imágenes desagradables u otras que movilizan a las tensiones y a los climas mencionados. Las tensiones internas son captadas por cenestesia y traducidas a imágenes visuales en una escena posiblemente extraña, pero el argumento de dicha escena hace que las imágenes se desarrollen trasladando cargas en distintas direcciones (o cargas de unas imágenes a otras), hasta que finalmente cesa la tensión profunda por transferencia de cargas.

En el ejemplo presentado, podría suceder que ciertas imágenes o ciertos climas se repitieran. Ello estaría delatando fijaciones, es decir, contenidos más o menos obsesivos que son tales porque no han podido transferir sus cargas, disociando el normal proceso de conciencia.

Podría ocurrir, también, que el sujeto hubiera bloqueado los contenidos desagradables y ni siquiera recordara a nivel vigílico los hechos sucedidos. No obstante, las tensiones profundas permanentes seguirían enviando impulsos que se traducirían en los sueños con más facilidad, ya que los umbrales cenestésicos estarían más ampliados que en vigilia. El sujeto, en vigilia, solo tendría noción de un clima difuso y generalizado, sin relación con escena alguna y que operaría como trasfondo de sus actividades. En sueños, el clima se relacionaría con imágenes traducidas por cenestesia. Esas imágenes serían el "intento" transferencial de la conciencia para liberarse de las tensiones profundas permanentes, disparando cargas hacia el intracuerpo.

Empieza a comprenderse que la técnica transferencial trabaja dirigiendo imágenes y climas a fin de trasladar cargas que por algún motivo no pueden liberarse en el proceso normal de la conciencia.

Si la técnica transferencial logra su objetivo, provocará desbloqueos, relajaciones e integraciones equilibradas de contenidos, permitiendo que continúe el desarrollo interno del sujeto

La técnica transferencial no podrá actuar en el nivel vigílico según se desprende de lo explicado (salvo en el caso de alegorizaciones propias del sondeo transferencial). Tampoco podrá hacerlo en el nivel de sueño, ya que en él la conciencia queda desconectada de las incitaciones externas, impidiendo al guía toda operación.

Es obvio que la transferencia guiada será aplicable en el nivel de semisueño y tanto más eficaz habrá de ser, cuanto menos actúe la racionalización, mejor se traduzcan los impulsos internos y más poderosas sean las representaciones del sujeto.



Tampoco habrá una transferencia cabal, usando métodos hipnóticos, por que en tales procedimientos se trabaja con imágenes inducidas por el guía y no con imágenes que son traducción de los impulsos del propio sujeto.

Por último, un trabajo con asociaciones libres o con sus simples interpretaciones tendrá, a lo sumo, efectos catárticos pero no rendirá los mejores frutos al no dirigir las imágenes que son, en definitiva, las portadoras de cargas.


II. Profundidades y niveles del espacio de representación.

En relajación se trabajó con el apoyo de una imagen esférica, que expandiéndose desde el centro del pecho llegaba hasta los límites del cuerpo. Al producirse tal expansión de la imagen, se registró una distensión profunda que conocimos como "experiencia de paz". Algunas personas tuvieron dificultades en la expansión o contracción de la imagen. Esos inconvenientes correspondieron a resistencias dadas por tensiones emplazadas en distintas profundidades del intracuerpo que, traducidas cenestésicamente, impedían el control de la imagen propuesta.



Toda imagen "interna" que se expande o se contrae, lo hace en el espacio de representación y, por tanto, afecta con su carga distintas profundidades del intracuerpo. Allí donde la imagen sufre deformaciones, o elude su trayectoria o interrumpe su proceso, muestra su campo de tensión. Y allí donde la imagen vence resistencias logra relajación.

Ahora bien. A medida que desciende toda imagen "interna" en el espacio de representación, este se va oscureciendo. A medida que la imagen sube de nivel en el espacio de representación, este se va aclarando coincidiendo con el emplazamiento de las localizaciones ópticas. En los ascensos y descensos de imagen, surgen también deformaciones, eluciones de trayectoria o interrupción de proceso, mostrándose campos de tensión en determinados niveles del intracuerpo. Donde la imagen venza resistencias, logrará relajaciones.




III. Revisión de aparatos e impulsos.

Damos a continuación, un esquema más completo de los aparatos e impulsos de manera que pueda resumirse mucho de lo explicado hasta aquí.




Por razones de simplificación, no hemos distinguido las vías asociativas y las abstractivas, el mecanismo atencional y la "pantalla" de las operaciones de conciencia (espacio de representación). Insinuamos las respuestas externas de los centros con una simple flecha, sin destacar respuestas codificadas completas, como son los roles de conducta.

Ejercicios de revisión.

El guía pide al sujeto que efectúe los relax externo, interno y mental. Luego sugiere que realice la experiencia de paz. Finalmente, solicita que describa las dificultades que encontró en cada caso. Si el sujeto no domina alguna de las operaciones, deberá ejercitarse hasta tener los resultados correspondientes.

La falta de dominio de las técnicas de relax, puede ser impedimento serio para el trabajo transferencial que iniciaremos más adelante.



LECCIÓN 3

Alegorías, símbolos y signos.

Al caer el nivel de conciencia, se internalizan las imágenes en el espacio de representación. Simultáneamente se modifica el tiempo de conciencia.

En efecto, en vigilia se tiene noción de lo recordado (pasado), lo que se percibe o representa ahora (presente) y lo que se proyecta imaginariamente, de un modo dirigido o asociado (futuro).

En sueño profundo, las representaciones correspondientes a tiempos diferentes se entremezclan, y a veces se sintetizan en un solo objeto. De esto resulta que, en poco tiempo, el soñante puede asistir no solamente a una veloz secuencia de imágenes, sino que cada una de ellas puede estar compuesta de muchos elementos que, al concentrarse, dan noción de una gran variedad de experiencias. El sujeto, en pocos segundos, experimenta una escena onírica que le llevará muchos minutos para recordar o para relatar. También sucede que se contrae el tiempo que transcurre entre el comienzo y el fin del sueño, ya que muchas horas se experimentan como breves instantes.

Las imágenes se articulan sobre la base a datos de memoria. Alguien puede recordar un paisaje o, también, puede imaginarlo componiéndolo con elementos de distintos lugares recordados. El segundo caso, de composición imaginaria, puede ser sintetizado de manera que en un solo objeto se contraigan o se concentren las propiedades de distintos objetos.



Veamos los ejemplos. Recuerdo árboles próximos a un río y con un fondo de montaña. Luego, agrego a ese paisaje otros elementos: un caballo abreva en el río. En el árbol se enrosca una serpiente, mientras en las alturas revolotea un águila. En la montaña se eleva una columna de humo producida por un incendio.

Los elementos agregados al paisaje original, no forman parte de una misma escena recordada, sino de diferentes escenas. He concentrado, en el mismo paisaje percepciones efectuadas en momentos diferentes.

En el primer caso he recordado algo de un modo dirigido. En el segundo he agregado elementos asociativamente.

Puedo sintetizar aún más, aproximadamente así: "En la cumbre de la montaña hay un árbol. Desde él surge agua que, convertida en río, desciende. Un extraño animal alado, un dragón, merodea en torno del árbol lanzando fuego por la boca. Sus patas son fuertes como las de un caballo, su aspecto es de serpiente, sus alas son de águila”.

En el primer caso presentamos un paisaje recordado. En el segundo, un paisaje imaginario y, en el tercero, un paisaje alegórico.

Una alegoría es la concentración de asociaciones en un mismo objeto representado, a diferencia de los simples objetos asociados que derivan unos de otros pero sin perder su identidad.

También existen representaciones que no resultan de recuerdos, o de asociaciones concentradas como las alegorías, sino que surgen del trabajo de las vías abstractivas de la conciencia. Tal es el caso de los símbolos.

En los símbolos se despoja a una imagen de elementos accesorios, manteniendo solamente sus características formales más generales.

Por ejemplo. De un terreno cultivado se eliminarán todos los detalles y resultará un simple rectángulo que se podrá medir con precisión. Así, los símbolos de la geometría son casos representativos del trabajo de las vías abstractivas.



Por último, existen representaciones también propias del trabajo de las vías abstractivas, que cumplen con funciones asignadas por convención. Es el caso de los números, los signos aritméticos, las notas musicales, las letras y los números de la química, los dibujos de señalización de tránsito, de alerta, o de lugares que cumplen con funciones específicas.

Tanto un objeto del mundo perceptual, como una alegoría o un símbolo, pueden cumplir con funciones sígnicas si la costumbre o la convención les asignan una utilidad definida. Ejemplo: dos tibias cruzadas y sobre ellas una calavera, significan "peligro".



Las alegorías también pueden tener aptitud sígnica. Ejemplo: un dragón significaba para la alquimia cierto tipo de ácido.

Por último, los símbolos pueden ser utilizados sígnicamente. Ejemplo: en un organigrama de empresa, la dirección puede estar representada por un rectángulo; las distintas gerencias por círculos; el personal masculino por triángulos; etc. En un mapa, las capitales políticas pueden estar representadas por estrellas, las vías marítimas por líneas continuas, las vías terrestres por líneas punteadas, etcétera..

A los efectos de nuestros trabajos, será de interés dominar algunos elementos de simbólica y alegóricas, despreocupándonos de la sígnica.


Simbólica.

Desde el punto de vista de las transformaciones de impulsos, los símbolos resultan de su traducción o de su deformación abstractiva.

Distinguimos entre símbolos sin encuadre (punto, recta, recta quebrada, curva, cruce de rectas, cruce de curvas, espirales, etc.) y símbolos con encuadre (estos se configuran cuando rectas y curvas se conectan en circuitos, separando el espacio externo del interno, al cual llamamos "campo". Ejemplos: círculo, triángulo, cuadrado, rombo y formas mixtas que encierran espacio).



Donde se cruzan rectas y/o curvas, se generan centros manifiestos.







Los símbolos con encuadre (es decir que incluyen un campo), tienen centro tácito que resultan de las líneas imaginarias que unen a los centros manifiestos. Ejemplo: en un cuadrado, el centro tácito resulta del cruce de diagonales trazadas desde los cuatro ángulos que son los centros manifiestos.

Si se coloca un símbolo en el campo de otro, el primero resulta uno de sus centros manifiestos.

Algunos símbolos sin encuadre tienden a trasladar la energía de la imagen hacia afuera de ellos. Esto sucede con las puntas en general. Otros, tienden a trasladar la energía hacia adentro de ellos; es el caso de los símbolos en curva.

En los símbolos con encuadre, la energía se concentra en los centros manifiestos y tácitos con desigual intensidad.

El punto, al no tener encuadre, es solo un centro manifiesto que puede llevar energía en cualquier dirección.

El círculo, al no tener centros manifiestos, concentra toda la energía hacia el centro tácito.

Si el sujeto imagina o sueña una escena en la que está incluido, será él mismo el centro manifiesto más importante. Si está fuera del campo, será centro excluido y la energía se trasladará al interior del campo. Ejemplo: el sujeto sueña con un pequeño parque en el que hay algunos monumentos y un lago. No puede entrar porque un perro defiende el acceso.



La energía tiende a trasladarse al interior del campo y, dentro de él, hacia los centros manifiestos; pero sucede que hay un impedimento, y este provoca fuertes tensiones.



Ejercicios de simbólica.



Ejercicio 1.
Reducir a símbolo la habitación de trabajo, estudiando centros manifiestos y tácitos. Explicar las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender los puntos de tensión.

Ejercicio 2.
Reducir a símbolos distintas relaciones que se establecen entre dos personas, estudiando centros manifiestos y tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender los puntos de tensión.

Ejercicio 3.
Reducir a símbolos las relaciones entre cinco personas, distribuyéndolas por sus afinidades o intereses, del siguiente modo:

a) si el interés es común, dentro de un círculo
b) si hay dos intereses opuestos, en los centros manifiestos de una mandorla
c) si hay más de dos intereses, en los centros manifiestos, en el centro tácito, y tal vez, en algún centro excluido.
d) proceder con un triángulo
e) proceder con un cuadrado.

Ejercicio 4.
Reducir a símbolo una escena de un sueño, estudiando centros manifiestos y tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender las dificultades e impedimentos como puntos de tensión. Comprender los puntos de relajación. En general, observar a toda "resistencia" como tensión y a toda superación de "resistencias" como relajación. Observar a qué altura y profundidad del espacio de representación se manifiesta la escena y sus "resistencias".

Ejercicio 5.
Practicar distintas reducciones simbólicas de una misma situación cotidiana destacando siempre centros manifiestos, tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender las resistencias y las superaciones de resistencias.



LECCION 4

Alegórica.

En una secuencia asociativa, pueden distinguirse distintas imágenes y también distintos "argumentos" que sirven de ligazón o de línea de unión a las representaciones.

Supongamos el caso de un cuadro en el que están tratados distintos objetos... vemos allí, en el costado izquierdo, un trigal y unos cosechadores; en la parte central y al fondo, una ciudad en la que se destaca un conjunto fabril. El día es radiante. A la derecha y casi en primer plano hay niños que juegan con perros cerca de la casa.

Una mujer llama a comer golpeando, tal vez, una sartén. El conjunto es amable y refleja el trabajo y la cordialidad casi hogareña de la gente de campo.

Distinguimos, en la escena descripta, imágenes que se integran en el conjunto argumental. Es claro que con las mismas imágenes, pero tratadas y colocadas de otro modo, el argumento podría variar considerablemente. Por ejemplo: los niños golpean a los perros con la sartén; los trabajadores han abandonado los instrumentos de labranza; la casa está en ruinas; el cielo tiene, ahora, una coloración siniestra, mientras el humo de las fábricas, a lo lejos, semeja un incendio.

En toda escena configurada por asociaciones libres, distinguimos entre temas (imágenes) y argumento. Los temas señalan el juego de las tensiones y de las relajaciones al abrirse paso entre dificultades y trabajar catárticamente. Los argumentos, en cambio, muestran el clima en que se desarrolla la escena.



Temas y argumentos suelen coincidir. En tales casos, bastará comprender qué función cumplen los temas en una escena dada, para entender qué solución transferencial está proponiendo el argumento.

Sin embargo, las imágenes pueden no coincidir con el clima; por ejemplo: un sujeto sueña con un tren que avanza hacia él en loca carrera. El sujeto no experimenta angustia, sino alegría festiva.

También se da la no coincidencia entre imágenes y climas en la vida cotidiana. El sujeto, por ejemplo recibe una buena noticia, imagina la escena favorable que se le transmite y, automáticamente, se deprime...

Existen otros casos en los que el clima de trasfondo permanece inamovible aunque varíen las representaciones, sin que el sujeto pueda comprender los motivos de tal clima. Es como si el clima en cuestión no estuviese ligado a imágenes (por lo menos visuales) y, por tanto, no pudiera transferirse adecuadamente.

Si se recuerda lo explicado oportunamente en torno a los ensueños primarios, secundarios y núcleo de ensueño, se comprenderá que este último es una suerte de clima fijado que no varía por las percepciones y representaciones cotidianas correspondiente. Antes bien, determina compensatoriamente las actividades en el mundo y genera diferentes ensueños como "intentos" transferenciales que no alcanzan a resolver el traslado del clima básico.

En la práctica transferencial, muy a menudo nos encontramos con el núcleo de ensueño (con el clima básico determinante), muy difícil de modificar. Pero también con climas profundos que pueden ser transformados utilizando imágenes y procedimientos adecuados.

En general, diremos que será de interés toda imagen o todo clima que se repite en distintas escenas. Por ejemplo el sujeto sueña en distintas ocasiones con argumentos diferentes, pero aparece una misma persona o un mismo objeto. Veamos la inversa: el sujeto sueña con distintos temas, pero se repite el mismo argumento.

Poder capturar una imagen o un clima repetitivos, es ya un hilo conductor de importancia, que permitirá orientar los procedimientos transferenciales.

Veamos ahora a qué categorías generales podemos reducir los temas para trabajar con facilidad. Haremos después lo mismo con los argumentos.



Temas.

A. Continentes. Son aquellos objetos que encierran, guardan o protegen a otros. El continente mayor de una escena dada puede ser reducido simbólicamente, para comprender el enmarque de tensiones dentro del que (campo) se desarrolla la escena.

B. Contenidos. Son los objetos, personas, situaciones, etc., que aparecen dentro de un continente. Los contenidos pueden ser manifiestos cuando las imágenes aparecen, y tácitos cuando no aparecen, pero se "sabe" que están presentes.

C. Conectivas. Son elementos que unen a continentes entre sí, o a contenidos entre sí, o a continentes y contenidos entre sí. Las conectivas pueden ser de facilidad (por ejemplo puentes, vehículos, caminos, escaleras, comunicaciones sígnicas diversas como el gesto, el lenguaje, etc.) o de impedimento (las mismas conectivas al no cumplir con su función. Por ejemplo puentes rotos, vehículos atascados o fuera de control, caminos anegados, escaleras peligrosas, lenguajes extraños o que crean confusión, etc.).

D. Atributos. Son elementos que tienen valor transferido de otros por asociación de similitud, contigüidad o contraste (por ejemplo un objeto cobra importancia por ser el regalo de un amigo; un ropaje por pertenecer a una determinada persona; un valor o sistema de valores, al ser representado alegóricamente: la Justicia como una mujer con sus ojos vendados, la balanza en una mano, la espada en la otra, etc.).

E. Niveles. Las imágenes emplazadas en planos distintos de la misma escena, determinan niveles (por ejemplo una colina y un valle), o las diferencias de tamaño (gigante-enano), o las distintas funciones y roles entre sí (jefe-subordinado).

F. Momentos de procesos. Tales como los casos de las edades (anciano, adolescente, niño); transformismos (una persona se transforma en otra o en un objeto); inversiones (que son casos particulares de los transformismos; por ejemplo: una calabaza se convierte en carruaje).

G. Texturas, colores, sonidos, olores, etc. Siempre están referidos al sentido productor de la señal traducida o deformada. Pero con respecto a las texturas, debe agregarse que también imágenes visuales como son las puntas, los filos, los objetos desgarradores, etc., producen diferentes registros táctiles y cenestésicos. Este punto es de importancia, ya que de continuo se producen traducciones de los impulsos de los sentidos externos a registros táctiles y cenestésicos. Ello explica que cualquier visión desagradable tenga concomitancia de registro físico. De otro modo, cualquier espectáculo doloroso, no tendría resonancia para los espectadores.

Los elementos como el aire, el fuego y las texturas y temperaturas, producen fuertes registros táctiles. Otro tanto vale para los colores.

H. Funciones.

1º Defensores: cuidan o defienden algo, de manera que impiden el acceso o libre paso a través de ellos. Entre los defensores aparecen aquellos con función definida y otros más encubiertos como son los lazos, los engaños y las seducciones, que desvían de los objetivos propuestos.

2º Protectores: ayudan a acceder o transitar hacia determinados objetivos, tal es el caso de los guías o de ciertos objetos mágicos y técnicos.

3º Intermediarios: suelen estar representados por seres a los que es necesario acudir para obtener beneficios (por ejemplo personajes a los que se debe pagar o convencer para lograr ser transportados a un lugar, o para que otorguen algún atributo). También hay situaciones intermediarias por las que es necesario pasar para lograr un beneficio (por ejemplo estados de sufrimiento o de "prueba").

4º Centro de poder: objetos o lugares que poseen una virtud transformadora (por ejemplo el agua o el fuego de la inmortalidad; la isla de la felicidad; la piedra filosofal, etc.). Al final de toda búsqueda (en la que aparecen distintas funciones) hay un centro de poder, una imagen que representa idealmente el deseo de relajación plena y duradera. A veces, se conoce el centro de poder aunque no pueda darse con él (centro manifiesto, rodeado de laberintos o con defensores que impiden el acceso).

También sucede, en ocasiones, que el sujeto se ve en continua búsqueda hacia un centro de poder desconocido (centro tácito). En este caso, hay un clima que no puede fijarse a una determinada imagen necesaria para poder efectuar la transferencia de cargas. También las imágenes idealizadas del sexo opuesto cumplen con la función transformadora del "centro de poder" (por ejemplo Lilith o Abraxas; la gran Madre y el gran Padre; los gigantes o las grandes sombras, como traducción de impulsos sexuales femeninos difusos. Las danzarinas o mujeres elusivas, con sus vestimentas cambiantes, como traducción de impulsos sexuales masculinos más cosquilleantes y localizados). Esos temas transformadores llevan a menudo a descargas sexuales, con lo que se ve cumplida la función catártica; pero desde el punto de vista transferencial, las imágenes idealizadas del sexo opuesto muestran instancias de la dificultad o de la integración de contenidos profundos.


Argumentos.

Los argumentos resultan de las relaciones que establecen entre sí los temas. A veces, la movilidad de una sola alegoría (como sumatoria de temas diversos) puede constituirse en argumento.



De todo argumento debe extraerse el clima. Sin embargo, hay climas que no coinciden con el argumento y, a veces, climas que no están relacionados con imágenes visuales, como ocurre en la vida cotidiana.

Como se verá más adelante, cuando un clima no está adherido a imágenes visuales o no corresponde a un argumento, habrá que proponer imágenes que le correspondan, para poder efectuar transferencias de cargas.

Veamos los principales tipos de argumentos.

A. Catárticos. Son aquellos en que el sujeto experimenta alivios de tensiones. Casi siempre están relacionados con la risa, el llanto, la confrontación agresiva y el acto amoroso. Un buen ejemplo de argumento catártico es el que da el chiste. Si en el desarrollo de un argumento catártico no se cumple con la descarga de tensiones, la frustración emergente delata una tensión que permanece sin resolverse y que está asociada con algunos temas del argumento. Si los temas se repiten en otros argumentos (por ejemplo la misma casa o la misma persona, pero en otro contexto), la tensión permanente está claramente asociada.

B. Transferenciales. Son aquellos en los que el sujeto experimenta una transformación, un cambio de enfoque o de "sentido", luego de realizados. Si el mismo argumento (por ejemplo el buscar algo o huir de algo) se repite siempre sin cumplirse, está claro el clima que debe trabajarse proponiendo distintos temas hasta que se produzca la transferencia.

C. Ocasionales. Son aquellos en los que se delatan tensiones o climas de situación. Su materia prima es variable y reciente. Estos argumentos sirven a procesos catárticos y transferenciales momentáneos y a ordenamientos de datos mnémicos.


Análisis alegórico.

1.- Dado un tema o argumento alegórico, es necesario comenzar por reducir el encuadre simbólicamente. Ese trabajo delatará el sistema de tensión más general, las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. También permitirá comprender las resistencias y superaciones tensionales.

2.- Efectuada la reducción simbólica del encuadre, se procede a analizar y agrupar todos los temas y argumentos presentados.

3.- Una vez realizado el agrupamiento de temas y argumentos, se procede a definir los climas. Estas definiciones constituyen el resumen del análisis hecho anteriormente.





Interpretación alegórica.

Dado un resumen alegórico, se podrá interpretar si se cuenta con otros resúmenes anteriores y/o posteriores. Esto es necesario para comprender si se trata de fenómenos catárticos, transferenciales u ocasionales.

Debe entenderse que no es posible una interpretación alegórica sin contar con un proceso de varias escenas.

Obtenida la interpretación, se efectuará la síntesis.

Frecuentemente se comete el grueso error de interpretar cualquier tema sobre la base de un supuesto significado establecido. Por ejemplo, la imagen de un hombre que impide el paso, puede ser interpretada peregrinamente como la dramatización del padre que castiga, o cosa por el estilo. Para nosotros, tal imagen será agrupada con la de otros "defensores" y revelará simplemente tensiones no resueltas que impiden el traslado de energía de unas imágenes a otras.

Cuando hablamos de "interpretación", lo hacemos con referencia al proceso que siguen los temas y argumentos, de manera que podamos comprender con qué funciones van cumpliendo, qué tensiones van delatando, qué climas se expresan y qué dificultades o ventajas ofrecen las distintas técnicas transferenciales que habrán de aplicarse.



Ejercicios de alegórica.

Ejercicio 1 (reducción simbólica):
Dado un cuento (o una leyenda) infantil, reducir el encuadre mayor a símbolo, explicando acumulaciones, dispersiones y traslados de energía.
Comprender las tensiones y relajaciones.

Ejercicio 2 (análisis alegórico).
Analizar y agrupar todos los temas y argumentos presentados en el cuento.

Ejercicio 3 (resumen alegórico).

Definir los climas.

Ejercicio 4 (interpretación alegórica).
Explicar qué resuelve (y qué no) el cuento, desde el punto de vista catártico y transferencial.

Los cuatro ejercicios propuestos son relativamente fáciles de efectuar en el caso de mitos, cuentos y leyendas, ya que suelen tener una suerte de proceso interno, es decir: un comienzo, un "nudo", un desenlace y un final.

Si se quisiera efectuar ejercicios con un sueño o con un ensueño personal, los casos 1, 2 y 3 podrían llevarse adelante sin dificultad. El caso 4, requeriría de varios sueños o ensueños seguidos para comprender el proceso. No obstante, existen sueños y ensueños en los que se desarrolla un proceso interno similar al de las leyendas, siendo entonces posible la interpretación alegórica.

Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 1)



www.imaginatuvuelo.blogspot.com




 
Ir Arriba