En torno al adecuado tratamiento de las diferencias y los complementos


En todo proceso dinámico las diferencias son importantes. De hecho, en las relaciones humanas cuando éstas se sintetizan, cuando no hay intercambio ni diferencias, el proceso se detiene. Las diferencias son importantes. Ahora bien, por el tipo de sistema en el que estamos incluidos, las diferencias son consideradas antitéticas (antagónicas).

La misma idea de verdad, es diferenciada por la de falsedad. Verdad y Falsedad aparecen como antagónicas y universales. De ese modo, alguien que tiene "La Verdad" se opone a otro que está sumergido en "La Falsedad" y ambos no pueden avanzar ni complementarse si conservan tal punto de vista universal, antagónico y exclusivo.

Nosotros sabemos que las cosas no son así, de ningún modo.

Lo dicho con respecto a los criterios de verdad y falsedad, vale también para otros criterios. Tomemos por ejemplo la idea de "eficacia". Si A es eficaz y se opone a B, aparece como evidente que B no es eficaz, cosa que, como sabemos, no es exactamente así.

Esto que vamos conversando puede muy bien ser aplicado a todos los criterios que se ventilan en las relaciones humanas.

Tomemos por ejemplo, la diferenciación que debe darse entre los elementos más antiguos y los más nuevos. Tales diferencias son necesarias como es necesaria la superación de lo viejo por lo nuevo, pero debemos recordar en todos los casos que los factores progresivos de los elementos más antiguos pasan y se incorporan al momento nuevo posterior permitiendo de ese modo la continuidad de los procesos progresivos. Son los elementos regresivos de la etapa anterior los que quedan desplazados, del mismo modo que también elementos nuevos no pueden integrarse al proceso porque no son homogéneos con él.

Si observamos las cosas de distintos puntos de vista, nos encontramos con que, para un antiguo, una persona nueva en una determinada actividad, carece de experiencia y de conocimiento global de los problemas, carece además de información y sin tal información no puede actuar coherentemente.

Para la persona nueva, en cambio, el más antiguo ha perdido fuego, está atascado en etapas anteriores del proceso y concentra la información de tal modo que al no enterarse los demás acerca de cómo funcionan los mecanismos se mantiene en una situación irreemplazable.

Si la verdad fuera única y exclusiva, sólo una de las dos posturas sería verdadera y la otra falsa. Sabemos que no es así.

Por lo contrario, ambas posturas tienen su grado de verdad y falsedad, con lo cual advertimos que los dos puntos de vista pueden ser complementados en un paso posterior progresivo.


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