LECCION 5
Sondeo transferencial.
Con las explicaciones dadas en las lecciones anteriores, se está en condiciones de encarar estudios de cierta profundidad respecto de los símbolos y alegorías en el campo de la producción individual (en sueño, semisueño y vigilia) y también en el terreno de la producción colectiva (en cuentos, leyendas, mitos, arte, religión, etcétera).
Conductas individuales o grupales pueden, también, ser estudiadas desde el punto de vista simbólico y sígnico.
Pero ahora vamos a utilizar esos conocimientos como simples auxiliares de las técnicas transferenciales.
Recordemos que en este curso de operativa estamos trabajando con técnicas catárticas, con el objeto de producir descargas de tensiones que serían imposible de lograr por otros medios. También debemos operar con técnicas transferenciales que nos permitan desfijar e integrar contenidos psíquicos.
Damos por sentado que se sabe en qué circunstancias debe operarse con unas u otras técnicas.
I. Indicadores.
Las racionalizaciones, los ocultamientos, olvidos y bloqueos en general, indican resistencias a la abreacción catártica. Vencer esas resistencias, permitiendo que se expresen las tensiones hacia la periferia como descarga, es un problema técnico.
Asimismo, los contenidos fijados ofrecen resistencia cuando se trata de movilizarlos e integrarlos al proceso de la conciencia. En principio, los indicadores de resistencia son los mismos que aparecen al aplicar las técnicas catárticas pero, además, existen otros ligados estrechamente a la configuración y dinámica de las imágenes.
Para toda la operativa (catarsis, transferencia y autotransferencia), vale el mismo principio: detectar y vencer resistencias. Habrá que comprender cuáles son los indicadores de resistencia y cuáles los indicadores de que se han superado dichas resistencias. En el caso de la catarsis han sido suficientemente estudiados; en el de la transferencia pasamos a su explicación.
II. Indicadores de resistencia.
Una de las primeras condiciones que se debe cumplir en el proceso transferencial, es que el sujeto asocie libremente y, en lo posible, con imágenes visuales. Para que esta condición se dé con soltura, se procurará trabajar buscando el nivel de semisueño activo, en el que el sujeto irá describiendo al guía sus escenas mentales, mientras éste se limitará a dar dirección a las imágenes.
No se trata de que el guía sugiera imágenes (con lo cual trasladaría sus propios contenidos al sujeto), sino de que dadas las escenas que el sujeto relata, el guía debe ocuparse en dar dirección hacia distintas profundidades y alturas del espacio de representación, operando transformismos, contracciones y ampliaciones de imágenes cuando aparecen indicadores de resistencia.
Veamos los principales indicadores.
1º. Resistencias de racionalización, ocultamiento, olvido y bloqueo. Indican fuertes tensiones. En tales casos, el guía procede con un sondeo catártico de realimentación hasta que se produzca la superación de esas resistencia. Si las dificultades continúan, la catarsis deberá ser profunda.
2º. Dificultad en los desplazamientos verticales. Ocurre cuando el sujeto no puede ascender hacia las "alturas", o descender a las "profundidades". Habrá que lograrlo repitiendo y proporcionando al sujeto ayudas alegóricas de conectivas o determinados atributos. Estas ayudas que frecuentemente utilizará el guía estarán siempre referidas a vencer resistencias y serán más o menos armónicas dentro de las escenas del sujeto, de manera que pueda evitarse la infiltración de contenidos propios del guía.
3º. Dificultad en los desplazamientos horizontales. Ocurre cuando el sujeto no puede avanzar o retroceder en su escena. Será necesario repetir, suministrando ayudas alegóricas.
4º. Dificultad en las expansiones o contracciones. Ocurre cuando el sujeto no puede hacer "crecer" o "empequeñecer" su propia imagen u otra puesta por el mismo sujeto como dificultosa, peligrosa, etc. El guía dará ayudas alegóricas, hasta que se venza la resistencia.
5º. Dificultad en los transformismos. Ocurre cuando el sujeto no puede cambiar su ropaje o su aspecto, o bien, roles, edades, niveles, etc. También, cuando no puede operar inversiones de imágenes que crean climas negativos, en imágenes positivas. El guía apelará a recursos alegóricos de ayuda.
6º. Dificultad en la adhesión de un clima a imágenes. El guía deberá pedir al sujeto que busque imágenes hasta que el clima "encaje" en una escena recordada o ficticia. La dificultad estará superada únicamente cuando el sujeto experimente la real correspondencia entre clima e imágenes. Es decir, si el registro emergente de esas operaciones es artificioso, habrá que continuar el trabajo hasta que se produzca un "encaje" realmente sentido como tal por el sujeto.
7º. Dificultad en la disociación entre imagen y clima. El guía sugerirá trasladar el clima a otras imágenes, hasta que las originales pierdan fuerza emotiva.
8º. Irrupción catártica en el proceso transferencial. Será necesario permitir al sujeto que se exprese plenamente, pero habrá de suspenderse el proceso transferencial hasta que el sujeto esté nuevamente en condiciones de seguir las direcciones que le proponga el guía. Este caso es diferente de las expresiones catárticas que acompañan a la trasferencia, pero que no interrumpen el proceso de dirección que lleva el guía.
9º. Exceso de velocidad en los desplazamientos. El sujeto pasa de una escena a otra o entre imágenes tan velozmente, que no alcanza a percibir plenamente de qué se trata obstruyendo de ese modo, la descripción. Habrá que enlentecer el proceso, haciendo que el sujeto coloque los objetos que visualiza a grandes distancias entre sí, de manera que el "recorrido" de unos a otros obligue a una mayor demora. Otro recurso es el de pedir al sujeto que dé numerosos detalles de cada objeto que se le presenta.
10º. Rebote de altura. En un ascenso o descenso, el sujeto se encuentra súbitamente relatando escenas del plano opuesto. El guía deberá retomar el proceso y utilizar ayudas alegóricas en el momento en que puede producirse el rebote.
11º. Rebote de nivel. Ocurre cuando por presión de contenidos oprimentes, sobresalto, u otros factores accidentales, el sujeto continúa el proceso, pero con un marcado cambio hacia la racionalización. También, cuando el sujeto bloquea la secuencia. El guía deberá suspender y comenzar nuevamente el trabajo.
12º. Dificultad en la visualización de imágenes. De todas maneras, el guía emprenderá el trabajo. El sujeto trabajará entonces con aquel sistema de imágenes que le resulte afín.
Vistos los indicadores y la forma de tratarlos, se comprende cómo lo estudiado en simbólica y alegórica puede ser utilizado de un modo auxiliar por el guía, al proponer ayudas no racionales (alegorías por ejemplo) para que el proceso se
desarrolle evitando los rebotes de nivel que ocurrirían si el sujeto irrumpiera en un sistema de ideación crítico y autocrítico.
Repetimos que la simbólica y alegórica en materia de transferencia, juega un papel eminentemente auxiliar más que interpretativo como ocurre en otros campos.
Ejercicio de sondeo transferencial de resistencia.
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se represente a sí mismo como el personaje central del chiste (o como uno de los personajes según el caso), procediendo a ejercitar: ascensos y descensos; avances y retrocesos; expansiones (agrandamiento de imagen) y contracciones (reducciones de imagen). En todos los casos, será necesario que el sujeto relate todo lo que sucede en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan. El guía tomará nota de todos los indicadores de resistencia que vayan apareciendo. En este ejercicio, no tratará de vencer ninguna de las resistencias que observe.
Terminado el sondeo de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos. Posteriormente, guía y sujeto cambiarán los roles.
LECCION 6
Sondeo transferencial.
Las tres técnicas principales de transferencia son: niveles, transformismos y expansiones.
I. Técnica de niveles.
Trabaja con distintos niveles del espacio de representación, en sentido vertical. Estos niveles espaciales no deben confundirse con los niveles de conciencia. En efecto, en sueño por ejemplo, el durmiente puede "ascender" o "descender" en su espacio interno, sin por ello despertar.
Cuando se trabaja esta técnica, el guía comienza por sugerir al sujeto que se represente a sí mismo en un plano que podríamos llamar "medio". Ese plano, es más o menos correspondiente al de percepción habitual.
Una vez que el sujeto se visualiza a sí mismo, el guía le sugiere descender. Allí surge la primera dificultad, pues el sujeto tendrá que descubrir cómo hacerlo. Conociendo los indicadores de resistencia y sus soluciones, el guía intervendrá cada vez que aparezcan dificultades.
Si la regla general de toda transferencia indica que debe vencerse toda resistencia para que las cargas se desplacen, subsiste el cómo hacerlo. En general, debe operarse de manera que el sujeto se enfrente con toda dificultad que aparezca, siempre que cuente con posibilidades de vencerla. Es decir, que si
una resistencia fuera más fuerte que el sujeto, éste terminaría en una frustración que aumentaría la resistencia posteriormente.
En transferencia se habla de "persuasión" de las resistencias, queriendo indicar con ello que se las debe acometer frontalmente si ellas no superan al sujeto, pero en caso contrario el guía debe intervenir apoyando la escena con algunos recursos alegóricos o, en ocasiones, invitando al sujeto a buscar una vía más fácil para llegar nuevamente a la resistencia, pero desde una perspectiva más favorable.
Siguiendo la idea de la persuasión de la resistencia, es siempre preferible antes que una lucha violenta que el guía sugiera la reconciliación con un defensor que impide agresivamente una entrada. Otro recurso similar en esos casos, es el del pago o trueque alegórico para persuadir al que dificulta el acceso.
En los descensos aparecen, frecuentemente, seres extraños que el guía puede convertir en aliados para que el sujeto continúe sus desplazamientos.
Casi siempre, a medida que se desciende, el espacio de representación se va oscureciendo, siguiéndose con ello un sistema de asociación propio de la vigilia y de la experiencia cotidiana, en el sentido de que en las profundidades está lo oscuro sea terrestre o marítimo. Vale lo opuesto en la dirección ascendente, ya que en las alturas están el sol, el cielo puro (más allá de las nubes de tormenta, por ejemplo), etc.
Pero existe otro fenómeno que coincide con la percepción del mundo externo, sin por ello ser dependiente de aquélla. En general, sucede que a medida que el sujeto desciende en su espacio, se aleja de sus centros ópticos, oscureciéndose la escena y apareciendo en "pantalla", representaciones traducidas o deformadas del intracuerpo (cavernas con animales, como representación de la propia boca, lengua y dientes; tubos de caída, como alegorización del esófago; globos o seres alados que se mueven rítmicamente como representación de los pulmones; barreras que remedan el diafragma; seres tentaculares, laberintos y pasadizos en relación con distintas partes del aparato digestivo; cavernas cálidas o asfixiantes, a veces iluminadas por fuegos mortecinos como deformación y traducción de registros cenestésicos sexuales; texturas acuáticas, barrosas o viscosas, como representación de humores o sustancias que operan en el intracuerpo, etc.).
A medida que el sujeto asciende el espacio se va aclarando mientras la respiración se va haciendo alta, produciéndose traducciones pulmonares con nuevos seres alados, esta vez luminosos como ángeles, aves, etcétera.
Existe cierta profundidad límite, más allá de la cual no es posible descender... allí todo queda oscurecido. En las alturas, por encima del cielo iluminado, del sol y las estrellas, ocurre el mismo fenómeno: todo queda oscurecido. El oscurecimiento final, tanto en los ascensos como en los descensos, coincide con los límites del propio cuerpo. Por cierto que tales límites son difíciles de tocar, por cuanto se producen frecuentes rebotes, pero que sirven a la continuación de las escenas.
En la técnica de niveles no debe confundirse la luz que depende de un determinado foco (luces subterráneas, fuegos volcánicos, ciudades iluminadas bajo las aguas, etc. Inversamente: el sol, la luna, las estrellas, las ciudades de la
luz, los objetos cristalinos o radiantes, etc.), con la iluminación general del espacio, que es la que delata el nivel de la representación.
Sintetizando la técnica de niveles decimos que se comienza en el plano medio, se desciende hasta límites aceptables de visualización y movilidad de imágenes, desandando luego el camino por el que se descendió hasta llegar al plano medio.
Desde allí, se asciende hasta límites también aceptables y se desciende haciendo el mismo recorrido hasta llegar al plano medio.
Siempre se comienza y concluye en el plano medio, sacando al sujeto al final, de sus escenas más o menos irracionales hasta un sistema de representación cotidiano. En él, las asociaciones libres comienzan a ceder frente a la racionalización que sugiere el guía. Se pretende que la sensación de la "salida" del proceso transferencial, sea gradual y reconfortante.
En ningún caso, se debe sugerir la salida de un modo abrupto o de un plano que no sea el medio.
II. Técnica de transformismos.
Trabaja manteniéndose en el plano medio de representación. Como de costumbre el sujeto se representa a sí mismo. El guía lo invita a que se desplace hacia "adelante" como si se viera caminando en cualquier escena que ha propuesto el sujeto para comenzar el trabajo.
Cuando la escena cobra la soltura típica de los procesos de asociación libre, el guía va proponiendo cambios en las vestimentas del sujeto, luego cambios en las distintas imágenes que van apareciendo, hasta detectar resistencias. Cada resistencia que se detecta debe ser superada adecuadamente.
A veces sucede que los transformismos no ofrecen mayores resistencias, pero sí el pasar de un ámbito a otro, el salir de un reciento o entrar en el, etc. Todo ello deberá vencerse con las ayudas alegóricas del caso, o transformando unas imágenes en otras.
El trabajo continúa, efectuándose el regreso al punto inicial. Desde allí se procede a sacar al sujeto, mediante racionalizaciones de la escena y siempre de un modo amable y gradual.
III. Técnica de expansiones.
Trabaja tanto en el nivel vertical (técnica de niveles), como en el horizontal (técnica de transformismos). Opera siempre que en los temas o argumentos se producen encierros, obstrucciones o incompatibilidades por cuestiones de tamaño. Existen desproporciones de tamaño entre la imagen del propio sujeto y un objeto a través del que se quiere pasar (pasadizos que se cierran, ojos de cerradura, escalones demasiados separados o altos para el paso, etc.). También puede darse el caso de desproporciones con respecto a objetos que se desea hacer pasar al interior del sujeto (una fruta que se quiere comer aparece demasiado grande o demasiado pequeña).
Se producen también dificultades en la relación entre seres por el mismo motivo (gigantes y enanos), o desproporciones en la misma figura (cabeza descomunal y miembros muy finos), etcétera.
Cuando se presentan dificultades del tipo de las citadas, el guía sugiere expansiones o contracciones de las imágenes afectadas, hasta que se proporciona la escena. A veces, es necesario apoyarse en recursos alegóricos, para facilitar la integración de imágenes en un argumento dado.
¿Cuando aplicar cada una de las técnicas?
En general, se trabaja dando al sujeto dirección según la técnica de niveles, pero a medida que ésta se desarrolle, aparecerán resistencias que estarán referidas a los desplazamientos horizontales o a los tamaños de las imágenes. Por lo tanto, las técnicas de transformismos y expansiones se utilizarán en el momento en que se detecten las resistencias correspondientes dentro de la técnica general de niveles.
Solo en el caso en que, por anteriores sesiones, esté claro que el problema fundamental del sujeto se refiere a resistencias en los transformismos o en las expansiones, se procederá directamente con esas técnicas prescindiendo de los desplazamientos por niveles verticales.
Ejercicios de sondeo y desplazamiento transferencial.
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se presente a sí mismo como el personaje principal del chiste (o como uno de los personajes, según el caso), procediendo a ejercitar la técnica de niveles. Cada vez que se encuentre una resistencia, el guía llevará al sujeto a vencerla y, según los casos, usará técnicas de transformismo y expansión.
Será necesario que el sujeto relate todo lo que va sucediendo en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan.
Terminando el sondeo y vencimiento de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas y las dificultades de vencimiento, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos.
Posteriormente, guía y sujeto cambiarán de roles.
El sondeo transferencial es una práctica que no requiere de mayores preparaciones ni requisitos previos. Puede ejercitarse aún a nivel vigílico, siempre que el sujeto pueda colocarse en un estado de no racionalización y en el que fluyan las asociaciones libremente.
LECCION 7
Transferencia de imágenes.
Con los sondeos transferenciales (así como con los sondeos catárticos), puede trabajarse en numerosas situaciones de la vida diaria, sin que el sujeto necesite de conocimientos especiales.
Cuando se quiere realizar transferencias profundas, las cosas cambian ya que el sujeto debe tener suficiente datos sobre estos temas. El motivo principal radica en que toda sesión transferencial profunda se cierra con una discusión vigílica entre guía y sujeto, siendo este último quien, en definitiva, interpreta y ordena su propio proceso.
La discusión vigílica exige especiales conocimientos por parte del sujeto, ya que de otro modo las interpretaciones del guía concluirán en la proyección de sus propios contenidos. Además, ocurre un fenómeno posterior: el de la elaboración postransferencial, en el cual el sujeto integra verdaderamente los contenidos movilizados en el trabajo anterior. En esa elaboración, el sujeto debe contar con recursos como para disponer de ellos sin ayuda del guía.
¿En qué casos se apela a la transferencia profunda?
Cuando interesa comprender mecanismos complejos de conciencia. Cuando se desea superar problemas biográficos que continúan presionando sin resolverse en la situación actual.
Cuando se quiere provocar desplazamientos e integraciones de importancia.
¿En qué casos no se apela a la transferencia profunda?
Cuando el sujeto muestra síntomas de anormalidad síquica.
Cuando el sujeto considera al trabajo como un sistema terapéutico.
Cuando el sujeto pretende resolver problemas que deberían estar superados por el ejercicio de prácticas anteriores.
Cuando el sujeto se encuentra en la situación previa de resolver problemas catárticamente.
Pasos de la sesión transferencial.
1º Preparación. Resuelto el interés del sujeto en torno a por qué desea acometer un proceso transferencial, el guía tomará nota de las fallas orgánicas y sensoriales del sujeto, a las que tendrá siempre en cuenta como posibles productoras de señales.
En un ambiente adecuado, guía y sujeto se sentarán cómodamente, uno al lado del otro. Será necesario que la iluminación sea suave y, en lo posible, difusa.
Se pedirá al sujeto un relax completo y profundo.
2º Entrada. Se pedirá al sujeto que proponga un hecho biográfico, un sueño, o una imagen de su interés. Se recomendará la sensación de "caída" (propia de la entrada al sueño, a fin de eliminar las racionalizaciones y permitir el acceso al semisueño asociativo activo), siguiendo a la imagen propuesta.
3º Desarrollo. El guía sugerirá las direcciones del caso, partiendo siempre desde el plano medio y sobre la base de la imagen dada por el sujeto. Allí donde aparezcan resistencias, el guía ayudará a vencerlas del modo ya estudiado. En el desarrollo, seguramente se apelará a las tres técnicas conocidas de niveles, transformismos y expansiones. El guía tomará nota de aquellas resistencias que no han sido vencidas satisfactoriamente en la sesión, o bien que aparecen transformadas en diferentes escenas, mostrando su mismo origen.
4º Salida. Una vez llegado al punto inicial luego de desandar todos los recorridos del caso, el guía promoverá un clima de reconciliación del sujeto consigo mismo, apelando a imágenes agradables. A partir de ese momento, comenzará a racionalizar progresivamente, hasta que el sujeto recupere su nivel vigílico habitual.
5º Discusión vigílica. Una vez recuperado el sujeto, comenzará la discusión sobre la base del material recogido. El sujeto deberá reconsiderar todo el trabajo efectuado resumiendo las dificultades encontradas, las resistencias y los vencimientos producidos. Allí donde queden puntos olvidados, el guía los destacará.
Sujeto y guía efectuarán una reducción simbólica y una agrupación alegórica, intentando una síntesis interpretativa. Esta síntesis tendrá mayor éxito a lo largo de varias sesiones transferenciales, cuando se tenga material suficiente de todo un proceso. De cualquier manera, será conveniente al finalizar cada sesión, que se produzca la síntesis.
6º Elaboración postransferencial. Terminada la sesión y habiendo acordado los detalles de la próxima, el sujeto quedará sin guía en ese lapso. Será conveniente, entonces, que tenga en cuenta sus sueños nocturnos, sus ensueños cotidianos, sus cambios de enfoque respecto de la problemática interna y sus cambios de conducta. Convendrá que vuelque sus observaciones por escrito y las lleve a las próximas sesiones como material complementario.
7º Conclusión del proceso transferencial. No se puede fijar el número de sesiones necesarias para la conclusión de un proceso. Ello dependerá del tipo de interés manifestado al comienzo por el sujeto. De todas maneras, será evidente la terminación de un proceso cuando en las elaboraciones postransferenciales, el sujeto experimente registros de comprensión y "encaje" de contenidos, hasta ese momento no integrados. Un indicador decisivo será el cambio de conducta respecto de una situación concreta que se deseaba superar.
Observaciones.
En esta forma de transferencia, los temas van coincidiendo con los argumentos. Ello facilita las cosas, ya que al ir modificando los temas de una escena, también se van operando transformaciones de los climas que pudieran ser negativos.
Sucede, a veces, que no puede trasladarse un clima porque la resistencia es muy grande. Se procederá entonces gradualmente, desde el tema fuertemente asociado con la carga negativa, hacia un tema próximo, a fin de que el segundo cobre las connotaciones del primero (por ejemplo: aparece un pariente vestido de cierta manera, con una determinada actitud y en una escena desagradable. Si la resistencia a los transformismos de esa imagen fuera muy grande, habrá que hacer participar a otra persona y rodearla de los atributos de la primera, a fin de que el clima se transfiera. De la segunda se pasará a una tercera, etc.).
Recordemos acá lo dicho anteriormente respecto de la "persuasión" de las resistencias. En primer término, el guía nunca promoverá la irrupción súbita de imágenes que el sujeto experimente como peligrosas. Guiará en sentido opuesto a las resistencias, con prudencia y sin violencias. No dejará desarmado al sujeto frente a las imágenes que no pueda sobrellevar. Eludirá la confrontación directa, en favor de persuasiones (o retrocesos), si el clima se hiciera angustiante. Cuando comprenda que no puede resolver una dificultad, postergará el trabajo a las próximas sesiones tomando adecuada nota.
Ejercicio de transferencia de imágenes
Antes de comenzar, se recomienda releer los ejercicios de sondeo transferencial de resistencias y de sondeo y desplazamiento transferencial.
Se efectuará una práctica pedagógica, en la que uno de los presentes será guía y otro sujeto. El resto de los partícipes tomará notas. La discusión y el aporte final serán conjuntos.
Realizada la práctica, los interesados podrán iniciar por su cuenta (y sólo de a dos personas) un proceso transferencial de varias sesiones. Guía y sujeto intercambiarán sus roles, de manera que el dominio de las técnicas por parte de ambos sea equilibrado.
LECCION 8
Transferencia de climas.
En relajación se trabajó convirtiendo imágenes cotidianas tensas e imágenes biográficas. Fue una tarea adecuada para aquel nivel. De un modo limitado, allí estaba planteado el trabajo transferencial en el sentido de disociar climas negativos referidos a ciertas imágenes, tratando ulteriormente de positivizar las emociones.
Cuando hablamos de transferencia de climas, nos estamos refiriendo a una forma particular de trabajo que es necesario acometer siempre que en un sujeto no se pueda disociar una imagen de un clima, ni se pueda transferir esa carga a otros contenidos, ni se la pueda positivizar, por cuanto existe solamente el clima pero sin referencia a temas o argumentos visualizables.
Si un sujeto experimenta un clima negativo ligado a temas biográficos, cotidianos o aún imaginarios, la transferencia de imágenes rendirá sus mejores frutos ya que, teniendo imágenes por base, será relativamente fácil de conducir el traslado de cargas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien experimenta un clima de depresión, o temor, o inseguridad, o angustia en general? ¿Qué pasa cuando no hay una fobia referida a objetos precisos; una imagen obsesiva definida; una compulsión hacia objetos o hechos ciertos, sino una desazón profunda, general y difusa?
Respondemos a esas preguntas diciendo que estamos en presencia de climas sin imágenes visuales (ya que sin duda operan imágenes cenestésicas, kinestésicas y de diferentes sentidos externos), y que estamos en condiciones de transferir, modificar e integrar, únicamente si logramos asociarlos con imágenes previas. Esa es la tarea que se emprende en la transferencia de climas.
Requisitos.
En el caso de un sujeto que experimenta un clima pesado (no ocasional), negativo y difuso, antes de proceder con las sesiones transferenciales, será importante saber si existen fallas orgánicas que puedan afectarlo de un modo general (por ejemplo: fallas glandulares, circulatorias, etc.). Son muchos los casos en los que la falla que produce tales climas es netamente física y, de ningún modo, síquica. El tratamiento médico, al corregir el problema, puede solucionar la dificultad.
Los problemas físicos producen impulsos difusos como los mencionados más arriba y también imágenes que, en las transferencias normales, aparecen repitiéndose deformadamente, pero en "lugares" idénticos del espacio de representación.
Si bien la dificultad física no puede corregirse por medios transferenciales, el sujeto puede llegar a redimensionar el problema, a enfocarlo de un modo nuevo y, por último, a integrarlo, si es que no hubiera solución médica para su situación.
Es, pues, un requisito importante (ya mencionado anteriormente), que el sujeto sometido a la presión de esos climas difusos determinantes, apele al examen médico.
Otro requisito consiste en que trate de encontrar su origen en el tiempo (para lo cual podrá recurrir a su material autobiográfico, producido anteriormente).
Detectado el comienzo del problema, el guía podrá orientarse mejor en el proceso .
Por último, es requerido saber si el sujeto no puede asociar esos climas a imágenes visuales en razón de que no trabaja con ellas. En tal caso, se podrá apelar a la transferencia de climas, pero el sujeto hará por su cuenta las prácticas recomendadas en su momento para corregir el defecto.
Tratamiento de los climas sin imágenes visuales.
Paso 1º Preparación. Del mismo modo que en las transferencia de imágenes.
Paso 2º Entrada. Del mismo modo que en la transferencia de imágenes, sólo que buscando el clima que se desea adherir. A continuación se pedirá al sujeto que busque situaciones biográficas o ficticias en las que el clima "encaje" adecuadamente y sin sensación de artificiosidad. Luego, el sujeto tratará de "encajar" el clima en otras imágenes, buscando siempre la ligazón óptima.
Toda la sesión podría estar ocupada con ese trabajo, sin lograrse buenos resultados.
En tal caso, se realizará en sesiones siguientes nuevamente la preparación y la entrada, hasta que se encuentre un buen "encaje". Independientemente del número de sesiones invertidas en el "encaje", una vez logrado se pedirá al sujeto que perfeccione las imágenes hasta que el clima cobre toda su fuerza sugestiva.
No se seguirá adelante hasta tanto el clima quede fuertemente adherido a temas y argumentos precisos. La etapa de asociación del clima con las imágenes estará completada cuando el sujeto al concentrarse en la escena obtenga registros "verdaderos" del clima en cuestión.
A menudo, en el intento repetido de adecuar imágenes al clima difuso, el sujeto recuerda la escena que realmente marcó el comienzo del problema. En tales casos, se trabaja siguiendo los pasos de la transferencia de imágenes.
Logrados el "encaje" y la fuerte asociación, ya se puede continuar con los siguientes pasos, que son los mismos de la transferencia de imágenes.
Observaciones.
A fuerza de trabajar con un clima y de reforzar su registro, el sujeto puede desencadenar una abreacción catártica que baje el potencial necesario para la asociación con una imagen dada. Se dejará, de todas maneras, que se produzca la descarga con plenitud suspendiendo posteriormente la sesión. Está claro que se habrá ganado en el alivio de tensiones, pero será necesario sacar consecuencias de tal hecho, en diálogo con el sujeto.
Es importante para el guía obtener algunos datos biográficos del sujeto y, en lo posible, material de ensueños, sueños y alegorizaciones, para que la orientación sea más fácil.
A veces, el clima difuso está confundido con tensiones permanentes, diferentes de las que dan origen, pero que impiden que el sujeto entre en el nivel de semisueño activo necesario. Considerando tal posibilidad, puede intentarse un sondeo catártico de realimentación. Puede ocurrir, por ejemplo que producida una catarsis, el clima cese de operar o se manifieste con las imágenes correspondientes que, habitualmente, se encontraban amortiguadas por el sistema de tensiones permanentes.
Ejercicio de transferencia de climas.
Se efectuará una práctica pedagógica en la que alguno de los presentes pueda disponer de un clima difuso, aún cuando no sea de gran importancia, a los efectos de trabajar en el "encaje" y asociación a imágenes.
El trabajo posterior entre dos personas estará dependiendo de que se presente el caso en que exista un clima negativo decisivo, sin imágenes. De manera que no se procederá artificialmente con sujetos cuyos climas estén referidos a imágenes definidas.
Ejercicio de transferencia negativa.
Un trabajo muy útil que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio con la imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etc.).
Primeramente el guía procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.
Se trabajará posteriormente para producir el traslado y "encaje" del clima inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente asociado con él el clima inhibitorio.
Para acelerar el proceso de "encaje" y asociación, el sujeto podrá repetir por su cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente para obtener la transferencia negativa.
Si al evocar el hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese momento.
Esa técnica obtendrá excelentes resultados, siempre que: 1º el sujeto tenga buenas y claras razones para intentar el abandono del hábito; 2º desee verdaderamente desembarazarse de él como asunto de importancia vital; 3º la propuesta sea definitiva. O sea, no de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.
Será conveniente, en las sesiones de transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia profunda.
LECCION 9
Elaboración postransferencial
En otras lecciones se comentaron los pasos de la elaboración postransferecial y de conclusión del proceso transferencial, teniendo en cuenta determinados indicadores.
Tales eran el cambio de enfoque del sujeto respeto de sus problemas, la modificación positiva de la conducta referida a situaciones concretas y los registros de comprensión y "encaje" de contenidos hasta ese momento no integrados.
Existen otros muchos indicadores de que el proceso transferencial ha podido cumplirse exitosamente, pero, desde luego, que ellos deberán estar en función de la propuesta inicial del sujeto. Así, si el interés expreso fue el de adquirir técnicas o mayores conocimientos sobre el trabajo de la conciencia, parece extraño que tenga que producirse un cambio de conducta como consecuencia de ese trabajo transferencial.
Otro tanto puede decirse del que se interesa por desfijar y trasladar un determinado clima y espera, posteriormente, consecuencias no formuladas al guía, de tal manera que éste resulta ajeno a sus expectativas y no puede conducir el proceso adecuadamente.
No obstante lo anterior, será bueno aclarar que si bien el guía se irá orientando al tener en cuenta los intereses formulados por el sujeto, también lo hará sobre la base de los indicadores de resistencia y, por este hecho, podrán producirse descargas y desplazamientos no previstos que pueden llegar a modificar el planteo inicial.
La elaboración postransferencial, del mismo modo que la sesión transferencial, pueden producir una integración y reordenamiento en cadena, y el proceso continuar desenvolviéndose bastante tiempo después de concluido el trabajo guiado. En tal caso, el sujeto experimentará que "algo" sigue cambiando en él.
A veces se integran contenidos fijados a etapas muy antiguas de la biografía, no en las sesiones, sino después, en el proceso postransferencial. Imaginemos a una persona adulta en la que reconocemos rasgos infantiles muy marcados. Esa persona termina un proceso en el que logró modificaciones de cierta importancia. Pero en cuanto a los rasgos anotados, no observamos ningún cambio. Poco a poco, sin embargo, empezamos a observar que el sujeto va omitiendo aquellas características y en su reemplazo comienzan a aparecer roles cada vez más maduros, propios de su edad. Ese tipo de caso ocurre con frecuencia, aunque tiempo después de haber concluido con las sesiones.
Un fenómeno curioso puede ocurrir en el momento en que por acción del proceso postransferencial se acelere el desgaste del núcleo de ensueño y se transfiera su energía en otra dirección. De todas maneras, el cambio radical que habrá de operarse será positivo, por cuanto marchará en la línea progresiva de la integración de contenidos.
Recomendación.
Reléase todas las lecciones referidas a transferencia y efectúense los ejercicios que fueron trabajados incorrectamente.
Sondeo transferencial.
Con las explicaciones dadas en las lecciones anteriores, se está en condiciones de encarar estudios de cierta profundidad respecto de los símbolos y alegorías en el campo de la producción individual (en sueño, semisueño y vigilia) y también en el terreno de la producción colectiva (en cuentos, leyendas, mitos, arte, religión, etcétera).
Conductas individuales o grupales pueden, también, ser estudiadas desde el punto de vista simbólico y sígnico.
Pero ahora vamos a utilizar esos conocimientos como simples auxiliares de las técnicas transferenciales.
Recordemos que en este curso de operativa estamos trabajando con técnicas catárticas, con el objeto de producir descargas de tensiones que serían imposible de lograr por otros medios. También debemos operar con técnicas transferenciales que nos permitan desfijar e integrar contenidos psíquicos.
Damos por sentado que se sabe en qué circunstancias debe operarse con unas u otras técnicas.
I. Indicadores.
Las racionalizaciones, los ocultamientos, olvidos y bloqueos en general, indican resistencias a la abreacción catártica. Vencer esas resistencias, permitiendo que se expresen las tensiones hacia la periferia como descarga, es un problema técnico.
Asimismo, los contenidos fijados ofrecen resistencia cuando se trata de movilizarlos e integrarlos al proceso de la conciencia. En principio, los indicadores de resistencia son los mismos que aparecen al aplicar las técnicas catárticas pero, además, existen otros ligados estrechamente a la configuración y dinámica de las imágenes.
Para toda la operativa (catarsis, transferencia y autotransferencia), vale el mismo principio: detectar y vencer resistencias. Habrá que comprender cuáles son los indicadores de resistencia y cuáles los indicadores de que se han superado dichas resistencias. En el caso de la catarsis han sido suficientemente estudiados; en el de la transferencia pasamos a su explicación.
II. Indicadores de resistencia.
Una de las primeras condiciones que se debe cumplir en el proceso transferencial, es que el sujeto asocie libremente y, en lo posible, con imágenes visuales. Para que esta condición se dé con soltura, se procurará trabajar buscando el nivel de semisueño activo, en el que el sujeto irá describiendo al guía sus escenas mentales, mientras éste se limitará a dar dirección a las imágenes.
No se trata de que el guía sugiera imágenes (con lo cual trasladaría sus propios contenidos al sujeto), sino de que dadas las escenas que el sujeto relata, el guía debe ocuparse en dar dirección hacia distintas profundidades y alturas del espacio de representación, operando transformismos, contracciones y ampliaciones de imágenes cuando aparecen indicadores de resistencia.
Veamos los principales indicadores.
1º. Resistencias de racionalización, ocultamiento, olvido y bloqueo. Indican fuertes tensiones. En tales casos, el guía procede con un sondeo catártico de realimentación hasta que se produzca la superación de esas resistencia. Si las dificultades continúan, la catarsis deberá ser profunda.
2º. Dificultad en los desplazamientos verticales. Ocurre cuando el sujeto no puede ascender hacia las "alturas", o descender a las "profundidades". Habrá que lograrlo repitiendo y proporcionando al sujeto ayudas alegóricas de conectivas o determinados atributos. Estas ayudas que frecuentemente utilizará el guía estarán siempre referidas a vencer resistencias y serán más o menos armónicas dentro de las escenas del sujeto, de manera que pueda evitarse la infiltración de contenidos propios del guía.
3º. Dificultad en los desplazamientos horizontales. Ocurre cuando el sujeto no puede avanzar o retroceder en su escena. Será necesario repetir, suministrando ayudas alegóricas.
4º. Dificultad en las expansiones o contracciones. Ocurre cuando el sujeto no puede hacer "crecer" o "empequeñecer" su propia imagen u otra puesta por el mismo sujeto como dificultosa, peligrosa, etc. El guía dará ayudas alegóricas, hasta que se venza la resistencia.
5º. Dificultad en los transformismos. Ocurre cuando el sujeto no puede cambiar su ropaje o su aspecto, o bien, roles, edades, niveles, etc. También, cuando no puede operar inversiones de imágenes que crean climas negativos, en imágenes positivas. El guía apelará a recursos alegóricos de ayuda.
6º. Dificultad en la adhesión de un clima a imágenes. El guía deberá pedir al sujeto que busque imágenes hasta que el clima "encaje" en una escena recordada o ficticia. La dificultad estará superada únicamente cuando el sujeto experimente la real correspondencia entre clima e imágenes. Es decir, si el registro emergente de esas operaciones es artificioso, habrá que continuar el trabajo hasta que se produzca un "encaje" realmente sentido como tal por el sujeto.
7º. Dificultad en la disociación entre imagen y clima. El guía sugerirá trasladar el clima a otras imágenes, hasta que las originales pierdan fuerza emotiva.
8º. Irrupción catártica en el proceso transferencial. Será necesario permitir al sujeto que se exprese plenamente, pero habrá de suspenderse el proceso transferencial hasta que el sujeto esté nuevamente en condiciones de seguir las direcciones que le proponga el guía. Este caso es diferente de las expresiones catárticas que acompañan a la trasferencia, pero que no interrumpen el proceso de dirección que lleva el guía.
9º. Exceso de velocidad en los desplazamientos. El sujeto pasa de una escena a otra o entre imágenes tan velozmente, que no alcanza a percibir plenamente de qué se trata obstruyendo de ese modo, la descripción. Habrá que enlentecer el proceso, haciendo que el sujeto coloque los objetos que visualiza a grandes distancias entre sí, de manera que el "recorrido" de unos a otros obligue a una mayor demora. Otro recurso es el de pedir al sujeto que dé numerosos detalles de cada objeto que se le presenta.
10º. Rebote de altura. En un ascenso o descenso, el sujeto se encuentra súbitamente relatando escenas del plano opuesto. El guía deberá retomar el proceso y utilizar ayudas alegóricas en el momento en que puede producirse el rebote.
11º. Rebote de nivel. Ocurre cuando por presión de contenidos oprimentes, sobresalto, u otros factores accidentales, el sujeto continúa el proceso, pero con un marcado cambio hacia la racionalización. También, cuando el sujeto bloquea la secuencia. El guía deberá suspender y comenzar nuevamente el trabajo.
12º. Dificultad en la visualización de imágenes. De todas maneras, el guía emprenderá el trabajo. El sujeto trabajará entonces con aquel sistema de imágenes que le resulte afín.
Vistos los indicadores y la forma de tratarlos, se comprende cómo lo estudiado en simbólica y alegórica puede ser utilizado de un modo auxiliar por el guía, al proponer ayudas no racionales (alegorías por ejemplo) para que el proceso se
desarrolle evitando los rebotes de nivel que ocurrirían si el sujeto irrumpiera en un sistema de ideación crítico y autocrítico.
Repetimos que la simbólica y alegórica en materia de transferencia, juega un papel eminentemente auxiliar más que interpretativo como ocurre en otros campos.
Ejercicio de sondeo transferencial de resistencia.
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se represente a sí mismo como el personaje central del chiste (o como uno de los personajes según el caso), procediendo a ejercitar: ascensos y descensos; avances y retrocesos; expansiones (agrandamiento de imagen) y contracciones (reducciones de imagen). En todos los casos, será necesario que el sujeto relate todo lo que sucede en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan. El guía tomará nota de todos los indicadores de resistencia que vayan apareciendo. En este ejercicio, no tratará de vencer ninguna de las resistencias que observe.
Terminado el sondeo de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos. Posteriormente, guía y sujeto cambiarán los roles.
LECCION 6
Sondeo transferencial.
Las tres técnicas principales de transferencia son: niveles, transformismos y expansiones.
I. Técnica de niveles.
Trabaja con distintos niveles del espacio de representación, en sentido vertical. Estos niveles espaciales no deben confundirse con los niveles de conciencia. En efecto, en sueño por ejemplo, el durmiente puede "ascender" o "descender" en su espacio interno, sin por ello despertar.
Cuando se trabaja esta técnica, el guía comienza por sugerir al sujeto que se represente a sí mismo en un plano que podríamos llamar "medio". Ese plano, es más o menos correspondiente al de percepción habitual.
Una vez que el sujeto se visualiza a sí mismo, el guía le sugiere descender. Allí surge la primera dificultad, pues el sujeto tendrá que descubrir cómo hacerlo. Conociendo los indicadores de resistencia y sus soluciones, el guía intervendrá cada vez que aparezcan dificultades.
Si la regla general de toda transferencia indica que debe vencerse toda resistencia para que las cargas se desplacen, subsiste el cómo hacerlo. En general, debe operarse de manera que el sujeto se enfrente con toda dificultad que aparezca, siempre que cuente con posibilidades de vencerla. Es decir, que si
una resistencia fuera más fuerte que el sujeto, éste terminaría en una frustración que aumentaría la resistencia posteriormente.
En transferencia se habla de "persuasión" de las resistencias, queriendo indicar con ello que se las debe acometer frontalmente si ellas no superan al sujeto, pero en caso contrario el guía debe intervenir apoyando la escena con algunos recursos alegóricos o, en ocasiones, invitando al sujeto a buscar una vía más fácil para llegar nuevamente a la resistencia, pero desde una perspectiva más favorable.
Siguiendo la idea de la persuasión de la resistencia, es siempre preferible antes que una lucha violenta que el guía sugiera la reconciliación con un defensor que impide agresivamente una entrada. Otro recurso similar en esos casos, es el del pago o trueque alegórico para persuadir al que dificulta el acceso.
En los descensos aparecen, frecuentemente, seres extraños que el guía puede convertir en aliados para que el sujeto continúe sus desplazamientos.
Casi siempre, a medida que se desciende, el espacio de representación se va oscureciendo, siguiéndose con ello un sistema de asociación propio de la vigilia y de la experiencia cotidiana, en el sentido de que en las profundidades está lo oscuro sea terrestre o marítimo. Vale lo opuesto en la dirección ascendente, ya que en las alturas están el sol, el cielo puro (más allá de las nubes de tormenta, por ejemplo), etc.
Pero existe otro fenómeno que coincide con la percepción del mundo externo, sin por ello ser dependiente de aquélla. En general, sucede que a medida que el sujeto desciende en su espacio, se aleja de sus centros ópticos, oscureciéndose la escena y apareciendo en "pantalla", representaciones traducidas o deformadas del intracuerpo (cavernas con animales, como representación de la propia boca, lengua y dientes; tubos de caída, como alegorización del esófago; globos o seres alados que se mueven rítmicamente como representación de los pulmones; barreras que remedan el diafragma; seres tentaculares, laberintos y pasadizos en relación con distintas partes del aparato digestivo; cavernas cálidas o asfixiantes, a veces iluminadas por fuegos mortecinos como deformación y traducción de registros cenestésicos sexuales; texturas acuáticas, barrosas o viscosas, como representación de humores o sustancias que operan en el intracuerpo, etc.).
A medida que el sujeto asciende el espacio se va aclarando mientras la respiración se va haciendo alta, produciéndose traducciones pulmonares con nuevos seres alados, esta vez luminosos como ángeles, aves, etcétera.
Existe cierta profundidad límite, más allá de la cual no es posible descender... allí todo queda oscurecido. En las alturas, por encima del cielo iluminado, del sol y las estrellas, ocurre el mismo fenómeno: todo queda oscurecido. El oscurecimiento final, tanto en los ascensos como en los descensos, coincide con los límites del propio cuerpo. Por cierto que tales límites son difíciles de tocar, por cuanto se producen frecuentes rebotes, pero que sirven a la continuación de las escenas.
En la técnica de niveles no debe confundirse la luz que depende de un determinado foco (luces subterráneas, fuegos volcánicos, ciudades iluminadas bajo las aguas, etc. Inversamente: el sol, la luna, las estrellas, las ciudades de la
luz, los objetos cristalinos o radiantes, etc.), con la iluminación general del espacio, que es la que delata el nivel de la representación.
Sintetizando la técnica de niveles decimos que se comienza en el plano medio, se desciende hasta límites aceptables de visualización y movilidad de imágenes, desandando luego el camino por el que se descendió hasta llegar al plano medio.
Desde allí, se asciende hasta límites también aceptables y se desciende haciendo el mismo recorrido hasta llegar al plano medio.
Siempre se comienza y concluye en el plano medio, sacando al sujeto al final, de sus escenas más o menos irracionales hasta un sistema de representación cotidiano. En él, las asociaciones libres comienzan a ceder frente a la racionalización que sugiere el guía. Se pretende que la sensación de la "salida" del proceso transferencial, sea gradual y reconfortante.
En ningún caso, se debe sugerir la salida de un modo abrupto o de un plano que no sea el medio.
II. Técnica de transformismos.
Trabaja manteniéndose en el plano medio de representación. Como de costumbre el sujeto se representa a sí mismo. El guía lo invita a que se desplace hacia "adelante" como si se viera caminando en cualquier escena que ha propuesto el sujeto para comenzar el trabajo.
Cuando la escena cobra la soltura típica de los procesos de asociación libre, el guía va proponiendo cambios en las vestimentas del sujeto, luego cambios en las distintas imágenes que van apareciendo, hasta detectar resistencias. Cada resistencia que se detecta debe ser superada adecuadamente.
A veces sucede que los transformismos no ofrecen mayores resistencias, pero sí el pasar de un ámbito a otro, el salir de un reciento o entrar en el, etc. Todo ello deberá vencerse con las ayudas alegóricas del caso, o transformando unas imágenes en otras.
El trabajo continúa, efectuándose el regreso al punto inicial. Desde allí se procede a sacar al sujeto, mediante racionalizaciones de la escena y siempre de un modo amable y gradual.
III. Técnica de expansiones.
Trabaja tanto en el nivel vertical (técnica de niveles), como en el horizontal (técnica de transformismos). Opera siempre que en los temas o argumentos se producen encierros, obstrucciones o incompatibilidades por cuestiones de tamaño. Existen desproporciones de tamaño entre la imagen del propio sujeto y un objeto a través del que se quiere pasar (pasadizos que se cierran, ojos de cerradura, escalones demasiados separados o altos para el paso, etc.). También puede darse el caso de desproporciones con respecto a objetos que se desea hacer pasar al interior del sujeto (una fruta que se quiere comer aparece demasiado grande o demasiado pequeña).
Se producen también dificultades en la relación entre seres por el mismo motivo (gigantes y enanos), o desproporciones en la misma figura (cabeza descomunal y miembros muy finos), etcétera.
Cuando se presentan dificultades del tipo de las citadas, el guía sugiere expansiones o contracciones de las imágenes afectadas, hasta que se proporciona la escena. A veces, es necesario apoyarse en recursos alegóricos, para facilitar la integración de imágenes en un argumento dado.
¿Cuando aplicar cada una de las técnicas?
En general, se trabaja dando al sujeto dirección según la técnica de niveles, pero a medida que ésta se desarrolle, aparecerán resistencias que estarán referidas a los desplazamientos horizontales o a los tamaños de las imágenes. Por lo tanto, las técnicas de transformismos y expansiones se utilizarán en el momento en que se detecten las resistencias correspondientes dentro de la técnica general de niveles.
Solo en el caso en que, por anteriores sesiones, esté claro que el problema fundamental del sujeto se refiere a resistencias en los transformismos o en las expansiones, se procederá directamente con esas técnicas prescindiendo de los desplazamientos por niveles verticales.
Ejercicios de sondeo y desplazamiento transferencial.
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se presente a sí mismo como el personaje principal del chiste (o como uno de los personajes, según el caso), procediendo a ejercitar la técnica de niveles. Cada vez que se encuentre una resistencia, el guía llevará al sujeto a vencerla y, según los casos, usará técnicas de transformismo y expansión.
Será necesario que el sujeto relate todo lo que va sucediendo en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan.
Terminando el sondeo y vencimiento de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas y las dificultades de vencimiento, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos.
Posteriormente, guía y sujeto cambiarán de roles.
El sondeo transferencial es una práctica que no requiere de mayores preparaciones ni requisitos previos. Puede ejercitarse aún a nivel vigílico, siempre que el sujeto pueda colocarse en un estado de no racionalización y en el que fluyan las asociaciones libremente.
LECCION 7
Transferencia de imágenes.
Con los sondeos transferenciales (así como con los sondeos catárticos), puede trabajarse en numerosas situaciones de la vida diaria, sin que el sujeto necesite de conocimientos especiales.
Cuando se quiere realizar transferencias profundas, las cosas cambian ya que el sujeto debe tener suficiente datos sobre estos temas. El motivo principal radica en que toda sesión transferencial profunda se cierra con una discusión vigílica entre guía y sujeto, siendo este último quien, en definitiva, interpreta y ordena su propio proceso.
La discusión vigílica exige especiales conocimientos por parte del sujeto, ya que de otro modo las interpretaciones del guía concluirán en la proyección de sus propios contenidos. Además, ocurre un fenómeno posterior: el de la elaboración postransferencial, en el cual el sujeto integra verdaderamente los contenidos movilizados en el trabajo anterior. En esa elaboración, el sujeto debe contar con recursos como para disponer de ellos sin ayuda del guía.
¿En qué casos se apela a la transferencia profunda?
Cuando interesa comprender mecanismos complejos de conciencia. Cuando se desea superar problemas biográficos que continúan presionando sin resolverse en la situación actual.
Cuando se quiere provocar desplazamientos e integraciones de importancia.
¿En qué casos no se apela a la transferencia profunda?
Cuando el sujeto muestra síntomas de anormalidad síquica.
Cuando el sujeto considera al trabajo como un sistema terapéutico.
Cuando el sujeto pretende resolver problemas que deberían estar superados por el ejercicio de prácticas anteriores.
Cuando el sujeto se encuentra en la situación previa de resolver problemas catárticamente.
Pasos de la sesión transferencial.
1º Preparación. Resuelto el interés del sujeto en torno a por qué desea acometer un proceso transferencial, el guía tomará nota de las fallas orgánicas y sensoriales del sujeto, a las que tendrá siempre en cuenta como posibles productoras de señales.
En un ambiente adecuado, guía y sujeto se sentarán cómodamente, uno al lado del otro. Será necesario que la iluminación sea suave y, en lo posible, difusa.
Se pedirá al sujeto un relax completo y profundo.
2º Entrada. Se pedirá al sujeto que proponga un hecho biográfico, un sueño, o una imagen de su interés. Se recomendará la sensación de "caída" (propia de la entrada al sueño, a fin de eliminar las racionalizaciones y permitir el acceso al semisueño asociativo activo), siguiendo a la imagen propuesta.
3º Desarrollo. El guía sugerirá las direcciones del caso, partiendo siempre desde el plano medio y sobre la base de la imagen dada por el sujeto. Allí donde aparezcan resistencias, el guía ayudará a vencerlas del modo ya estudiado. En el desarrollo, seguramente se apelará a las tres técnicas conocidas de niveles, transformismos y expansiones. El guía tomará nota de aquellas resistencias que no han sido vencidas satisfactoriamente en la sesión, o bien que aparecen transformadas en diferentes escenas, mostrando su mismo origen.
4º Salida. Una vez llegado al punto inicial luego de desandar todos los recorridos del caso, el guía promoverá un clima de reconciliación del sujeto consigo mismo, apelando a imágenes agradables. A partir de ese momento, comenzará a racionalizar progresivamente, hasta que el sujeto recupere su nivel vigílico habitual.
5º Discusión vigílica. Una vez recuperado el sujeto, comenzará la discusión sobre la base del material recogido. El sujeto deberá reconsiderar todo el trabajo efectuado resumiendo las dificultades encontradas, las resistencias y los vencimientos producidos. Allí donde queden puntos olvidados, el guía los destacará.
Sujeto y guía efectuarán una reducción simbólica y una agrupación alegórica, intentando una síntesis interpretativa. Esta síntesis tendrá mayor éxito a lo largo de varias sesiones transferenciales, cuando se tenga material suficiente de todo un proceso. De cualquier manera, será conveniente al finalizar cada sesión, que se produzca la síntesis.
6º Elaboración postransferencial. Terminada la sesión y habiendo acordado los detalles de la próxima, el sujeto quedará sin guía en ese lapso. Será conveniente, entonces, que tenga en cuenta sus sueños nocturnos, sus ensueños cotidianos, sus cambios de enfoque respecto de la problemática interna y sus cambios de conducta. Convendrá que vuelque sus observaciones por escrito y las lleve a las próximas sesiones como material complementario.
7º Conclusión del proceso transferencial. No se puede fijar el número de sesiones necesarias para la conclusión de un proceso. Ello dependerá del tipo de interés manifestado al comienzo por el sujeto. De todas maneras, será evidente la terminación de un proceso cuando en las elaboraciones postransferenciales, el sujeto experimente registros de comprensión y "encaje" de contenidos, hasta ese momento no integrados. Un indicador decisivo será el cambio de conducta respecto de una situación concreta que se deseaba superar.
click sobre la imagen para ampliarla
Observaciones.
En esta forma de transferencia, los temas van coincidiendo con los argumentos. Ello facilita las cosas, ya que al ir modificando los temas de una escena, también se van operando transformaciones de los climas que pudieran ser negativos.
Sucede, a veces, que no puede trasladarse un clima porque la resistencia es muy grande. Se procederá entonces gradualmente, desde el tema fuertemente asociado con la carga negativa, hacia un tema próximo, a fin de que el segundo cobre las connotaciones del primero (por ejemplo: aparece un pariente vestido de cierta manera, con una determinada actitud y en una escena desagradable. Si la resistencia a los transformismos de esa imagen fuera muy grande, habrá que hacer participar a otra persona y rodearla de los atributos de la primera, a fin de que el clima se transfiera. De la segunda se pasará a una tercera, etc.).
Recordemos acá lo dicho anteriormente respecto de la "persuasión" de las resistencias. En primer término, el guía nunca promoverá la irrupción súbita de imágenes que el sujeto experimente como peligrosas. Guiará en sentido opuesto a las resistencias, con prudencia y sin violencias. No dejará desarmado al sujeto frente a las imágenes que no pueda sobrellevar. Eludirá la confrontación directa, en favor de persuasiones (o retrocesos), si el clima se hiciera angustiante. Cuando comprenda que no puede resolver una dificultad, postergará el trabajo a las próximas sesiones tomando adecuada nota.
Ejercicio de transferencia de imágenes
Antes de comenzar, se recomienda releer los ejercicios de sondeo transferencial de resistencias y de sondeo y desplazamiento transferencial.
Se efectuará una práctica pedagógica, en la que uno de los presentes será guía y otro sujeto. El resto de los partícipes tomará notas. La discusión y el aporte final serán conjuntos.
Realizada la práctica, los interesados podrán iniciar por su cuenta (y sólo de a dos personas) un proceso transferencial de varias sesiones. Guía y sujeto intercambiarán sus roles, de manera que el dominio de las técnicas por parte de ambos sea equilibrado.
LECCION 8
Transferencia de climas.
En relajación se trabajó convirtiendo imágenes cotidianas tensas e imágenes biográficas. Fue una tarea adecuada para aquel nivel. De un modo limitado, allí estaba planteado el trabajo transferencial en el sentido de disociar climas negativos referidos a ciertas imágenes, tratando ulteriormente de positivizar las emociones.
Cuando hablamos de transferencia de climas, nos estamos refiriendo a una forma particular de trabajo que es necesario acometer siempre que en un sujeto no se pueda disociar una imagen de un clima, ni se pueda transferir esa carga a otros contenidos, ni se la pueda positivizar, por cuanto existe solamente el clima pero sin referencia a temas o argumentos visualizables.
Si un sujeto experimenta un clima negativo ligado a temas biográficos, cotidianos o aún imaginarios, la transferencia de imágenes rendirá sus mejores frutos ya que, teniendo imágenes por base, será relativamente fácil de conducir el traslado de cargas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien experimenta un clima de depresión, o temor, o inseguridad, o angustia en general? ¿Qué pasa cuando no hay una fobia referida a objetos precisos; una imagen obsesiva definida; una compulsión hacia objetos o hechos ciertos, sino una desazón profunda, general y difusa?
Respondemos a esas preguntas diciendo que estamos en presencia de climas sin imágenes visuales (ya que sin duda operan imágenes cenestésicas, kinestésicas y de diferentes sentidos externos), y que estamos en condiciones de transferir, modificar e integrar, únicamente si logramos asociarlos con imágenes previas. Esa es la tarea que se emprende en la transferencia de climas.
Requisitos.
En el caso de un sujeto que experimenta un clima pesado (no ocasional), negativo y difuso, antes de proceder con las sesiones transferenciales, será importante saber si existen fallas orgánicas que puedan afectarlo de un modo general (por ejemplo: fallas glandulares, circulatorias, etc.). Son muchos los casos en los que la falla que produce tales climas es netamente física y, de ningún modo, síquica. El tratamiento médico, al corregir el problema, puede solucionar la dificultad.
Los problemas físicos producen impulsos difusos como los mencionados más arriba y también imágenes que, en las transferencias normales, aparecen repitiéndose deformadamente, pero en "lugares" idénticos del espacio de representación.
Si bien la dificultad física no puede corregirse por medios transferenciales, el sujeto puede llegar a redimensionar el problema, a enfocarlo de un modo nuevo y, por último, a integrarlo, si es que no hubiera solución médica para su situación.
Es, pues, un requisito importante (ya mencionado anteriormente), que el sujeto sometido a la presión de esos climas difusos determinantes, apele al examen médico.
Otro requisito consiste en que trate de encontrar su origen en el tiempo (para lo cual podrá recurrir a su material autobiográfico, producido anteriormente).
Detectado el comienzo del problema, el guía podrá orientarse mejor en el proceso .
Por último, es requerido saber si el sujeto no puede asociar esos climas a imágenes visuales en razón de que no trabaja con ellas. En tal caso, se podrá apelar a la transferencia de climas, pero el sujeto hará por su cuenta las prácticas recomendadas en su momento para corregir el defecto.
click sobre la imagen para ampliarla
Tratamiento de los climas sin imágenes visuales.
Paso 1º Preparación. Del mismo modo que en las transferencia de imágenes.
Paso 2º Entrada. Del mismo modo que en la transferencia de imágenes, sólo que buscando el clima que se desea adherir. A continuación se pedirá al sujeto que busque situaciones biográficas o ficticias en las que el clima "encaje" adecuadamente y sin sensación de artificiosidad. Luego, el sujeto tratará de "encajar" el clima en otras imágenes, buscando siempre la ligazón óptima.
Toda la sesión podría estar ocupada con ese trabajo, sin lograrse buenos resultados.
En tal caso, se realizará en sesiones siguientes nuevamente la preparación y la entrada, hasta que se encuentre un buen "encaje". Independientemente del número de sesiones invertidas en el "encaje", una vez logrado se pedirá al sujeto que perfeccione las imágenes hasta que el clima cobre toda su fuerza sugestiva.
No se seguirá adelante hasta tanto el clima quede fuertemente adherido a temas y argumentos precisos. La etapa de asociación del clima con las imágenes estará completada cuando el sujeto al concentrarse en la escena obtenga registros "verdaderos" del clima en cuestión.
A menudo, en el intento repetido de adecuar imágenes al clima difuso, el sujeto recuerda la escena que realmente marcó el comienzo del problema. En tales casos, se trabaja siguiendo los pasos de la transferencia de imágenes.
Logrados el "encaje" y la fuerte asociación, ya se puede continuar con los siguientes pasos, que son los mismos de la transferencia de imágenes.
Observaciones.
A fuerza de trabajar con un clima y de reforzar su registro, el sujeto puede desencadenar una abreacción catártica que baje el potencial necesario para la asociación con una imagen dada. Se dejará, de todas maneras, que se produzca la descarga con plenitud suspendiendo posteriormente la sesión. Está claro que se habrá ganado en el alivio de tensiones, pero será necesario sacar consecuencias de tal hecho, en diálogo con el sujeto.
Es importante para el guía obtener algunos datos biográficos del sujeto y, en lo posible, material de ensueños, sueños y alegorizaciones, para que la orientación sea más fácil.
A veces, el clima difuso está confundido con tensiones permanentes, diferentes de las que dan origen, pero que impiden que el sujeto entre en el nivel de semisueño activo necesario. Considerando tal posibilidad, puede intentarse un sondeo catártico de realimentación. Puede ocurrir, por ejemplo que producida una catarsis, el clima cese de operar o se manifieste con las imágenes correspondientes que, habitualmente, se encontraban amortiguadas por el sistema de tensiones permanentes.
Ejercicio de transferencia de climas.
Se efectuará una práctica pedagógica en la que alguno de los presentes pueda disponer de un clima difuso, aún cuando no sea de gran importancia, a los efectos de trabajar en el "encaje" y asociación a imágenes.
El trabajo posterior entre dos personas estará dependiendo de que se presente el caso en que exista un clima negativo decisivo, sin imágenes. De manera que no se procederá artificialmente con sujetos cuyos climas estén referidos a imágenes definidas.
Ejercicio de transferencia negativa.
Un trabajo muy útil que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio con la imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etc.).
Primeramente el guía procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.
Se trabajará posteriormente para producir el traslado y "encaje" del clima inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente asociado con él el clima inhibitorio.
Para acelerar el proceso de "encaje" y asociación, el sujeto podrá repetir por su cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente para obtener la transferencia negativa.
Si al evocar el hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese momento.
Esa técnica obtendrá excelentes resultados, siempre que: 1º el sujeto tenga buenas y claras razones para intentar el abandono del hábito; 2º desee verdaderamente desembarazarse de él como asunto de importancia vital; 3º la propuesta sea definitiva. O sea, no de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.
Será conveniente, en las sesiones de transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia profunda.
LECCION 9
Elaboración postransferencial
En otras lecciones se comentaron los pasos de la elaboración postransferecial y de conclusión del proceso transferencial, teniendo en cuenta determinados indicadores.
Tales eran el cambio de enfoque del sujeto respeto de sus problemas, la modificación positiva de la conducta referida a situaciones concretas y los registros de comprensión y "encaje" de contenidos hasta ese momento no integrados.
Existen otros muchos indicadores de que el proceso transferencial ha podido cumplirse exitosamente, pero, desde luego, que ellos deberán estar en función de la propuesta inicial del sujeto. Así, si el interés expreso fue el de adquirir técnicas o mayores conocimientos sobre el trabajo de la conciencia, parece extraño que tenga que producirse un cambio de conducta como consecuencia de ese trabajo transferencial.
Otro tanto puede decirse del que se interesa por desfijar y trasladar un determinado clima y espera, posteriormente, consecuencias no formuladas al guía, de tal manera que éste resulta ajeno a sus expectativas y no puede conducir el proceso adecuadamente.
No obstante lo anterior, será bueno aclarar que si bien el guía se irá orientando al tener en cuenta los intereses formulados por el sujeto, también lo hará sobre la base de los indicadores de resistencia y, por este hecho, podrán producirse descargas y desplazamientos no previstos que pueden llegar a modificar el planteo inicial.
La elaboración postransferencial, del mismo modo que la sesión transferencial, pueden producir una integración y reordenamiento en cadena, y el proceso continuar desenvolviéndose bastante tiempo después de concluido el trabajo guiado. En tal caso, el sujeto experimentará que "algo" sigue cambiando en él.
A veces se integran contenidos fijados a etapas muy antiguas de la biografía, no en las sesiones, sino después, en el proceso postransferencial. Imaginemos a una persona adulta en la que reconocemos rasgos infantiles muy marcados. Esa persona termina un proceso en el que logró modificaciones de cierta importancia. Pero en cuanto a los rasgos anotados, no observamos ningún cambio. Poco a poco, sin embargo, empezamos a observar que el sujeto va omitiendo aquellas características y en su reemplazo comienzan a aparecer roles cada vez más maduros, propios de su edad. Ese tipo de caso ocurre con frecuencia, aunque tiempo después de haber concluido con las sesiones.
Un fenómeno curioso puede ocurrir en el momento en que por acción del proceso postransferencial se acelere el desgaste del núcleo de ensueño y se transfiera su energía en otra dirección. De todas maneras, el cambio radical que habrá de operarse será positivo, por cuanto marchará en la línea progresiva de la integración de contenidos.
click sobre la imagen para ampliarla
Recomendación.
Reléase todas las lecciones referidas a transferencia y efectúense los ejercicios que fueron trabajados incorrectamente.
Link al Video Operativa en Esquemas
LINK PRESENTACION INTERACTIVA " Prácticas de Transferencia"(final)
Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Pràcticas de Relajación (Distensión)
Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Pràcticas Sicofísicas
Link entrada relacionada Mejoramiento Conductual - Prácticas de Autoconocimiento
Link entrada relacionada Epílogo - Autoliberación
Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 1)
Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lección 2,3,4)
Link entrada relacionada Operativa / Prácticas de Transferencia (Lecciónes 5,6,7,8 y 9) Final
www.imaginatuvuelo.blogspot.com
0 comentarios:
Publicar un comentario
Habilita tu perfil en Blogger o comenta tildando la opcion anonimo.Gracias por comentar...