La convención de contar el tiempo en siglos, años, meses, días, horas,etc.; es histórica y como tal, en el desarrollo de las distintas culturas y civilizaciones ha sufrido distintas modificaciones hasta el presente.
A este modo de contar el tiempo transcurrido lo llamamos tiempo cronológico.
Ahora a este tiempo que va pasando, lo experimentamos y lo sentimos de distinta manera, a veces como más lento y a veces más veloz.
A este registro interno del tiempo cronológico lo llamamos tiempo psicológico.
Es común escuchar expresiones tales como: “el año se ha pasado volando”, “el examen duró una eternidad”, “cada día las cosas pasan más rápido”, o frases similares que denotan esta variabilidad del registro del transcurrir ya que un mismo fenómeno o un mismo período de tiempo convencional es registrado de manera diferente por una misma persona en diferentes momentos.
Este tiempo se nos hace más veloz, por ejemplo, cuando baja el nivel de conciencia y además cuando estamos incluidos en el contexto de una situación placentera o agradable.
Así por ejemplo, cuando dormimos varias horas, aún cuando en ese lapso se producen numerosos fenómenos psicológicos, pareciera que nuestra conciencia no se da cuenta del tiempo que transcurre.
También cuando nos encontramos en una situación placentera o muy querida y agradable, las horas se nos transforman en minutos y muchas veces al final de la situación nos sorprendemos del tiempo que pasó.
Por el contrario el tiempo se nos hace más lento a medida que sube el nivel de conciencia y también cuando estamos incluidos en el contexto de una situación dolorosa o molesta.
Así, ante cualquier dolor corporal continuo los segundos se nos hacen interminables y también cuando estamos esperando algo o a alguien con un grado alto de expectativa, el tiempo pareciera no transcurrir.
Cuando sube nuestro nivel de conciencia, ésta tiene registro y se da cuenta de las numerosas percepciones y representaciones, de los estímulos que llegan y de las respuestas que se dan, etc.
Y al ampliarse nuestra capacidad atencional, tenemos registro, de numerosas situaciones que suceden tanto interna como externamente.Entonces, en pocos minutos cronológicos vivimos una gran cantidad de experiencias.
Los Humanistas sabemos que el registro del tiempo transcurrido, varía de acuerdo al tipo de situación en que vivimos.
Si se toma contacto con los registros del propio transcurrir se pueden trazar relacionesentre diferentes fenómenos sicológicos aparentemente distantes, pero totalmenteunidos y relacionados cuando se los explora desde una perspectiva diferente.
Tal vez, luego de estas relaciones que se han establecido, se pueda sacar como conclusión que cuando se hable del propio registro del tiempo, cuando se hable del propio transcurrir, estamos hablando nuevamente del mismo fenómeno variable e inpermanente que llamamos yo, y también estemos hablando de ese otro fenómeno variable al que llamamos cuerpo.
Desde esta perspectiva, el cuerpo, el yo y el tiempo, son tal vez un mismo fenómeno, ilusorio, variable e inpermanente, pero simplemente visto y experimentado desde ópticas diferentes.
La trascendencia de estas comprensiones y certezas impacta fuertemente en la existencia personal.
Tomar contacto con los registros del propio tiempo, del propio transcurrir, observar su variabilidad y su posibilidad de ilimitada expansión y profundización, se convierte también en una aventura interna que abre las puertas para avanzar hacia lo esencial,hacia lo profundo.
Aqui les dejo una simpática reflexion sobre las convenciones del tiempo cronológico.
Para una mayor comprensión se puede consultar Psicología IV:Espacialidad y Temporalidad de los Fenómenos de Conciencia (Silo, Apuntes de Psicología, Ulrica Ediciones, 2006)
www.imaginatuvuelo.blogspot.com
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