Ceremonias por Silo El viernes 1° de octubre en Parque La Reja



El viernes 1° de octubre a partir de las 19:00 horas siloístas, mensajeros y amigos de los diversos organismos humanistas nos encontraremos en Parque La Reja para recordarlo juntos y esparcir las cenizas de su cuerpo. Las ceremonias serán alrededor de las 20hs.

Link al video La Meditación - "El Mensaje de Silo"


El parque está ubicado en Av. Alfonsina Storni 1568, a 3 cuadras de la estación La Reja, Moreno, Provincia de Bs. As. Acceso Oeste, Km. 38.


Link Parque de Estudio y Reflexion La Reja




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Sobre La Forma Mental


“…los fenómenos de conciencia que, al igual que el pez que no ve el agua, están siempre actuando y rara vez los observamos”

Hay una estructuración mínima sobre la base de la cual funcionan todos los mecanismos de conciencia, que es esta de acto-objeto. Así como funcionan estímulos-registros, así también funcionan actos-objetos en conciencia, ligados por este mecanismo de estructuralidad de la conciencia; este mecanismo intencional de la conciencia. Siempre los actos están referidos a objetos, se trate de objetos tangibles, intangibles o meramente psíquicos.

Así como los sentidos y memoria están siempre trabajando, así conciencia está continuamente lanzando actos dirigiéndose hacia objetos. Esta ligazón entre un acto y un objeto no es permanente, ya que existen actos lanzados en busca de su objeto, y es precisamente esta situación la que le da dinámica a la conciencia.

Algunos psicólogos pensaron que era característica fundamental de la conciencia que el acto de conciencia estuviera ligado al objeto. Que no podía haber acto sin objeto y no podía haber objeto sin acto. Desde luego ellos no descartaron que el objeto al cual se refiere la conciencia pueda cambiar. Si eso no fuera así, la conciencia se vería en serias dificultades para transitar de un objeto a otro, porque en el momento de tránsito nos encontraríamos con que ese acto se encuentra sin el mismo objeto. Es gracias a que puede trabajar este acto en busca de objetos que la conciencia puede trasladarse de unos a otros. En rigor, aquellos psicólogos descubrieron una gran verdad y es que siempre el acto de conciencia se refiere a un objeto y que aunque el objeto cambie, la conciencia se dirige “hacia”. La conciencia, por tanto, es intencional y se comporta como una estructura acto-objeto. De tal manera que los objetos de conciencia, se trate de percepciones que llegan a conciencia, de recuerdos, de representaciones, de abstracciones, etcétera, aparecen todos ellos, como objetos de los actos de conciencia. Y ahora pues, puedo buscar un determinado recuerdo: ese es un objeto. Ahora puedo buscar una determinada percepción: ese es un objeto. Ahora puedo hacer una abstracción: ese es un objeto. Pero las operaciones que realizo son de distinta naturaleza. Hay distintos tipos de actos.

Esta intencionalidad de la conciencia (este dirigirse los actos de conciencia hacia determinados objetos), siempre está lanzada hacia el futuro, hacia cosas que deben aparecer. Es muy importante esta actividad de futurición del acto de conciencia. La intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda.

Si voy a recordar lo que sucedió hace media hora me estoy disponiendo a lanzar mi acto de conciencia hacia el futuro. En este momento “todavía no” encuentro lo que pasó hace diez minutos, pero lo estoy buscando; seguramente en el futuro encontraré lo que estoy buscando; ahora, finalmente, di con lo que estaba buscando. Inevitablemente, la conciencia se va moviendo en futuro y así trabaja revirtiendo sobre los acontecimientos pasados. Inevitablemente, el tiempo de conciencia es de futurición: va hacia lo que va a sucederle a la conciencia, aun en el caso del recuerdo. Así es que estas personas que se van hacia el pasado y se quedan arraigadas en el pasado y se quedan fijadas en el pasado, y parece que su dinámica de conciencia quedara cristalizada, aún para estas personas, la dinámica de conciencia sigue actuando. En todos los casos voy haciendo registros de cosas pasadas pero la dirección de mi conciencia siempre es buscando, siempre es avanzando, aunque sea tratando de traer los acontecimientos que ya pasaron hace mucho tiempo.(…)

La forma mental constituye la estructura básica del siquismo humano, su más profundo sustrato. Presenta, como una de sus características, la de ser fija, inmóvil. Nosotros vemos que el núcleo de ensueño tiene movilidad, crece, se desarrolla y declina, aunque este proceso lleve mucho tiempo, aún en los casos de cristalización del núcleo, éste tiene movilidad.

La forma mental es inmóvil y corresponde a:

1) El desarrollo biológico de la especie en su camino evolutivo.

2) A la particular situación histórica y cultural de las que participa cada ser humano.

Es como si esta estructura básica del siquismo tuviera diferentes capas, unas profundas e idénticas para toda la especie y otras más periféricas, características de cada individuo, de cada grupo o pueblo, es decir lo que conocemos como “creencias” o capas más periféricas de la forma mental.

Así el paso del Cromagnon al Homo Sapiens, marca el cambio de la forma mental y una nueva manera de estructurar el mundo y los fenómenos de la conciencia. Cambia la estructura básica del siquismo. Mientras que las diferencias que pudieran apreciarse entre un chino, un esquimal o un occidental, marcan solamente cambios en el sistema de creencias o capas más periféricas de la forma mental, subsistiendo en ellos una misma organización del siquismo, lo que deja traslucir en todos ellos, signos característicos que nos llevan a afirmar, sin lugar a dudas, que participan de la naturaleza humana. De la misma manera, las diferencias físicas entre los hombres son variadísimas, no sólo por sus diferentes tipos humanos, sino también por su color, estatura, etc., pero dejan traslucir una conformación humana, perceptible detrás de cualquier diferencia circunstancial y propia de la especie que nos lleva a reconocernos como seres humanos, a pesar de tales diferencias de “grado”.(…)

Si observamos la conversación entre un campesino y un hombre de ciudad, no solo veremos diferencias en cuanto a los datos, en la información que cada uno maneja, sino en la manera de articular estos datos. Ahí vemos la Forma Mental, aunque ambos tengan igual percepción. Esto, que también se observa en las diferentes formas de mentar de las distintas generaciones, resulta más evidente comparando especies.

La forma mental se observa no como representación, sino como todo acto de conciencia que tiende a ligarse a un objeto. Se observa que si se trata de prescindir de la representación, para atender a actos puros, nuevos objetos aparecen para ligarse a esos actos. Y se organizan representaciones que completan actos, en lo cual se observa el trabajo de la memoria de continuo, ya que la memoria tiende a actualizarse y tiende a cubrir el vacío que se produce en la conciencia.(…)
Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando pretensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aún cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria.

Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy, mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. (…)

Descubro en definitiva, lo que ya descubrió Brentano: el mecanismo de intencionalidad. Descubro además en la conciencia, el proceso mediante el cual la memoria tiende a manifestarse cubriendo cualquier acto de conciencia.

Tengo el micrófono, cierro los ojos, tengo la representación del micrófono; observo ahora no ya la imagen interna del micrófono sino el acto que se refiere a la representación. Ese acto se ha convertido ahora en un objeto de conciencia. ¡Fíjense qué gracioso! Resulta ahora que el objeto no es el micrófono representado sino que ahora el objeto es lo que antes era el acto. ¿Y por qué digo que esto es ahora un objeto? Digo que es un objeto porque hay un nuevo acto de conciencia que se refiere a él. Todo acto que se refiere a algo, se refiere a un objeto. De manera que ahora no tengo ni siquiera la imagen del micrófono, ahora tengo el acto de representación del micrófono el cual estoy estudiando.

Descubro el mecanismo de intencionalidad que hace que todo acto de conciencia tenga como referencia a un objeto y que en cuanto desaparezca un objeto de la conciencia, inmediatamente tenga que aparecer otro para ser cubierto por la intencionalidad de mis actos.

Esta Forma Mental, que se vincula incluso con el sistema de reflejos incondicionados (entre ellos el instinto de conservación), como nombramos anteriormente es inmóvil y corresponde al desarrollo biológico de la especie en su camino evolutivo y a la particularización histórica y cultural de la que participa cada ser humano.

Cuanto más profunda, más difícil de percibir es y también más difícil que sufra modificaciones; su mayor permanencia hace que los contenidos de conciencia mantengan sus sistemas de relaciones y que estos se modifiquen con el cambio de Forma Mental .

En la Forma Mental están los límites, los ámbitos internos de la conciencia. Su modificación implica una transformación formal de los mecanismos de conciencia.

Hoy la Humanidad toca límites con esa Forma Mental y es necesario un nuevo salto cualitativo en estas profundidades del hombre. No sería, entonces, la transformación que se presiente un cambio de teorías, de sistemas, sino un cambio en la Forma Mental de la especie humana. A este cambio se le denomina Transmutación (ruptura de la forma mental).

La verdadera transmutación se produce cuando incluso se puede ir, conscientemente en contra del sistema de instintos y reflejos incondicionados. Así vemos que la transmutación de J.C. se produce en el Huerto de los Olivos, donde J.C. vacila antes de aceptar la necesidad superior de su propia muerte, lucha interna que termina con las palabras: “Padre hágase tu voluntad”. Ese es el momento de la transmutación, de la ruptura de la forma mental. Estas cosas se pueden ver mejor en el cristianismo que en el budismo, porque J.C. es presentado de una manera más humana. Así, el rechazo de las tentaciones que durante su ayuno efectúa frente al demonio, significa la ruptura con los mecanismos de los ensueños de poder, gloria, riqueza, etc. Es como si cada vez se fueran produciendo transformaciones más profundas, hasta llegar a la del Huerto de los Olivos, donde J.C. rompe incluso con el instinto de conservación.

Esta actitud se diferencia de la del héroe, ya que éste puede llegar a sacrificar su vida por la fuerza del ensueño y no por su clara y libre comprensión. En el héroe no se produce la ruptura de la forma mental porque no hay una comprensión profunda del sentido de la existencia, no hay el reconocimiento del plan.

Por amor y compasión se puede llegar conscientemente al sacrificio -sin contradicción- hasta de la propia vida.(*)



* Extracto
Apuntes de Psicología.II Silo. Ed. Ulrica.
M.T Cuatro conferencias dictadas por Silo Ed. Transmutación



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...la espuma que cubre todas las costas (Direccion Z)



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Ha fallecido en Mendoza, Mario Luis Rodríguez Cobos SILO

6 de enero de 1938–16 de septiembre de 2010
Silo ha partido
a otro tiempo y espacio el
jueves 16 de septiembre.

Su espíritu inmortal se ha liberado una vez más y triunfante se abre paso hacia la luz!

No lloremos el cuerpo, meditemos mas bien en la raíz de nuestras
creencias y una suave y silenciosa alegría llegará hasta nosotros...

Paz en el corazon, luz en el entendimiento!
...vivirá por siempre, en cada uno de nosotros, transcenderá y se multiplicará...

Gracias Silo.



El comunicado oficial de la pagina de Silo :

"Silo falleció el 16 de septiembre del 2010 alrededor de las 23 horas de Punta de Vacas. Estaba lúcido, acompañado por familiares cercanos y sin dolor hasta el final.

Muchos amigos se juntaron en diferentes partes del mundo para desearle con el más profundo cariño el mejor tránsito posible de fusión con la Luz.

Paz en el corazón, luz en el entendimiento. "

silo.net


La dimensión espiritual de Silo :



La dimensión espiritual de Silo es inagotable y su muerte nos deja a todos los que lo conocieron una enseñanza cuyo horizonte, impredecible y vasto, es difícil de mensurar. Esta frase, dicha en estos tiempos tan intrincados y banales, parece la opinión de quien opina cualquier cosa; pero Silo no tenia nada que ver con lo mediático, ni era un personaje de la farándula.

En verdad, se trataba de un pensador, original e infrecuente, que buceaba en los abismos del corazón y la mente, configurando una tarea, cuya exacta dimensión no ha sido todavía bien entendida. Con decenas de libros escritos, era también un hacedor, en el sentido de que sus ideas se presentaban para ser cotejadas en distintos grupos de estudios, -verdaderos laboratorios existenciales- que muchos jóvenes y no tan jóvenes experimentan con entusiasmo y asombro en diversos territorios y culturas.

Tratando de develar la trascendencia, me consta que era un cuidadoso lector. Había estudiado a Ortega y Gasset, Edmund Husserl, Mircea Eliade, Nietzsche, Sartre y Hegel. Por supuesto, conocía muy bien, y entre muchos otros, a Marx, Darwin, C. G. Jung, Freud –a quién le objetaba la noción del inconciente-, Wolfang Kohler, Heidegger, Heisenberg, Kandinsky. Todos ellos, abonaron el terreno para una magna obra: intentar convertirse en una suerte de guía luminoso de los caminos internos.

La conciencia, para Silo, era un fenómeno abierto, cuyos vericuetos, incluyendo los más íntimos, reprimidos o alejados de lo racional, podían develarse a quién supiera encontrar la llave, con paciencia y sereno esfuerzo, para decodificar sus manifestaciones. La mente, en tanto, era una suerte de ámbito mayor, el océano infinito dentro del cual la conciencia y el mundo desarrollaban su acción cotidiana.

Desde esta perspectiva, su original enseñanza liberadora tiene puntos de contacto con el Budismo, aunque no desdeña aportes de los Sufìes, de la Alquimia de los Alejandrinos y Neoalejandrinos o de la Philokalia de los monjes del Monte Athos.

Inquieto escrutador de la espiritualidad de las culturas precolombinas, en distintas oportunidades se refirió al mito mesoamericano del Quetzalcoatl, el hombre-serpiente convertido en dios, como también al gran Pachakuti, el renovador del estado Inca, quién humanizó el colectivo social de ese imperio, según se explica en el texto “El humanismo en las distintas culturas” del intelectual ruso Semenov. Por otra parte, el Aconcagua como majestuoso y simbólico protector andino -y de la madre naturaleza- de la localidad de Punta de Vacas, donde Silo comenzó su misión, es una constante referencia en su obra.

Heredero de Gandhi y Martin Luther King, fue el creador, sucesivamente, del Movimiento Humanista y de organismos como el Partido Humanista, la Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas y otras asociaciones. El Mensaje de Silo, es la síntesis de su doctrina dirigida hacia un fin: Humanizar la Tierra, es decir, descubrir el sentido del hombre en el mundo.

Su prédica por la Paz comenzó cuando tenía 30 años, el 4 de Mayo de 1969, en Punta de Vacas, a los pies del Aconcagua, con una arenga conocida como la Curación del Sufrimiento. Era el comienzo de la maravillosa década del 70, con la renovación generacional, el Mayo de París y las ansias colectivas de transformar el mundo. El desarrollo de sus ideas -combatido por los regímenes militares desde Onganía hasta el Proceso Militar- se extendió luego a todos los continentes.En el año 1993, recibió el doctorado Honoris Causa de la Academia de Ciencias de Rusia; poco tiempo antes, había sido designado “Maestro” por la Shanga Budista de Sri Lanka, al sur de la India.La última vez que se presentó en público fue en el 11 de Noviembre del año pasado, en Alemania, donde disertó ante la Cumbre de los Premios Nóbel de la Paz, cuando la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, de la asociación “Mundo Sin Guerras” (también nacida a partir de su inspiración) llegó a Berlín después de recorrer distintos continentes.

Cabe mencionar que esa marcha, épica, comenzó en Nueva Zelanda, recorrió cinco continentes y culminó su recorrido en Punta de Vacas, al pié del Aconcagua, en plena cordillera de los Andes, donde Silo la recibió con los brazos abiertos, allí donde construyó uno de los tantos Parque de Estudio y Reflexión que se encuentran diseminados por el mundo.


Siloístas rindieron su homenaje:



En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, el Partido Humanista, La Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas, el Centro Mundial de Estudios Humanistas, Mundo Sin Guerras y Sin Violencia, seguidores del Mensaje de Silo, junto a otras organizaciones surgidas del Humanismo Universalista, rindieron homenaje a quien reconocen como su ideólogo e inspirador.

Link al video Homenaje a Silo - En el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires


La celebración comenzó pasadas las 20, cuando cientos de seguidores de Silo, llegaron a la Plaza de la República en Buenos Aires. Dieron sus testimonios Victor Piccininni de La Comunidad para el Desarrollo Humano, Lía Méndez, por el Partido Humanista de Argentina y Fabiana Martínez, por El Mensaje de Silo. Los humanistas crearon la palabra “Silo” con velas, donde hicieron un pedido de Bienestar por su Maestro, para “conectarse con él mediante la experiencia de la paz, el amor y la cálida alegría”, con un profundo agradecimiento hacia su “Guía Espiritual”.


Link al video Acto Homenaje a Silo en Buenos Aires



Vuela hacia las estrellas el heroe de esta edad:




A un lugar alejado en el sur de la provincia de Córdoba, en una tarde ventosa, fueron llevados los restos físicos de Mario Luis Rodríguez Cobos para su cremación. Casi como un símbolo de su lucha constante contra el oscurantismo, ese cuerpo inanimado tuvo que recorrer aún unos cuantos cientos de kilómetros desde su ciudad natal, ya que en ella, las influencias eclesiásticas habían logrado que no existiera ningún crematorio. Curioso era reflexionar cómo esa misma iglesia se había regodeado pocos siglos antes torturando y eliminando en el mismo fuego a seres humanos vivos, que habían querido mirar más allá de las imposiciones epocales.

Pero no era tiempo de rencores. Las mujeres y hombres que hasta allí llegaron, acompañaron ceremonialmente el vuelo libre del Sabio.

La Humanidad heredaba la Obra de SILO, y todos aquellos que habíamos asumido el reto de Humanizar la Tierra – presentes o ausentes en aquel instante - , nos sentíamos depositarios de aquel Desafío Mayor. El familiar mudra de los tres dedos extendidos y el cántico de Paz, Fuerza y Alegría que lo acompañaban así lo atestiguaban.

SILO estaba más presente que nunca en nuestros corazones y supimos entonces que ya jamás habría de abandonarnos. No en mucho tiempo llegaría a cada uno de nosotros el momento de trascender la ilusoria línea que nos separa de lo Infinito y lo Inmortal. Allí seguramente, comenzaría otra etapa en nuestra relación.

Link al video Partida de SILO


Link Presentacion de Fotos -Ceremonias



¿Acaso murió Silo?

“Murió Silo”, titularon los diarios argentinos
y como siempre que se trata del Guía, del Maestro,
se han equivocado nuevamente.

“No saben, no estudian”,
creo que les diría él, sonriente,
como tantas veces nos lo dijo a nosotros,
sus compañeros y amigos en la larga travesía del desierto,
sosteniendo a su pueblo en la esperanza
con la certeza de quien ha visto la otra realidad,
de quien ha visitado innumerables veces la Ciudad de la Luz,
-allá en lo Insondable-
y ha regresado siempre con las alforjas plenas
de profundo sentido,
su Certeza de experiencia convertida en Mensaje,
de que la muerte no detiene la vida.

Por cuanto montamos
en alas del pájaro
cuyo nombre
es Intento Inmortal,
algo vive en los seres humanos
que continúa su vuelo,
y en ese viaje a la Ciudad de Luz
vuela ya nuestro Guía sabio y bondadoso
dejando en la tierra su envoltura,
la del Negro portador de la luz,
del más querido amigo,
del que vino a recordarnos, con bondad y alegría,
-con grandes carcajadas-
que somos semi-dioses,
caídos semi-dioses de la invisible patria
que oscuramente recordamos,
allí donde nace aquella suave,
amanecida brisa
que enciende la nostalgia
más honda de nuestra especie humana.

El Mensajero, el Guía, el amado Maestro
Ha regresado a la Lejana Patria dejando una Enseñanza,
un horizonte inagotable,
una morada nueva para la mente humana.

Yo te agradezco,
Nombrador de Mil Nombres,
Por siempre te agradezco
Tu visita a la Tierra,
Tu bondad, tu amistad, y tu inmensa alegría:
Agua de vida resucitándonos
de la ilusión mortal.

¿Cómo morir podría
quien antes de morir, tantas veces “murió”?
El niño aquel, el héroe de ésta edad.

Silo vive.

Por siempre vivirá.


Isaías
Septiembre 19, 2010.






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Guía



Desde el vórtice profundo e insondable de la áurea Luz

un peregrino regresa desde la otra orilla...




Un Guía de alta montaña


nos trae remotas melodías,

de otro tiempo de otro espacio.



Nos cuenta que dentro del corazón


reside la gran flama de Fuego,

indeclinable, infinita,

con lenguas extendidas en todas direcciones.



Ese Fuego crece espléndidamente


brillante como un rayo

y reside en todos nosotros. 








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Disciplina Mental - Segunda cuaterna - Video y Audio


Segunda cuaterna: La determinación

5º.- Ver en la memoria la tendencia. Observación de la “forma mental” no como representación sino como acto que tiende a ligarse a un objeto de representación. Por tanto, se observa en las representaciones la tendencia. El esfuerzo muestra la tendencia de la memoria (representaciones) a surgir completando actos... Todos los fenómenos que se me aparecen lo hacen en la memoria. La memoria completa los actos que la conciencia lanza.

Ahora aparece algo más. ¿Qué es esto de la tendencia, a qué viene? Voy a ver en la memoria la determinación. Un mecanismo de funcionamiento, con aquello de los actos y los objetos incesantes, que me condiciona en una dirección. La memoria que parecía tan dócil, una reproducción de la realidad, ahora resulta que viene con imposiciones. Con una tendencia e imposición. Así podemos observar la forma mental, esa estructura acto-objeto. Hasta ahora había visto objetos, pero ahora hay que observar la forma mental. No es una representación, no es una imagen. ¿Entonces qué es? Es algo en donde yo estoy emplazado. Es ese ámbito de mi conciencia que se mueve dentro de ciertos parámetros. Pero no es un representación; estudio esta forma como una estructura, no como un objeto. No veo objetos sino que ahora veo esa forma mental que esta en mí. Es un atributo de mi conciencia la forma mental. Y no puedo visualizarla como un objeto, sino como un conjunto de actos. Establezco ya diferencias entre un acto mental y un objeto. Veo que siempre los actos están trabajando y apuntando a objetos, donde la conciencia busca su descanso. La forma mental tiene que ver con la articulación de esos actos que se completan en objetos. Estoy “sometido”, condicionado por la forma mental. Estoy metido en una forma mental de actos que buscan completarse, acertada o equivocadamente. Indefectiblemente los actos están ligados a objetos. Son estructuras noético-noemáticas. No puedo separar en esta estructura los actos de los objetos porque tienen una relación indivisible. No hablamos solamente de datos hiléticos (materiales), sino también de objetos mentales.

Se me presenta el hecho de la estructura acto-objeto, ese determinismo que se me impone como forma mental.

6º.- Ver en la tendencia el encadenamiento. Se observa que aun prescindiendo de las representaciones, el esfuerzo por eliminarlas surge como expectativa, como instante en el que se logra o no tal estado, como atención dirigida pero determinada. En suma: a las experiencias, a las resistencias mentales y a los esfuerzos se los observa como "fuerzas" o "tendencias" a las que está encadenada la conciencia y sin las cuales parece no poseer estructura organizada. Este paso muestra que sin la "tendencia" en general, la conciencia no puede actuar. Se trata, en suma, de atender a la "mecanicidad" para pensar, atender al encadenamiento de la conciencia o a la oposición a la "tendencia". Trato de frenar los actos y el funcionamiento. Pretendo “vaciar” pero siempre hay actos y objetos y movimiento.

Entonces hay un encadenamiento en la tendencia. “Voy a pensar pero sin representaciones”, me digo. Es una ingenuidad psicológica, ya que también tengo imágenes y representaciones cenestésicas. Hagamos la prueba, imaginemos un tornillo de 12 pulgadas. Ahora saco esa representación, ahora no lo voy a ver, me digo. Sí, pero va aparecer de nuevo; queda en copresencia y después vuelve, aparece nuevamente. El esfuerzo por eliminarlas surge como expectativa. Por un instante he logrado no ver el tornillo y ¡de nuevo!, ahí está. Lo tienes “atornillado” en el cerebro. La maldita expectativa me encadena, ahí estoy siempre apuntando al momento siguiente. Son los determinismos del pensar, actos y objetos que mutuamente se requieren.

7º.- Ver en el encadenamiento lo permanente. Se observa que no obstante las variaciones de las expectativas, de las "resistencias", de los instantes de conciencia, lo permanente es el encadenamiento. No hay otra forma de actividad que no esté encadenada.

Entonces con tanta “dictadura”, aparece todo este encadenamiento y determinismo, descubro que en el encadenamiento está lo permanente. Son distintas operaciones mentales, pero todas imposiciones en las que observo ese encadenamiento de actos y objetos. Cambio de canal, trato de ver otra película y ahí están las expectativas. Hago experimentos para ver en qué configuración me siento libre y veo que no es posible. Estoy absolutamente controlado. Son determinismos y les llamo “encadenamiento”.

Hay una búsqueda de libertad que pueda sustraerme del encadenamiento, pero descubro que lo único permanente es ese encadenamiento de los actos a los objetos mentales. “Entonces me dedico sólo a los actos, vacíos”, me digo. Bueno, eso no es posible. Estoy encerrado en una conciencia encadenada en su estructura básica. Se observa que la conciencia tiene una estructura y un funcionamiento que me resultan ineludibles.

8º.- Ver lo permanente en uno y todo. Se observa que la diversidad de los fenómenos es aparente y que todo fenómeno es en sí, encadenamiento. Vale para la conciencia en sí como para la cosa en sí y por tanto la conciencia y las cosas se identifican en sí y no en cuanto fenómeno. Así es que la identidad es permanente y la diversidad es variable. Uno y todo son idénticos y permanentes. No existen distinciones entre uno y todo. Me pregunto por lo otro–que–yo. También el mundo “externo” se me presenta estructurado.

Esto es una curiosidad. Veo que los árboles crecen, el otoño y el invierno, todo va cambiando, ¿cómo que ver lo permanente? ¿Cómo es esto? Me encuentro con la naturaleza diversa, la diversidad de los fenómenos, pero en todo eso está el encadenamiento. Y encuentro que todo fenómeno mental en sí implica encadenamiento. La cosa en sí o la conciencia en sí están encadenadas. Se identifican en sí, tienen identidad en cuanto tales y no en cuanto fenómeno. Cada vez me encuentro con más cosas que me impiden liberarme.

Aparece la pregunta acerca de la intersubjetividad, ¿cómo es posible que una conciencia se pueda comunicar con otra?, ¿cómo es posible una misma representación en dos conciencias diferentes?, ¿dónde está lo común: en la representación o en la naturaleza de la conciencia? Estamos en un continuo trabajo de investigación, que es de una tensión muy grande.

Aquí termina la segunda cuaterna, con más complicación que la primera, pero con comprensiones más profundas sobre el funcionamiento de la conciencia, sus condicionamientos y sus limitaciones.


Link al video Disciplina Mental - Segunda cuaterna: La determinación


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Link entrada relacionada Disciplina Mental - Primera cuaterna - Video y Audio




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El sentido de la vida - Silo



Agradezco la oportunidad que me dan de discutir con ustedes algunos puntos de vista referentes a aspectos relevantes de nuestra concepción sobre la vida humana. Digo discutir porque esto no va a ser una disertación, sino que va a ser un intercambio.

Un primer punto de vista a considerar es aquel al que apunta todo nuestro planteamiento. ¿Es que nuestro objeto de estudio es el mismo objeto que estudian las ciencias? Si se tratara del mismo, las ciencias precisamente tendrían la última palabra.

Nuestro interés está puesto en la existencia humana, pero no en la existencia humana como hecho biológico o social (ya que con respecto a ese punto hay ciencias que le dedican su esfuerzo), sino a la existencia humana como registro cotidiano, como registro diario personal. Porque, aunque alguien se pregunte por el fenómeno social e histórico que es constitutivo del ser humano, ese alguien hará tal pregunta desde su vida cotidiana; lo hará desde su situación; lo hará impulsado por sus deseos, sus angustias, sus necesidades, sus amores, sus odios; lo hará impulsado por sus frustraciones, sus éxitos; lo hará desde algo anterior a la estadística y a la teorización; lo hará desde la vida misma.

Y, ¿qué es lo común y, al mismo tiempo, lo particular en toda existencia humana? La búsqueda de la felicidad y la superación del dolor y el sufrimiento es lo común y lo particular de toda existencia humana. Es la verdad registrable para todos y cada uno de los seres humanos.

Ahora bien, ¿cuál es esa felicidad a la que aspira el ser humano? Ella es lo que el ser humano cree. Esta afirmación, un tanto sorprendente, se basa en el hecho de que las personas se orientan hacia imágenes o ideales felicitarios diferentes. Es más, el ideal de felicidad cambia con la situación histórica, social y personal. De ello concluiremos que el ser humano busca lo que cree que lo hará feliz, y de acuerdo con ello lo que cree que lo alejará del sufrimiento y el dolor.

Dada la aspiración de felicidad, aparecerán las resistencias del dolor y el sufrimiento. ¿Cómo podrán vencerse estas resistencias? Antes debemos preguntarnos por la naturaleza de las mismas.

El dolor para nosotros es un hecho físico. Todos tenemos experiencias del mismo. Es un hecho sensorial, corporal. El hambre, las inclemencias naturales, la enfermedad, la vejez, producen dolor. Y ése es el punto en que nosotros diferenciamos de fenómenos que nada tienen que ver con lo sensorial. Únicamente el avance de la sociedad y la ciencia es el que hace retroceder el dolor. Y ése es el campo específico en el que pueden desarrollar sus mejores esfuerzos los reformadores sociales, los científicos y por sobre todo los mismos pueblos generadores del progreso del que se nutren tales reformadores y tales científicos.

El sufrimiento, en cambio, es de naturaleza mental. No es un hecho sensorial del mismo tipo del dolor. La frustración, el resentimiento, son estados de los que también tenemos experiencia, y que no podemos localizar en un órgano específico, o en un conjunto de ellos. ¿Es que aun siendo de naturaleza diferente actúan entre sí el dolor y el sufrimiento? Por cierto que el dolor motiva también al sufrimiento. En tal sentido, el avance social y el avance de la ciencia hacen retroceder un aspecto del sufrimiento. Pero específicamente, ¿dónde hallaremos la solución para hacer retroceder el sufrimiento? Esto lo hallaremos en el sentido de la vida, y no hay reforma ni avance científico que aleje el sufrimiento que da la frustración, el resentimiento, el temor a la muerte, y el temor en general.

El sentido de la vida es una dirección a futuro que da coherencia a la vida, que permite encuadre a sus actividades y que la justifica plenamente. A la luz del sentido aún el dolor en su componente mental y el sufrimiento en general, retroceden y se empequeñecen interpretados como experiencias superables.

Entonces, ¿cuáles son las fuentes del sufrimiento humano?. Son las que producen contradicción. Se sufre por vivir situaciones contradictorias, pero también se sufre por recordar situaciones contradictorias y por imaginar situaciones contradictorias.

Estas fuentes de sufrimiento han sido llamadas las tres vías del sufrimiento, y ellas pueden modificarse de acuerdo con el estado en que se encuentre el ser humano respecto del sentido de la vida. Tendremos que examinar brevemente estas tres vías para luego hablar del significado y la importancia del sentido de la vida.

(Pregunta poco audible en la grabación)
Es claro que las agrupaciones humanas, por ejemplo, son estudiadas por la sociología. Así como las ciencias pueden estudiar los astros o los microorganismos. También la biología y la anatomía, la fisiología, estudian al cuerpo humano desde diferentes puntos de vista. La Psicología estudia el comportamiento psíquico. Todos estos que estudian (los estudiosos y los científicos), no estudian su propia existencia. No hay una ciencia que estudie la propia existencia. La ciencia nada dice acerca de la situación que le acontece a una persona cuando llega a su casa y allí recibe un portazo, un mal trato, o una caricia.

Nosotros nos interesamos, justamente, por la situación de la existencia humana, y por ello no es competencia nuestra las discusiones que pueda tener la ciencia. Y también observamos que la ciencia tiene serias falencias, serias dificultades para definir lo que pasa en la existencia. Qué sucede en la existencia humana; cuál es la naturaleza de la vida humana con respecto al sentido; cuál es la naturaleza del sufrimiento y del dolor; cuál es la naturaleza de la felicidad; cuál es la naturaleza de la búsqueda de la felicidad. Estos son objetos de nuestro estudio, de nuestro interés. Desde ese punto de vista podría decirse que nosotros tenemos una posición frente a la existencia, una posición frente a la vida, y no una ciencia referida a estas cosas.

(Pregunta poco audible en la grabación)
Es claro que nosotros hemos puesto énfasis en esto que la gente busca, aquello que cree que es la felicidad. El punto está en que se cree una cosa y mañana se cree otra. Si examinamos en nosotros mismos lo que creíamos que era la felicidad a los doce años y en el día de hoy, veremos el cambio de perspectiva; así mismo si consultamos a diez personas, seguiremos viendo esa diversidad de puntos de vista. En la edad media se tenía una idea general de la felicidad distinta a la época de la revolución industrial, y en general los pueblos y los individuos varían en su búsqueda de la felicidad. No está para nada clara la felicidad en cuanto objeto. Parece que no existiera tal objeto. Es más bien un estado de ánimo el que se busca y no un objeto tangible.

A veces a esto se lo confunde en una determinada forma de propaganda que presenta un jabón como la felicidad misma. Desde luego, pero todos comprendemos que, en realidad, se está tratando de describir un estado, el estado de felicidad, pero no tanto el objeto porque que nosotros sepamos, no existe tal objeto. Por consiguiente, no está claro qué cosa sea el estado de felicidad. Nunca se lo ha definido convenientemente. Es una suerte de escamoteo que se ha hecho y para la gente no ha quedado nada claro. Bien, así es que seguiremos avanzando a menos que haya alguna otra pregunta...

(Pregunta poco audible en la grabación)
Esta última pregunta es con respecto al progreso del dolor y el sufrimiento. ¿Cómo es que el dolor va superándose con el avance de la sociedad y la ciencia y el sufrimiento no se supera paralelamente?

Hay alguna gente que sostiene que el ser humano no ha avanzado para nada. Es obvio que el ser humano ha avanzado en su conquista científica, en su conquista de la naturaleza, en su desarrollo. Está bien, hay desarrollos de las civilizaciones que son desparejos, de acuerdo, hay problemas de todo tipo, pero el ser humano y su civilización han avanzado. Eso es evidente. Recuerden ustedes otras épocas donde una bacteria hacía estragos, y hoy una droga suministrada a tiempo soluciona el problema rápidamente. Media Europa sucumbió en un momento por una peste de cólera. Eso ha sido superado. Viejas y nuevas enfermedades son combatidas y seguramente serán derrotadas. Las cosas han cambiado y han cambiado mucho. Pero es claro que en materia de sufrimiento una persona de hace cinco mil años y una persona actual, registran y sufren las mismas decepciones, registran y sufren temores, registran y sufren resentimientos. Lo registran y lo sufren como si para ellos no hubiera existido historia, como si en ese campo cada ser humano fuera el primer ser humano. El dolor va retrocediendo con aquellos avances, pero el sufrimiento no se ha modificado en el ser humano, no se han tenido adecuadas respuestas con respecto a esto. Y en ese sentido hay una cosa despareja. Pero, ¿cómo podríamos decir que el ser humano no ha avanzado? Tal vez porque haya avanzado lo suficiente hoy se esté haciendo este tipo de preguntas y también por eso se esté tratando de dar respuesta a esos interrogantes que probablemente en otra época no hubiera sido necesario hacer. Las tres vías del sufrimiento no son sino tres vías necesarias para la existencia humana, pero que han sido distorsionadas en su normal funcionamiento. Trataré de explicarme.

Tanto la sensación de lo que ahora vivo y percibo, como la memoria de lo que he vivido y la imaginación de lo que podría vivir, son vías necesarias a la existencia humana. Cercenemos algunas de estas funciones y la existencia se desarticulará. Acabemos con la memoria y perderemos hasta el mismo manejo de nuestro cuerpo. Eliminemos la sensación y perderemos la regulación del mismo. Detengamos la imaginación y no podremos orientarnos en ninguna dirección. Estas tres vías que son necesarias a la vida, pueden ser distorsionadas en su funcionamiento convirtiéndose en enemigas de la vida, en portadoras de sufrimiento. Así, sufrimos cotidianamente por lo que percibimos, por lo que recordamos y por lo que imaginamos.

Hemos dicho en otras oportunidades que se sufre por vivir en una situación contradictoria tal como la de querer hacer cosas que se oponen entre sí. También sufrimos por temor a no lograr lo que deseamos a futuro, o por temor a perder lo que tenemos. Y, desde luego, sufrimos por lo que hemos perdido, por lo que no hemos logrado, por aquello que ya sufrimos antes, por aquella humillación, aquel castigo, aquel dolor físico que quedó en el pasado, por aquella traición, por aquella injusticia, por aquella vergüenza. Y esos fantasmas que llegan del pasado son vividos por nosotros como si fueran hechos presentes. Ellos, que son las fuentes del rencor, del resentimiento y la frustración, condicionan nuestro futuro y hacen perder la fe en nosotros mismos.

Discutamos el problema de las tres vías del sufrimiento.

Si las tres vías son las que posibilitan la vida, ¿cómo es que se han ido distorsionando? Si se supone que el hombre va buscando la felicidad, debiera ir adecuándose para ir manejando estas tres vías a su favor. Pero, ¿cómo es que de repente esas tres vías son precisamente sus principales enemigas? Parece ser que en el momento en que se amplió la conciencia del ser humano, cuando todavía no era un ser muy definido, parece ser que allí mismo, al ampliarse su imaginación, al ampliarse su memoria y su recuerdo histórico, al ampliarse su percepción del mundo en que vivía, en ese mismo momento, al ampliarse una función surgió la resistencia. Tal cual sucede en las funciones internas. Como cuando tratamos de movernos en una actividad nueva, encontramos resistencia. Del mismo modo que se encuentra resistencia en la naturaleza. En el mismo instante que llueve y cae el agua y va por los ríos y encuentra resistencia a su paso, en ese vencimiento de las resistencias llega finalmente a los mares.

El ser humano en su desarrollo, va encontrando resistencias. Y al encontrar resistencias se fortalece y al fortalecerse integra dificultades y al integrarlas las supera. Y entonces todo este sufrimiento que ha ido surgiendo en el ser humano en su desarrollo, ha sido también un fortalecimiento del ser humano por encima de ello. De modo que en etapas anteriores esto del sufrimiento ha de haber contribuido al desarrollo, en el sentido de crear condiciones justamente para superarlo.

Nosotros no aspiramos al sufrimiento. Nosotros aspiramos a reconciliarnos incluso con nuestra especie, que tanto ha sufrido, y gracias a la cual nosotros podemos hacer nuevos despliegues. No ha sido inútil el sufrimiento del hombre primitivo. No ha sido inútil el sufrimiento de generaciones y generaciones que han estado limitadas por esas condiciones. Nuestro agradecimiento es para aquellos que nos precedieron no obstante su sufrimiento, porque gracias a ellos podemos intentar nuevas liberaciones.

Éste es el punto acerca de cómo el sufrimiento no nació de súbito, sino con el desarrollo y la ampliación del hombre. Pero es claro que nosotros no aspiramos, como seres humanos, a seguir sufriendo, sino a avanzar sobre esas resistencias integrando un nuevo camino en este desarrollo.

Pero hemos dicho que hallaremos la solución al problema del sufrimiento en el sentido de la vida, y hemos definido a ese sentido como la dirección a futuro que da coherencia, que permite encuadrar actividades y que justifica plenamente a la existencia. Esta dirección a futuro es de máxima importancia por cuanto, según hemos examinado, si se corta esta vía de la imaginación, esta vía del proyecto, esta vía del futuro, la existencia humana pierde dirección y ello es fuente de inagotable sufrimiento.

Es claro para todos que la muerte aparece como el máximo sufrimiento del futuro. Es claro, en esa perspectiva, que la vida tiene carácter de cosa provisoria. Y es claro que, en ese contexto, toda construcción humana es una inútil construcción hacia la nada. Por ello, tal vez, el apartar la mirada del hecho de la muerte haya permitido cambiar la vida como si la muerte no existiera... Quien piensa que todo termina para sí con la muerte, podrá alentarse con la idea de que será recordado por sus espléndidas acciones, que no se olvidarán de él sus seres queridos o, tal vez, las generaciones venideras. Y, aunque esto fuera así, todos marcharían finalmente hacia una nada absurda que interrumpiría todo recuerdo. También podría pensarse que lo que uno hace en la vida no es sino responder a necesidades del mejor modo posible. Pues bien, ya se acabarán esas necesidades con la muerte y habrá perdido sentido toda lucha por salir del reino de la necesidad. Y se podrá decir que la vida personal carece de importancia en la vida humana, que por lo tanto la muerte personal no tiene significado. Si tal fuera el caso, tampoco tendría significado la vida ni las acciones personales. No se justificaría ninguna ley, ningún compromiso, y no habría, en esencia, mayores diferencias entre las acciones benéficas y las malvadas.

Nada tiene sentido si todo termina con la muerte. Y, si ése es el caso, el único recurso posible para transitar por la vida, es animarse con sentidos provisorios, con direcciones provisorias a las cuales aplicar nuestra energía y nuestra acción. Tal es lo que sucede habitualmente, pero para ello es necesario proceder negando la realidad de la muerte, es necesario hacer como si ella no existiera.

Si se pregunta a alguien qué sentido tiene para él la vida, probablemente responderá por su familia, o por él prójimo, o por una determinada causa que según él justifique la existencia. Y, esos sentidos provisorios, habrán de conferirle dirección para afrontar la existencia, pero a poco que surjan problemas con los seres queridos, a poco que se produzca una desilusión con la causa abrazada, a poco que algo cambie en el sentido elegido, el absurdo y la desorientación volverán por su presa.

Por último, sucede con los sentidos o las direcciones provisorias de vida que en el caso de alcanzarse ya pierden referencia y, por lo tanto, dejan de ser útiles para más adelante y, en el caso de no alcanzarse, dejan de ser útiles como referencia. Por cierto que luego del fracaso de un sentido provisorio siempre queda la alternativa de poner un nuevo sentido provisorio, tal vez en oposición al que fracasó. Así, de sentido en sentido se va borrando, a medida que pasan los años, todo rastro de coherencia y con ello aumenta la contradicción y, por tanto, el sufrimiento.

La vida no tiene sentido si todo termina con la muerte. Pero, ¿es cierto que todo termina con la muerte?. ¿Es cierto que no se puede lograr una dirección definitiva que no varíe con los accidentes de la vida?, ¿cómo se ubica el ser humano frente al problema de que todo termina con la muerte? Examinémoslo, pero luego de discutir lo dicho hasta aquí.

(Intervalo y discusión)

Así como destacamos tres vías del sufrimiento observamos también cinco estados con referencia al problema de la muerte y la trascendencia. En estos cinco estados se puede ubicar cualquier persona.

Hay un estado en que una persona tiene evidencia indudable dada por propia experiencia, no por educación o ambiente. Para ella es evidente que la vida es un tránsito y que la muerte es un escaso accidente.

Otros tienen la creencia de que el ser humano va a no sé que trascendencia, y esta creencia la tienen dada por educación, dada por ambiente, no por algo sentido, experimentado, no por algo evidente para ellos, sino por algo que les enseñaron y que ellos aceptan sin experiencia alguna.

Hay un tercer tipo de ubicación frente al sentido de la vida y es el de aquellas personas deseosas de tener una fe o tener una experiencia. Ustedes se deben haber encontrado con muchas personas que dicen: “Si yo pudiera creer en ciertas cosas, mi vida sería diferente”. Hay muchos ejemplos a mano. Gentes a las cuales les han sobrevenido muchos accidentes, muchas desgracias, y que se han sobrepuesto a esos accidentes, a esas desgracias, porque o tienen fe o tienen un registro de que todo esto, por transitorio o provisorio, no es el agotamiento mismo de la vida sino en todo caso una prueba, una resistencia que de algún modo hace crecer en el conocimiento. Incluso pueden haber encontrado gentes que acepten el sufrimiento como un recurso de aprendizaje. No es que busquen el sufrimiento (no como otros, que parece que tuvieran una especial afición por el sufrimiento). Estamos hablando de aquellos que simplemente, cuando se da tal cosa, sacan la mejor partida de ello. Gentes que no andan buscando el sufrimiento, todo lo contrario, sino que dada la situación lo asimilan y lo integran y lo superan.

Bien. Hay gentes, entonces, que se ubican en ese estado: no tienen fe, no tienen ninguna creencia, pero desearían tener algo que les diera aliento y le diera dirección a su vida. Sí, esas personas existen.

Hay también aquellos que sospechan intelectualmente la posibilidad de que exista un futuro tras la muerte, que exista una trascendencia. Simplemente lo consideran posible y no tienen ninguna experiencia de trascendencia ni tampoco tienen ningún tipo de fe, ni tampoco aspiran a tener experiencia ni a tener fe. Seguramente conocen a esas personas.

Y hay, por último, aquellos que niegan toda posibilidad de trascendencia. También ustedes reconocerán aquí personas, y probablemente entre ustedes haya muchos, que piensan así.

De manera que con diferentes variantes cada uno puede efectivamente ubicarse como aquellos que tienen evidencia y para ellos es indudable esto de la trascendencia, o bien como aquellos que tienen fe porque así la asimilaron cuando pequeños, o bien aquellos otros que quisieran tener una experiencia o una fe, o aquellos otros más que la consideran una posibilidad intelectual sin hacerse mayores problemas, y estos otros que la niegan.

Pero aquí no terminamos con el punto de ubicación frente al problema de la trascendencia. Hay, al parecer, diferentes profundidades en esto de ubicarse frente al problema de la trascendencia. Hay quienes incluso dicen que tienen una fe, lo afirman, pero esto que dicen no responde efectivamente a lo que experimentan. Nosotros no decimos que ellos mientan, decimos que esto lo dicen superficialmente. Dicen tener una fe, pero mañana pueden no tenerla.

Así es que observamos diferentes grados de profundidad en estas cinco posturas y, por lo tanto, en la movilidad o la firme convicción en cuanto a lo que se postula. Hemos conocido gentes que eran devotas, creyentes de una fe, y al morirse un familiar, al morirse un ser querido, desapareció toda la fe que decían tener y cayeron en el peor de los sin sentidos. Esa fe era una fe de superficie, una fe de mampostería, una fe periférica. En cambio, aquellos otros a los cuales sobrevinieron grandes catástrofes y afirmaron precisamente su fe, todo les resultó diferente.

Hemos conocido gentes que estaban convencidas de la inexistencia total de la trascendencia. Uno muere y desaparece. Por así decir, ellos tenían fe en que todo se acababa con la muerte. Es claro que en alguna ocasión, caminando cerca de un cementerio han apurado el paso y se han sentido inquietos... ¿cómo se compatibiliza todo esto con la convicción cierta de que todo termina con la muerte? De este modo, hay gentes que aun en la negación de la trascendencia están ubicadas en una situación muy superficial.

Así, pues, uno puede ubicarse en cualquiera de estos estados, pero también uno puede ubicarse en distintas profundidades. En ciertas épocas de nuestra vida hemos creído una cosa respecto de la trascendencia, y luego otra. Cambió, esto es móvil. Ésta no es una cosa estática. No solo en épocas distintas de nuestra vida sino en situaciones. Cambia nuestra situación y cambia nuestra creencia con respecto al problema de la trascendencia. Es más: cambia de un día a otro. A veces a la mañana estoy creyendo una cosa determinada, a la tarde ya no. Y esto que parece ser de suma importancia porque hace a la orientación de la vida humana, es algo demasiado variable. Y al fin nos provocará desconcierto en la vida cotidiana.

En esos cinco estados y grados se emplaza el ser humano, ¿pero cuál debería ser el correcto emplazamiento? ¿Es que existe acaso un correcto emplazamiento, o es que estamos simplemente describiendo problemas sin dar solución? ¿Es que podemos sugerir cuál es el mejor emplazamiento frente al problema?

Algunos dicen que la fe es algo que está o no está en las personas, que brota o que no brota. Pero observen ese estado de conciencia. Alguien puede no tener fe en absoluto, pero también puede desear, sin fe y sin experiencia, obtener eso. Puede inclusive comprender intelectualmente que tal cosa es interesante, que puede valer la pena orientarse en esa dirección. Pues bien, cuando eso comienza a suceder es porque algo ya se está manifestando en esa dirección.

Quienes logran esa fe o esa experiencia trascendente, aunque no puedan definirla en términos precisos como no se puede definir el amor, reconocerán la necesidad de orientar a otros hacia el sentido, pero jamás tratarán de imponer su paisaje a quienes no lo reconozcan.

Y así, coherentemente con lo enunciado, declaro ante ustedes mi fe y mi certeza de experiencia respecto a que la muerte no detiene el futuro, que la muerte, por lo contrario, modifica el estado provisorio de nuestra existencia para lanzarla hacia la trascendencia inmortal. Y no impongo mi certeza ni mi fe, y convivo con aquellos que se encuentran en estados diferentes respecto del sentido, pero me obligo a brindar solidariamente el mensaje que reconozco hace feliz y libre al ser humano. Por ningún motivo eludo mi responsabilidad de expresar mis verdades aunque éstas fueran discutibles por quienes experimentan la provisoriedad de la vida y el absurdo de la muerte.

Por otra parte, jamás pregunto a otros por sus particulares creencias y, en todo caso, aunque defino con claridad mi posición respecto a este punto, proclamo para todo ser humano la libertad de creer o no creer en Dios y la libertad de creer o no creer en la inmortalidad.

Entre miles y miles de mujeres y hombres que codo a codo, solidariamente, trabajan con nosotros, se suman ateos y creyentes, gentes con dudas y con certezas y a nadie se pregunta por su fe y todo se da como orientación para que decidan por sí mismos la vía que mejor aclare el sentido de sus vidas.

No es valiente dejar de proclamar las propias certezas, pero es indigno de la verdadera solidaridad tratar de imponerlas.


MÉXICO D.F., 10 DE OCTUBRE DE 1980
INTERCAMBIO CON UN GRUPO DE ESTUDIOS

Link al video: Quien muere ante de morir, no morira jamás




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Charla sobre Organización - Silo



Mendoza, 25 de diciembre de 1973


Pregunta: ¿Cuál sería la mejor forma de encarar el aspecto organización en general?

Respuesta:Todo lo que hace a organización debe tener en cuenta a como procede la naturaleza. La naturaleza antes del surgimiento del hombre tuvo su organización, la naturaleza está en organización. La naturaleza se desarrolla organizadamente desde las especies animales y vegetales inferiores hasta la cumbre de la organización que es el hombre.

La naturaleza trabaja multifacéticamente, tiene distintas formas de organización. En el mamífero superior, donde aparecen ya formas tribales de organización, empieza a perfeccionarse el agrupamiento, y en el homo sapiens de hoy, en el homo sapiens contemporáneo estas formas de agrupamiento son sumamente complejas. El hombre fue organizándose tribalmente, y existían otras formas rudimentarias anteriores a la tribu, pero en lo que hizo a la formación de su organización política, o su organización religiosa, o su organización social, fueron dándose las organizaciones de acuerdo al momento histórico en que el hombre procedía, de tal manera que cada momento histórico produjo su tipo de organización. No obstante eso y en general, se puede hablar de organizaciones verticales, horizontales, abiertas, cerradas, ¿se fijan ustedes?

Del mismo modo que a cada momento histórico correspondió un tipo de organización, también a cada ideología corresponde y correspondió su tipo de organización. (…)

Si consideramos nuestro quehacer como el quehacer de máximo desarrollo y de máxima complejificación del espíritu del hombre, nuestro tipo de organización, si tuviera que existir, debería ser acorde con nuestra forma de ver las cosas, con nuestra Doctrina.

De manera que nuestra organización no puede limitarse a ser vertical, horizontal, abierta, cerrada, etc... Nuestra organización, si existiera, debería ser acorde con nuestra Doctrina, y he aquí que nuestra Doctrina básicamente es interna. Por lo tanto nuestra organización debería ser interna, pero ¿cómo es posible que exista una organización interna? Una organización interna es tal porque los aparatos que puedan generarse de acción en el medio no son lo sustantivo sino los adjetivo, los aparatos son secundarios, son el aspecto externo de manifestación. (…)

En otras palabras, que nadie tendría por que desorientarse si hoy producimos una hilandería, si hoy producimos una fábrica de... cosméticos, si hoy producimos una religión, un partido, un centro cultural de acuerdo a las circunstancias, de acuerdo a las conveniencias del momento.

Nadie puede desorientarse si en un área en el mundo alguien sale con un partido, eso no significa que nuestra línea vaya en sentido político. O que en otra área del mundo se salga con una religión. Eso no significa nada, eso son formas externas de acción en el medio. Quien se equivoca con esto y confunde la organización externa que es una cuestión de suma de aparatos ocasionales, reemplazables unos por otros, quien confunde esto no conoce profundamente la Doctrina.

La organización nuestra no debería ser externa, debería ser básicamente interna. De tal modo que así como existe una suerte de personalidad y círculos externos de personalidad, también debería existir un centro de gravedad interno, una suerte de esencia desde el punto de vista organizativo. Eso es lo que no debería variar, y la organización interna de tipo esencial tiene que ver más bien con las funciones propias de la vida, en otras palabras, los organismos se reproducen, los organismos se nutren, los organismos se mueven.

Internamente considerada esta supuesta organización que tendríamos nosotros, debería ser tal que cada individuo fuera la organización. Cada individuo entonces debería comprender muy bien que él es el movimiento. Cada individuo debería darse cuenta que su función consiste en reproducirse como los organismos, pero no sólo reproducirse sino recambiarse también.

Porque así como se produce una deficiencia en un órgano cualquiera, o después de un accidente, así como se reconstituyen los tejidos, así también donde se produce una ruptura, nuestro individuo debería ser capaz de regenerar esa ruptura. De manera que no se trata sólo de la multiplicación, sino también de la regeneración. (…)

Cualificar es lo que más nos importa, en la medida en que más se cualifique todo lo demás funciona. Así que no nos importa a nosotros en absoluto las jerarquías, las diferenciaciones estructurales, nos interesa todo lo contrario, las mezclas de niveles, la rotación de niveles, la generación de funciones. A mayor cantidad de funciones, mayor participación de todos los miembros que actúan con nosotros en esta Doctrina. De tal manera que muchos problemas que pudiera tener la gente a veces, son problemas de simple participación, de sentirse parte, partícipe. ¿No es cierto?

Quisiera agregar algo más con esto, nosotros estamos viendo este problema de la organización como en estática, observándolo dinámicamente, vemos que las organizaciones van mudando. Si nosotros iniciáramos por primera vez una organización, diríamos que partimos de formas verticales para de ahí trasladarnos a formas horizontales y por último, de las formas horizontales pasar a las organizaciones internas en cada individuo. De manera que lo viejo vertical debe ser superado por lo nuevo horizontal, pero a la vez envejece y debe ser superado por lo nuevo interno. Que es lo que corresponde precisamente a nuestra Doctrina, la internalización. ¿Se fijan ustedes?

Entonces ya no son necesario personas, alguien al cual hay que referirse, alguien que dirige. Nadie dirige nada, por la sencilla razón de que el proceso mismo lleva a internalizar el concepto de organización. (…)

Pregunta: ¿Cómo verías los problemas de relaciones tanto con el sistema como las relaciones internas dentro de la organización?

Respuesta: Cuando hablamos de organización en general hablamos de un individuo en proceso. Cuando hablamos de relación hablamos del término medio.

El sistema de relaciones que existe para un individuo es un sistema de relaciones con su medio. No puede interpretarse que el medio en que vive alguien que participa de nuestra Doctrina es el conjunto de los otros que participan de la misma doctrina. ¡No!

Básicamente el medio es el medio social en que viven de manera que la relación de quien participa de la Doctrina con el medio es básicamente una relación con la gente que no está en la Doctrina.

A veces se equivoca mucha gente y cree que su medio es simplemente los que comparten su punto de vista. El medio no es el medio del grupo en que yo pueda estar.

El medio, es el medio social en que me toca vivir. Eso es sumamente importante. Los organismos vivos, en la medida en que se consolidan, tienden a actuar en su medio. No tienden simplemente los organismos vivos a actuar entre sí sino en el medio(…)

Pero, ¿qué es acción con el medio? Esto puede interpretarse de muy distintas maneras. Básicamente, si la doctrina es fuerte, sólida, y la organización es de tipo interna, básicamente la participación o la acción en el medio es entrar en el sistema, la entrada en el sistema.Si partimos del complejo de que el sistema es más fuerte que nosotros ideológicamente, se produce un cercamiento porque nos segregamos del sistema para que él no nos corrompa(…)

El sistema no puede corrompernos porque es más débil doctrinariamente que nosotros. De manera que la gente debe participar en los trabajos del sistema, debe participar de los estudios del sistema, debe participar de las amistades mecánicas del sistema.

Oh... ¡a ver! ¿Qué pierde alguno de nosotros por... bailar?, ¿o pierden algo? Examinen ustedes a ver si pierden algo con ese tipo de actividad mecánica. ¿Qué podría perder? ¿Qué se le cae? Por bailar no se pierde nada. Por trabajar en los aparatos del sistema no se pierde nada. Por estudiar en los organismos del sistema, no se pierde nada. Al revés, se gana. Porque se entra en el sistema y el sistema a la vez es influido por nosotros y no nosotros por él. De manera que con esto no hay ninguna dificultad y la cosa es bastante clara.

Participación, entonces, o relación con el medio, quiere decir acción adentro del medio. Y esto no quiere decir que los nuestros estén en actitud agitativa. ¡Ni mucho menos! Simplemente "se asimilan" al medio y van llevando por todos lados la Doctrina(…)

Pregunta: Ahora, estamos haciendo el mismo símil de lo biológico si tenemos un individuo que tiene una organización interna; y luego se mueve en su medio, hay internamente también ciertos elementos de apoyo que se toman que suelen confundirse y suelen magnificarse y atribuirles características que no tienen y para especificar un poco, sería el caso del fetiche. ¿Cómo encararías este problema?(…)

Normalmente se fetichiza cuando hay poco nivel. Y así, en la historia y en las organizaciones humanas vemos que la época del fetichismo es la época en donde arrancan las culturas y las civilizaciones. O bien, la época del fetichismo también es la última época de cada civilización, cuando ésta decae. Entonces empiezan a surgir todos estos instrumentos mágicos, y esta fetichización que se hace de determinadas personas.

Toda idea de jefe, toda idea vertical lleva a la fetichización. La gente pierde iniciativa, no crea, no genera, no reproduce. Por eso es que desde el punto de vista de la Doctrina, y para nosotros, no son buenos los jefes, no son buenos los fetiches. Es importante que se cualifique todo. ¿Y cómo hacemos entonces para que los de mayor cualidad hagan participar a los de menor cualidad? Lo hacemos mezclando.

Observen ustedes los jefes qué cuidadosos son. En todas las estructuras qué cuidadosos son de rodearse de un halo misterioso. Los jefes no se tiran en el pasto a hablar con la gente que trabaja con ellos. No se sientan en un cafecito a hablar amablemente ¿eh? Los jefes aparecen como personalidades lejanas, nimbadas de un misterio especial. No sé si me comprenden. Lo que se necesita es mezcla, es la eliminación de todo lo que sea estamento(…)

Alguien que tiene más nivel, de ningún modo pierde su nivel al cualificar y al mezclarse, al contrario, hace que los demás suban a su nivel. Y así en ese sistema giratorio de continuas subidas y bajadas, así se va cualificando el todo de un modo muy general.

No se trata de personas. Se trata de procesos.(…)

Pregunta: En las relaciones pareciera que existen formas peculiares que tienen que ver con la idiosincrasia local. ¿Te parece que es importante ir respetando esas formas?

Cada lugar, así como cada individuo, tiene sus peculiaridades y cada lugar y cada individuo debe tener capacidad como para generar las formas que corresponden a su medio. Eso es muy cierto. Pero cada individuo aislado genera formas que corresponden a su medio y además se asfixia.

De tal manera que cada individuo y cada área que generan formas adecuadas a su medio, deben además multicontactarse. Entonces se produce vasocomunicancia, entonces se regula automáticamente todo el proceso estructural aunque las áreas sean diversísimas; los caracteres y las lenguas sean distintos. De todos modos se produce un continuo trasvasamiento.

Si el sistema quisiera bloquearnos, lógicamente, cortaría las comunicaciones. Se preocuparía por el abastecimiento primero, y luego por las comunicaciones. Pues muy bien, nosotros rompemos el cerco del abastecimiento introduciéndonos en el sistema, y rompemos el cerco de las comunicaciones estableciendo sistemas de multicontacto.

De manera que no hay un jefe que recibe la información y luego la distribuye ¡no, no! Todo el mundo recibe información y todo el mundo la redistribuye. Se podrá decir, “pero eso provoca un aumento de ruido”. En efecto, provoca un aumento de ruido, (risas). Pero para nosotros es muy interesante ese ruido, porque además de provocarlo en nosotros, lo provoca en el sistema, de manera que si yo recibo multitud de información y yo retransmito información, la recibo y la retransmito con ruido, pero... como no estamos en estática sino en proceso, a diferencia de los circuitos cibernéticos que son máquinas muertas que reciben información con ruido y se atascan en los resultados, los seres vivos reciben información con ruido e internamente la procesan y la filtran. Esa es la gran diferencia entre los mecanismos y los seres vivos.(…)

Así es que no hay que tener sobre estas cosas ideas represivas, ideas policíacas, en el sentido de que a "tal" hay que acallarlo porque mete ruido, o que sólo algunos contactan y otros no. De ninguna manera, cuanto más contacto mejor. Y quien hace ruido, pues si es progresivo el ruido... ¡Interesante!, los mejores elementos van a ingresar al proceso. Los peores elementos cristalizan, se detienen, se desplazan y mueren.(…)

Pero nunca organismos específicos que filtran información para que la gente no se desoriente. ¿Qué problema hay con que nuestra gente se desoriente? ¡Que se desoriente! Así genera también. Si este no es un problema de gallina y pollito, de andar cuidando a los niños para que no se equivoquen. ¡Si los niños tienen que generar, tienen que crear!, y los estamentos impiden la generación, impiden la creación.

Eso es muy claro, pero no es un problema de personas, no es un problema de personalidad, que "tal" tiene la culpa o "tal" no se que cosa... es una cuestión de proceso y de esclarecimiento. Y esto que estamos haciendo ahora, ¿qué es? Es esclarecimiento... Y es nivelación con el proceso general. ¿O no les parece a ustedes?

Pregunta: Eso de las idiosincrasias, así, en un plano mayor, se parece bastante a lo de los problemas personales, dadas las características de los individuos, ¿cómo se podría enfocar el asunto de los problemas personales? (…)

Muy bien, tenemos problemas personales, ¿y con eso qué? Si no es lo importante. A ver si me explico.

De manera que si una persona tiene problemas personales, no veo por qué haya que andar haciéndole notar esos problemas personales, o andar "persiguiéndola" para que mejore esos problemas personales. ¡No! Ese es un parche, es un remiendo, es tomar el rábano por las hojas. Si acá no se trata de observar qué problemas personales tiene cada individuo. Acá se trata de que cada individuo tenga un ámbito y tenga herramientas adecuadas para poder trabajar y él mejorar sus problemas personales.

Pero nosotros no somos supervisadores de nadie, inquisidores de nadie, que nos andemos preocupando por lo que el sujeto hace o deja de hacer. Nosotros damos herramientas, instrumentos de capacitación para que la gente mejore internamente. De manera que los problemas personales también ellos, aunque existan, si la cualificación es mayor, estos problemas, aunque existan, no vienen a cuentas, no se notan desaparecen, mueren para el conjunto, aunque el sujeto pueda seguir considerándolos individualmente.

De manera que no se trata tampoco ni siquiera de luchar contra los problemas personales, los problemas personales desaparecen cuando la gente participa, cuando la gente tiene en qué trabajar, cuando la gente entiende el sistema, cuando la gente se cualifica. Los problemas personales aumentan cuando existe cerco.(…)

Nadie tiene la culpa!, ¡si es un problema de ámbito! es un problema de estrechamiento. En el estrechamiento y en la falta de actividad, y en la falta de abastecimiento, y en la falta de comunicaciones, en ese tipo de situaciones surgen los problemas personales. ¿Y quién tiene la culpa? ¡Nadie tiene la culpa! Por supuesto, que saldría Juan diciendo: “¡no me gusta cómo me miras!”, y Pedro le respondería: “¡y la forma que llevas tus pantalones...!” Y al poco tiempo tenemos una guerra interna. ¿No es cierto? Pero, ¿de quién es la culpa? No es de Juan ni de Pedro, ellos son factores catalizadores, factores de momento, reemplazables. Pueden ellos o pueden ser otros. El problema es estructural y también es un problema de proceso, de momento de proceso. Esto es muy claro, creo yo.(…)

Las cosas deben trabajar en conjunto y al mismo tiempo. ¿Y cómo es que trabajan en conjunto y al mismo tiempo, si son distintas las nacionalidades, distintas las peculiaridades? Trabajan en conjunto y al mismo tiempo merced a la multiconexión.

Entonces los procesos se nivelan solos y en cada lugar del mundo, la gente que trabaja con la Doctrina debe crear funciones adecuadas a ese punto, a ese lugar del mundo. Y la gente que está en otro lugar del mundo no tiene por que desorientarse porque son las mejores funciones que se crean en ese lugar para esa circunstancia. Pero de todos modos, la línea general y el proceso general deben marchar al mismo ritmo. Eso se logra sólo por el sistema de multicontacto.

Me doy cuenta también hablando de cualificación, de los problemas que surgen para cualificar grandes masas humanas. Materialmente es bastante difícil llevar el mismo nivel de cualificación. Pero una cosa es cualificar a unos pocos para que estos pocos luego instruyan en una línea vertical o en una línea descendente y otra cosa es cualificar a unos pocos, a los más acelerados para que se mezclen con el resto y acelerar el conjunto.

El primer caso lleva a estamentos y a círculos cerrados, el otro caso lleva a la difusión interna y al aumento del nivel cualitativo general.(…)

Pregunta: Quizás sería interesante ver cómo las acciones aunque parezcan individuales, corresponden a una acción de conjunto, los individuos son digamos, como las células de un organismo mayor

Respuesta: Las acciones que se consideran individuales pero que están multicontactadas con las acciones de otros individuos, aunque en cada caso procedan de distinto modo, por estar multicontactadas, proceden en el mismo momento de proceso que es lo que habría que entender.

De manera que distinto es un país a otro, distinto un individuo a otro. Todos hacen cosas distintas. ¿No es cierto? Pero todos ellos tienen un mismo centro de gravedad esencial que es la Doctrina, y en segundo término todos ellos están multicontactados de tal modo que necesariamente marchan en el mismo proceso. Si se cortara el sistema de multicontacto en algún punto, ese organismo moriría porque iría fuera de proceso. Pero si está multicontactado, si tiene por centro de gravedad a la misma Doctrina, entonces a mayor variedad, mayor riqueza y eso es lo que se busca, la mayor riqueza, la mayor capacidad creativa, la mayor generación de funciones. Eso es lo interesante. De manera que no habría ningún problema con que se generen formas totalmente distintas en distintos individuos y a mucha distancia. Lo que importa es que exista la misma base esencial de tipo doctrinaria, y exista esa vasocomunicancia que permite que todos procesen al mismo tiempo. (…)

Los veo como preocupados, en el sentido de que... como que pensaran que en ocasiones hacen las cosas bien o las hacen mal. Ese tipo de problemas de conciencia, a esta altura, me parece que no deberían existir, uno hace las cosas como puede, creyendo que las hace del mejor modo. Además, creo yo, todos somos gente excelente, (risas). De dónde sale ese complejo de que uno es de lo último, uno termina creyéndose cosas, ¿no es cierto? Por ahí se equivoca, por ahí lo hace bien. Bueno pero no es tan así, ese no es el problema, el asunto es clarificarse, cualificar. ¿Hum? Clarificarse y cualificar. Y dele con eso Y las cosas van mejorando siempre. Siempre son para mejor.Cualquier tiempo futuro es mejor, (risas). ¿Se fijan ustedes?

De manera que esas preocupaciones por los errores y demás... es muy bueno que la gente cometa errores. Ganamos Si la gente no comete errores porque no hace cosas, ¡vaya, eso no tiene ninguna gracia! Es interesante que la gente cometa errores. Y así aprende.*

*Extracto

Aquí les dejo la charla completa:

Link Charla sobre organización - Silo

Link descarga en PDF


Link al video descentralización - Parques de Estudio y Reflexión. - Silo




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